Prov. 22: 6. Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.
¿ A quién ?
Instruye al niño…
¿Dónde creen que comienza la educación de nuestros hijos ? Seguramente todos estarán pensando, en el hogar, obviamente, ¿pero es una realidad en nuestras vidas ?
El camino de Dios no se puede conocer por intuición. Uno debe sentarse a los pies de Dios para poder aprender las lecciones que la vida le ofrece.(Comentario bíblico, tomo 3, salmos 86:11)
La educación comienza en el hogar.
En el hogar es donde ha de empezar la educación del niño. Allí está su primera escuela. Allí, con sus padres como maestros, debe aprender las lecciones que han de guiarlo a través de la vida: lecciones de respeto, obediencia, reverencia, dominio propio. Las influencias educativas del hogar son un poder decidido para el bien o el mal. Son, en muchos respectos, silenciosas y graduales, pero si se ejercen de la debida manera, llegan a ser un poder abarcante para la verdad y la justicia. Si no se instruye correctamente al niño en el hogar, Satanás lo educará por instrumentos elegidos por él. ¡Cuán importante es, pues, la escuela del hogar! (Consejos para los Maestros. pág. 83).
¿ Por qué al niño ?
Los niños a esa edad son como una esponja, absorben todo lo que está a su alrededor, aprender a caminar, adquieren la manera de hablar, la manera de relacionarse con los demás, el vocabulario, los gestos, los chicos van a ser lo que nosotros le pongamos adelante.
Los niños son como una semilla, que debemos plantar, y cada día ir regando y cuidando, en el caso que sea necesario colocar un palo al lado de tal forma que pueda crecer derecho, porque sino lo hacemos en ese momento difícilmente lo podamos lograr mas adelante, luego del arduo trabajo durante los primeros años, podremos disfrutar de los frutos.
Los chicos son el reflejo de la familia, ellos muestran lo que son en sus familias, como maestros muchas veces nos ponemos tristes porque vemos como actúan los chicos, escuchamos las cosas que dicen y lamentablemente nos preguntamos ¿ de donde aprenden eso ? y la respuesta es más triste aún porque es en el hogar.
A los padres se les encomienda la gran tarea de educar y enseñar a sus hijos para la vida futura e inmortal. Muchos padres y madres parecen pensar que si alimentan y visten a sus pequeños, y los educan de acuerdo con las normas del mundo, ya han cumplido su deber. Están demasiado ocupados con los negocios o el placer para hacer que la educación de sus hijos sea el objeto de estudio de sus vidas. No procuran educarlos para que empleen sus talentos para honra de su Redentor. Salomón no dijo: «Di al niño su camino, y aun cuando fuere viejo no se, apartará de él». Sino que dijo: «Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él» (Review and Herald, 24-6-1890).
Esto requiere de un compromiso, el enseñar no es solo decir sino mostrar, dar el ejemplo, el niño debe ver para poder imitar, así como lo hace para hablar y caminar.
Padres, recordad que vuestro hogar es una escuela en la cual vuestros hijos han de ser preparados para las moradas de arriba. No les permitáis manifestar su enojo. Enseñadles a ser bondadosos y pacientes. Enseñadles a ser considerados con otros. Así los prepararéis para un ministerio superior en las cosas de la religión (Manuscrito 102, 1903).
El hogar debería ser una escuela preparatoria donde los niños y los jóvenes se capaciten para el servicio del Maestro, el cual los ha de preparar para unirse con la escuela superior en el reino de Dios (Manuscrito 7, 1899).
Tenemos muchos ejemplos en la Biblia de padres que instruyeron a sus hijos:
MOISES : Exodo 2:1-10
Jocabed era mujer y esclava. Su destino en la vida era humilde y su carga pesada. Trató de inculcarle la reverencia a Dios y el amor a la verdad y a la justicia, y oró fervorosamente que fuese preservado de toda influencia corruptora. Le mostró la insensatez y el pecado de la idolatría, y desde muy temprana edad le enseñó a postrarse y orar al Dios viviente, el único que podía oírle y ayudarle en toda emergencia.
Aquí vemos como las educación de Jocabed quedó profundamente grabada en la mente de Moisés, y sabemos el gran instrumento que fue Moisés en las manos de Dios.
JESUS: Lucas 2:40 y Lucas 2:52
Jesús recibió su educación en el hogar. Su madre fue su primer maestro humano. De los labios de ella, y de los escritos de los profetas, aprendió las cosas del cielo. Vivió en un hogar de aldeanos y con fidelidad y buen ánimo llevó su parte de las cargas de la casa. El que había sido el comandante del cielo, consintió en ser un siervo voluntario, un hijo amante y obediente. Aprendió un oficio, y con sus propias manos trabajó en la carpintería con José (El Ministerio de Curación, págs. 310, 311). 21
¿ EN DONDE ?
EN SU CAMINO…
La preparación que Salomón recomienda consiste en dirigir, educar y desarrollar. Para hacer esta obra, los padres y los maestros deben comprender ellos mismos el «camino» por el cual debe andar el niño.
Aquí debemos detenernos para pensar que es lo que queremos lograr, que tipo de camino deseamos que recorran nuestros niños, un camino fácil, un camino en bajada, sin trabajo, sin responsabilidades, sin respeto, o un camino en subida, un camino que los lleve al cielo. A dónde queremos que lleguen nuestros niños, queremos que lleguen al cielo, o ¿queremos que transcurran por esta vida sin ningún sentido? cual es el camino que les mostraremos, deseamos que sean chicos 10 en las materias, que sepan idiomas, computación, música, tecnología,? O además de eso (que no es malo, pero no la base) queremos chicos que respeten a Dios, que respeten al prójimo ?
