Vida de santificación
La verdadera observancia del sábado se basa en una vida santificada por la gracia de Cristo (Eze. 20:12, 20); pues, “a fin de santificar el sábado, los hombres mismos deben ser santos” (El Deseado de todas las gentes, p. 250).
Crecimiento espiritual
Como “es un broche de oro que une a Dios y a su pueblo” (Testimonios para la iglesia, t. 6, p. 354), el sábado proporciona un contacto más próximo con Dios. Como tal, no debemos permitir que otras actividades, por más nobles que sean, debiliten nuestra comunión con Dios en este día.
Preparación para el sábado
Las actividades seculares deben ser interrumpidas (cf. Lev. 23:32; Deut. 16:6; Neh. 13:19) antes de la puesta de sol del viernes (cf. Neh. 13:13-22); la casa debe estar limpia y arreglada; las ropas, lavadas y planchadas; los alimentos, debidamente preparados (cf. Éxo. 16:22-30); y los miembros de la familia, listos.
Inicio y término del sábado
El sábado es un día de comunión especial con Dios, y debe ser iniciado y terminado con cultos de puesta de sol breves y atractivos, con la participación de los miembros de la familia. En estas ocasiones, es oportuno cantar algunos himnos; leer un pasaje bíblico, seguido por comentarios pertinentes; y expresar gratitud a Dios en oración (Ver ibíd., pp. 355-360.)
Personas bajo nuestra influencia
El cuarto mandamiento del Decálogo orienta que todas las personas bajo nuestra influencia deben ser liberadas de las actividades seculares en el sábado (Éxo. 20:10). Esto implica, positivamente, que los demás miembros de la familia, así como los empleados y los huéspedes, también sean estimulados a observar el sábado.
Espíritu de comunión
Como día por excelencia de comunión con Dios (Eze. 20:12, 20), el sábado debe caracterizarse por un compromiso alegre y placentero con las prioridades espirituales, con momentos especiales de lectura de la Biblia, de oración y, si es posible, de contacto con la naturaleza (cf. Hech 16:13). Ese compromiso deberá ser mantenido en la elección de los asuntos abordados; también en nuestros diálogos informales con familiares y amigos.
Reuniones de la iglesia
Somos amonestados a no dejar “de congregarnos, como algunos tienen por costumbre” (Heb. 10:25). Por consiguiente, los programas y las actividades regulares de la iglesia durante los sábados deben tener precedencia sobre otros compromisos personales y sociales, aunque estos sean pertinentes al sábado.
Casamientos y fiestas
La invitación para dejar a un lado nuestros “propios caminos” en el sábado (Isa. 58:13) implica que los casamientos y las fiestas, incluyendo sus debidos preparativos, deben ser realizados fuera de este período sagrado. Los casamientos y algunas fiestas más suntuosas no deberían ser planificados para los sábados por la noche, pues sus preparativos involucran expectativas y actividades que no están de acuerdo con el espíritu de comunión con Dios.
Medios de comunicación secular
Los medios de comunicación secular, en todas sus formas, deberían ser dejados a un lado durante las horas del sábado, para que este, rompiendo la rutina de la vida, pueda ser un día de “delicia” y “santo” (Isa. 58:13).
Deportes y recreación
Muchas actividades deportivas y de recreación, aceptables durante la semana, no están de acuerdo con la observancia del sábado, pues desvían la mente de los asuntos espirituales (Isa. 58:13).
Horas de sueño
La Biblia define al sábado como un día de “reposo consagrado” (Éxo. 31:15), y no como un día para recuperar el sueño atrasado de la semana. Ricas bendiciones vendrán por levantarse temprano el sábado, dedicando este día al servicio del Señor. (Ver Consejos sobre la obra de la Escuela Sabática, p. 140).
Viajes
La realización de viajes por asuntos de trabajo o de intereses particulares es inapropiada para el sábado. Pero existen ocasiones excepcionales en que se hace necesario viajar el sábado para atender algún compromiso religioso o situaciones de emergencia. Siempre que sea posible, los debidos preparativos, incluyendo la compra de pasajes y el abastecimiento de combustible, deben ser efectuados con la debida anticipación. (Ver Testimonios para la iglesia, t. 6, pp. 360, 361.)
