¿Por qué el Señor mató a Uza? Aparentemente, él sólo intentaba ayudar (2 Sam. 6:6, 7)
Ésta es una pregunta que las personas se han hecho desde el momento en que sucedió el incidente. David mismo estaba confundido por ello (2 Sam. 6:8).
Para poder entender lo que sucedió «cuando llegaron a la era de Nacón», necesitamos examinar las leyes que reglaban el transporte del arca del pacto, y prestar atención a los detalles de la historia y sus propósitos.
1. El transporte del arca. El Santuario israelita acompañó al pueblo a lo largo de todos sus viajes. Como era portátil, se desmantelaba y se volvía a armar en diferentes lugares, de acuerdo con el itinerario de viaje del pueblo. Cuando desmantelaban el tabernáculo, el sumo sacerdote cubría el arca con algunas de las cortinas del Santuario y le colocaba las varas, para que la familia de los coatitas pudiera cargarla sobre sus hombros y transportarla (Núm. 4:5, 6, 15). Ellos debían mostrar reverencia y respeto hacia lo santo y no tocarla, bajo riesgo de sus propias vidas.
Al trasladar el arca, David hizo lo que él pensaba que era mejor (1 Crón. 13:1-4): construyó un carro nuevo, que era tirado por bueyes, trajo el arca desde la casa de Abinadab, la colocó sobre el carro y comenzó a celebrar mientras era transportada (2 Sam. 6:3-5). Los hijos de Abinadab, Uza y Ahío, guiaban el carro.
2. El incidente. El texto bíblico no es claro acerca de la naturaleza exacta del accidente que llevó a que Uza tocara el arca. El texto sugiere que algo sucedió a los bueyes; quizá tropezaron o se desyugaron (el significado de la palabra hebrea shamates incierto) y, aparentemente, el arca se tambaleó. Inmediatamente, Uza se acercó y sostuvo el arca con sus manos. Dios reaccionó, hirió a Uza, y éste murió. El texto nos da una razón para tal acción drástica de parte de Dios: «Y el enojo del Señor se encendió contra Uza, y Dios lo hirió por esa irreverencia» (2 Sam. 6:7, NRV 2000).
El sustantivo hebreo traducido como «esa irreverencia» (shal) aparece sólo aquí en el Antiguo Testamento; su significado exacto es desconocido; esto ha provocado que algunos eruditos argumenten que nos encontramos aquí ante una corrupción textual. Ellos prefieren seguir la razón dada en la narrativa paralela de 1 Crónicas 13:10: «Porque había extendido su mano al arca». Basados en la lingüística comparativa, los eruditos han sugerido que el sustantivo hebreo shalexpresa la idea de arrogancia, atrevimiento e impostura. Haciendo una lectura contextual, esto indica que Uza mostró irrespetuosidad hacia Dios al tocar improcedentemente un símbolo de su santa presencia.
Es imposible conocer el estado mental de Uza al acercarse para sostener el arca. Podríamos argumentar que estaba sinceramente interesado en protegerla; en ese caso, el Señor estaba revelando a su pueblo que el fin no justifica los medios; que él puede proteger su santidad sin nuestra asistencia irrespetuosa (ver 1 Sam. 6:1, 2, 7-9). También podría ser que, dado que el arca había estado en su casa por varios años, Uza se habría familiarizado tanto con ella, que había perdido algo de la consideración que se debe mostrar ante su santidad. En cualquier caso, su acción fue un acto de profanación.
3. El propósito de la narrativa. Determinar el propósito de la narrativa no es tarea simple. Requiere buscar los indicios del texto al igual que la intención que tuvo el escritor bíblico para preservar la historia. Existen varios elementos en la narrativa que nos ayudan a identificar aspectos de sus grandes propósitos.
Notemos que David se sorprendió por la muerte de Uza y, consecuentemente, temió al Señor. El nuevo rey de Israel necesitaba recobrar el sentido de la grandeza y el poder de Dios; la seriedad de entrar en contacto con su santidad: la familiaridad con Dios no significa faltarle el respeto. Dios desea que lo tomemos seriamente cuando nos dirigimos a él; esto era algo extremadamente importante, que el nuevo rey debía aprender. La próxima vez que David trasladó el arca, siguió las instruccionesde Dios con exactitud (2 Sam. 6:12, 13), mostrando así reverencia sincera hacia él y hacia su voluntad.
Segundo, la historia de la muerte de Uza es seguida por la historia de Obed-edom. El símbolo de la presencia de Dios en su casa trajo bendiciones de Dios. Cuando su presencia es tomada seriamente,es una fuente de vida y bendición.
Quizá necesitemos recobrar el sentido de la presencia de Dios y dejar de tratarlo como nuestro «compinche» o «amigote». Debemos mostrar respeto a nuestro Creador y Redentor, al ser sumisos a su voluntad plena de gracia.