“Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega” (Juan 4:35).
La viña del Señor necesita más obreros. Elena de White escri- bió:
“Dios llama a obreros con- sagrados que sean leales a él: hombres humildes que comprendan la necesi- dad de realizar obra evangélica y que no retrocedan, sino que cada día rea- licen fielmente su tarea dependiendo de la ayuda y el poder de Dios en cada emergencia que surja. El mensaje debe ser llevado por los que aman y temen a Dios. No acudáis a las oficinas de la Asociación con vuestros problemas menores. Seguid hacia adelante, y en vuestra categoría de evangelistas pre- sentad con humildad un ‘así dicen las
Escrituras’ ” (El evangelismo, p. 22). Escribiendo a Timoteo, el apóstol Pablo dice: “También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiem- pos peligrosos” (2 Tim. 3:1). Cuando extendemos nuestra mirada sobre el mundo, vemos, de manera muy clara, el cumplimiento de las palabras del após- tol. Podríamos mencionar los problemas en el Gobierno, las familias, la sociedad en general, y en la vida espiritual de las personas. La situación mundial es alar- mante. Sin embargo, la buena noticia es que la Palabra de Dios declara que cuan- do estas cosas comiencen a suceder debe- remos levantar la cabeza y mirar hacia arriba, pues Jesús estará muy próximo a
regresar (ver Luc. 21:25-28).
Cristo vendrá en gloria y en majestad,
para realizar la gran cosecha. Vendrá con una corona de oro en la cabeza y una
hoz afilada en las manos, símbolo claro de una cosecha (ver Apoc. 14:14-16). Esa cosecha solo será posible porque un día él estuvo aquí y sembró la semilla del evangelio. El día de la gran cosecha se aproxima, y será una fiesta universal.
NUESTRA PARTICIPACIÓN
Mientras Jesús regresa a esta Tierra, somos llamados a realizar un evangelis- mo de cosecha. A lo largo del tiempo, la iglesia ha sembrado la semilla del evan- gelio; ahora es el tiempo de cosechar los frutos. Jesús indica que miremos los campos, pues ya están maduros y listos para la cosecha (Juan 4:35). “Por la gra- cia de Cristo, los ministros de Dios son hechos mensajeros de luz y bendición. Cuando por oración ferviente y perseve- rante sean dotados por el Espíritu Santo y avancen cargados con la preocupación de la salvación de las almas, con sus corazones llenos de celo por extender los triunfos de la Cruz, verán el fruto de sus labores. Rehusando resueltamente desplegar sabiduría humana o exal- tarse a sí mismos, realizarán una obra que soportará los asaltos de Satanás. Muchas almas se volverán de las tinie- blas a la luz, y se establecerán muchas iglesias. Los hombres se convertirán, no al instrumento humano, sino a Cristo” (Los hechos de los apóstoles, p. 225).
Orientaciones y sugerencias
Queremos convocar a cada miembro de iglesia para que utilice su talento como un ministerio, conduciendo, por lo menos, a una persona a Jesús por medio del bautismo.
Cada iglesia debe realizar semanas de Evangelismo de Cosecha en algunos períodos a lo largo del año.
Debemos hacer evangelismo web, utilizando, de manera general, redes sociales, páginas de Internet y medios de comunicación.
Cada iglesia debe planificar y organi- zar clases bíblicas, Grupos pequeños, y preparar parejas misioneras e instruc- tores bíblicos.
El evangelismo con las publicaciones es otra herramienta poderosa. Debemos distribuir más libros misioneros y más DVD de estudios bíblicos. El lanzamiento más reciente es el DVD “La verdad”.
Podemos tener una gran cosecha en la semana de la primavera.
Durante el mes de noviembre ten- dremos una semana especial para el evangelismo público de cosecha. Este año será durante la semana del 19 al 26. Cada iglesia deberá realizar este programa, contando con el compromiso de cada uno de sus miembros.