Excursiones y campamentos
La realización de excursiones y campamentos puede promover la sociabilización cristiana (cf. Sal. 42:4). Pero sus organizadores y demás participantes deberían llegar al debido lugar y armar su estructura, incluyendo sus carpas, antes del inicio del sábado, para que este pueda ser observado según el Mandamiento. Además de esto, durante las horas del sábado, las actividades deben estar de acuerdo con el espíritu sagrado de este día.
Restaurantes y alimentación
La recomendación de que el alimento debe ser provisto con la debida anticipación (Éxo. 16:4, 5, 22-30) significa que su compra debe ocurrir fuera de las horas del sábado, y que la concurrencia a restaurantes comerciales debe ser evitada en este día.
Medicamentos
La compra de medicamentos durante el sábado es aceptable en situaciones de emergencia (cf. Luc. 14:5), e inapropiada cuando la persona ya los necesitaba, y terminó postergando su compra para este día.
Pasantías y prácticas escolares
El cuarto mandamiento del Decálogo (Éxo. 20:8-11) desacredita la realización de actividades seculares en el sábado, que generen lucro o beneficio material. Involucrados en tales actividades están los programas de planificación y preparación para la vida profesional, incluyendo la asistencia a clases y la participación en prácticas, simposios, seminarios y ponencias de índole profesional, concursos públicos y pruebas selectivas. En caso de confinamiento para rendir exámenes después de que termine el sábado, las horas de este día deben ser invertidas en actividades espirituales.
Elección y ejercicio de la profesión
La estructura de la sociedad en general no siempre favorece la observancia del sábado, y termina por poner a disposición profesiones y actividades que, aunque dignas, dificultan esta práctica. Los adventistas del séptimo día deberán escoger y ejercer profesiones que estén de acuerdo con la debida observancia del sábado. Somos orientados a que, si alguien, “por amor al lucro, [permite] que su socio incrédulo haga funcionar la empresa comercial en la que él participa, es igualmente culpable con el incrédulo; y es su deber disolver esta sociedad sin tomar en cuenta lo que pueda perder” (El evangelismo, p. 182).
Instituciones de servicios básicos
La orientación de no hacer “obra alguna” durante el sábado (Éxo. 20:10) implica que los observadores del sábado deben abstenerse de trabajar en ese día, aun en instituciones seculares de servicios básicos. Las instituciones de nuestra iglesia que no pueden cerrar en los sábados (cf. Juan 5:17), incluyendo los internados adventistas, deben actuar en este día con un grupo reducido y por turno.
Actividades médicas y de salud
Existen situaciones de emergencia en que los profesionales de la salud deben atender, basados en el principio de que “es lícito sanar en sábado” (Luc. 14:3). Los hospitales adventistas necesitan los favores de un equipo médico, de enfermería y de otros servicios básicos para el funcionamiento en las horas del sábado. Pero los turnos de rutina, tanto médicos como de enfermería, en hospitales no adventistas, son inapropiados para las horas del sábado (Ver Ellen G. White Estate, “Consejos de Elena G. de White sobre el trabajo en sábado en instituciones médicas adventistas y no adventistas”, en www.centrowhite.uapar.edu)
Proyectos asistenciales
Cristo dijo que “está permitido hacer el bien en sábado” (Mat. 12:12). Esto significa que “todo asunto secular debía ser suspendido, pero las obras de misericordia y benevolencia estaban en armonía con el propósito del Señor” (El ministerio de la bondad, p. 81). Por lo tanto, es lícito que en las horas sagradas del sábado se visite a enfermos, viudas y huérfanos, a encarcelados y que se comparta el alimento. Las acciones sociales que pueden ser realizadas en otro día no deben tomar las horas sagradas del sábado.
Actividades misioneras
El apóstol Pablo usaba el sábado para persuadir “a judíos y a griegos” acerca del evangelio (Hech. 18:4, 11; cf. 17:2), demostrando la importancia de reservarse un tiempo especial, en este día, para actividades misioneras. Siempre que sea posible, los miembros de la familia deben participar juntos de estas actividades, para disfrutar de la socialización cristiana y desarrollar el gusto por el cumplimiento de la misión evangelizadora.Como adventistas del séptimo día, somos invitados a seguir el ejemplo de Dios al descansar en el séptimo día de la semana de la creación (Gén. 2:2, 3; Éxo. 20:8-11; 31:13-17; Heb. 4:4-11), de manera que el sábado sea para cada uno de nosotros una señal exterior de la gracia de Dios y un canal de sus incontables bendiciones.