Esto abarca más que tener simplemente un conocimiento de los libros. Abarca todo lo que es bueno, virtuoso, justo y santo. Abarca la práctica de la templanza, la piedad, la bondad fraternal y el amor mutuo y hacia Dios. A fin de alcanzar este objeto, debe recibir atención la educación física, mental, moral y religiosa de los niños (Joyas de los Testimonios, tomo 1, pág. 314).
Los padres deben aprender la lección de la obediencia implícita a la voz de Dios, que les habla desde su Palabra; y al aprender esta lección, pueden enseñar a sus hijos la obediencia mediante el precepto y el ejemplo. Esta es la obra que debería realizarse en el hogar. Aquellos que la hagan se elevarán a sí mismos al comprender que deben elevar también a sus hijos. Esta educación significa mucho más que una mera instrucción (Manuscrito 84, 1897).
Muchos señalan a los hijos de los pastores, de los maestros y de otros hombres de elevada reputación por su sabiduría y piedad y dicen que si esos hombres, con todas sus ventajas, fracasan en el gobierno de su familia, los que son menos favorecidos no pueden tener esperanza de tener éxito. La pregunta que debe dilucidarse es ésta: ¿Esos hombres han dado a sus hijos lo que les corresponde por derecho: un buen ejemplo, instrucción fiel y adecuada restricción? El descuido de esos puntos esenciales es lo que hace que tales padres proporcionan a la sociedad hijos que no están bien equilibrados en su mente, impacientes ante la restricción e ignorantes de los deberes de la vida práctica. En esto hacen al mundo un daño que sobrepuja todo el bien realizado por sus labores. Esos hijos transmiten su propia perversidad de carácter como una herencia a sus descendientes y al mismo tiempo su mal ejemplo e influencia corrompen a la sociedad y trastornan a la iglesia. No podemos creer que hombre alguno, no importa cuán grande sea su habilidad y utilidad, sirva mejor a Dios o al mundo mientras dedique su tiempo a otros propósitos descuidando a sus propios hijos (Signs of the Times 9-2-1882).
SALMO 111:10…
Las personas que “no tengan tanta preparación académica” Dios las capacitará para educar a sus hijos en los caminos de Dios, no así aquellas personas que se creen autosuficientes y llenas de conocimiento.
También hay ejemplos en la Biblia de personas que tomaron este pensamiento en su corazón, que temieron a Jehová y Dios los capacitó.
DANIEL: Daniel 1:8, 9, 17, 20
La palabra de Dios nos cuenta como Daniel al ser fiel a El, al seguir por el camino mas duro, por el camino correcto, por donde los habían instruido hallo gracia, y sabiduría, Dios los capacitó y prosperaron en todos los aspectos de la vida, solo siendo humildes y reconociendo que el poder es de Dios y no de ellos.
Entre las razones por las cuales estos hebreos preservaron su fe sin tacha pueden notarse las siguientes: (1) Su firme resolución de permanecer fieles a Dios. Tenían más que un deseo o una esperanza de ser buenos. Tenían la voluntad de hacer lo recto y apartarse del mal. La victoria es posible sólo por el correcto ejercicio de la voluntad (ver CC 4748). (2) Su dependencia del poder de Dios. Aunque valoraban las aptitudes humanas y reconocían la necesidad del esfuerzo humano, sabían que estas cosas por sí mismas no les garantizarían el éxito. Reconocían que además de esto debe haber una humilde dependencia y completa confianza en el poder de Dios (ver CRA 182)..(3)Su consecuente vida de oración. Daniel y sus jóvenes compañeros se daban cuenta de que la oración era una necesidad, en especial por la atmósfera de mal que continuamente los rodeaba (ver SL 20).
¿ PARA QUE ?
PARA QUE, AUN CUANDO FUERE VIEJO NO SE APARTE DE EL.
Dios desea eso para nosotros que podamos serle fiel hasta la muerte, que podamos servirle hasta que seamos avanzados en edad, como Enoc que vivió 365 años y no se había apartado de Dios en todo ese tiempo, que Dios decidió llevárselo con El..
Enoc educó su mente en la devoción, para que pensara en las cosas que eran puras y santas; y su conversación se refería a temas santos y divinos. Fue compañero de Dios. Caminó con él, y recibió su consejo. Tuvo que luchar con las mismas tentaciones que nosotros. La sociedad que lo rodeaba no era más amiga de la justicia que la sociedad que nos rodea en la actualidad. La atmósfera que respiraba estaba contaminada por el pecado y la corrupción, tal como lo está la nuestra; y sin embargo no se ensució con los pecados que prevalecían en su tiempo. Así también nosotros podemos permanecer puros y sin corrompernos como el fiel Enoc (Review and Herald, 23-8-1881).
Enoc fue un maestro público de la verdad en la época en que vivió. Enseñó la verdad; vivió la verdad; y el carácter del instructor que caminó con Dios estuvo en todo sentido en armonía con la grandeza y la santidad de su misión
La primera gran lección de toda educación, consiste en conocer y comprender la voluntad de Dios. Debemos hacer en cada día de la vida el esfuerzo para obtener este conocimiento. Aprender la ciencia por la sola interpretación humana es obtener una falsa educación; pero el aprender de Dios y de Cristo es conocer la ciencia del cielo. La confusión que se nota en la educación proviene de que la sabiduría y el conocimiento de Dios no han sido ensalzados (Id., pág. 342).