No hay ninguna evidencia bíblica que apoye esta propuesta. Por lo tanto, no me agradaría dedicarme a contestar este tema en esta columna. Pero acaso deba decir algo sobre él.
Si el sábado fuera determinado por la luna, debería ser observado en días diferentes del mes y noen el séptimo día de la semana. El sábado podría caer cualquier día de la semana, según el momento de la luna nueva. Permítanme decir algunas cosas sobre este tema.
1. El calendario israelita: era lunar y solar, es decir, se medía al mismo tiempo sobre la base de la luna nueva (la rotación de la luna alrededor de la tierra) y también del sol (la rotación de la tierra alrededor del sol). El calendario lunar de doce meses es unos once días más corto que el calendario solar, que tiene aproximadamente 365 días. En la antigüedad, esto se resolvía agregando un mes extra siete veces en 19 años. En la Biblia se utilizaba el calendario lunar para fijar el tiempo de los festivales. Por ejemplo, catorce días después de la luna nueva se celebraba la Pascua (Núm. 28:16). Algunos sostienen que el sábado debería ser observado siete días después del primer día del mes.
2. El sábado y la luna: A comienzos del siglo XX, un número de eruditos propuso y defendió la conexión entre el sábado y la luna. Estos estudiosos rechazaron el origen bíblico del sábado y sostuvieron que su origen estaba relacionado con varios “días malignos” del calendario babilónico, incluyendo el día de la luna nueva, que era un día de descanso. Esos días se sucedían en una secuencia de unos siete días. Estudios adicionales mostraron que los así llamados “días malignos” no constituían una secuencia de siete días: eran los días primero, séptimo, décimocuarto, décimonono, vigésimo primero y vigésimo octavo del mes. Esa teoría ha sido abandonada.
3. Génesis 1 y el sábado: El origen del sábado bíblico está conectado en forma definida con lasemana de la creación. Fue instituido por Dios tres días después de la creación de la luna (Gén. (elemergente.com) 1:14; 2:2), y no el séptimo día después del primer día del mes. Debía funcionar de manera independiente del mes en una secuencia específica de días sin relación alguna con el sol y la luna, pero tan solo basado en el poder de Dios como Señor del tiempo. El séptimo día como sábado se relaciona con el paso del tiempo desde el comienzo de la actividad creadora de Dios en el planeta tierra hasta su conclusión. Esto es en efecto un acto divino singular, una fragmentación del tiempo en una secuencia de siete días fijados y gobernados exclusivamente por el mismo Dios.
4. El sábado y las fiestas: Un sábado lunar implicaría que el sábado es parte de las fiestas israelitas, pero ese no es el caso. El sábado fue instituido mucho antes de que los israelitas celebraran las fiestas. El término hebreo traducido como “fiestas, festivales” es môcadîm, que significa “tiempo, encuentro fijado/señalado”, y se refiere a las diversas actividades que no necesariamente estaban fechadas por el calendario lunar (por ejemplo, Jer. 8:17; Oseas 2:9). Aun si uno adujera que el término se aplica al sábado, esto no significa que el momento del sábado estaba fijado por la luna (cf. Lev. 23:2). Además, la Biblia deja en claro que el sábado debe diferenciarse de las fiestas (Lev. 23:37, 38).
Finalmente, el descanso sabático era diferente del descanso requerido durante los sábados ceremoniales. Levítico 23:3 declara que en sábado los israelitas no debían realizar trabajo alguno. Pero durante el tiempo de la santa convocación se ordenaba al pueblo que no hiciera “ningún trabajo de siervo” (23:8, 21, 25, 35, 36). Esto indica que había un tipo de trabajo que sí podían hacer durante las fiestas que sin embargo estaba prohibido realizar en sábado.
Aunque las intenciones de los que promueven el sábado lunar pueden ser buenas, estas personas tienen que tener en cuenta que sin quererlo están introduciendo y promoviendo una práctica diferente al descanso sabático presentado por la Biblia.