La preparación del Pueblo de la Esperanza
El sellamiento y la lluvia tardía en la Iglesia Remanente
Pr. Adolfo Suárez
Introducción
Tres jóvenes buscaron a su pastor porque querían entender mejor un pasaje bíblico “Pastor, en Efesios 5:18 la Palabra de Dios dice “antes bien sed llenos del Espíritu”, pero tenemos una duda: ¿cómo sucede eso?
El pastor les entregó un tamiz, y les dijo: “Vayan hasta el río y llenen ese tamiz con agua, cuando lo logren, ustedes tendrán la respuesta.
Los tres jóvenes fueron al río un tanto dudosos e incrédulos. Al llegar al río, discutieron, pero no lograron pensar en alguna forma de llenar ese tamiz de agua. Entonces, dos desistieron: “Nuestro pastor está loco. Eso es inútil. Vámonos de aquí, si no estaremos todo el día haciendo de bobos”.
Horas más tarde, el pastor fue hasta el río y encontró solo a uno de los jóvenes que no había desistido. Al ver al pastor, le dijo algo triste. “Pastor, no logro llenar este tamiz de agua. Ya me rompí la cabeza, pero es imposible”.
El pastor respondió: “Solo lograrás tener agua en este tamiz si lo mantienes sumergido en el río. Así también es con el asunto de estar lleno del Espíritu Santo: Solo lograrás estar lleno si permaneces sumergido en él”.[1]
¡Qué lección interesante la de ese pastor al joven!
El Espíritu Santo es esencial en nuestra vida. El Espíritu Santo es esencial para la vida del pueblo de la esperanza, pues es solo por la acción del Espíritu Santo que seremos sellados y recibiremos la lluvia tardía. Es sobre eso que estudiaremos hoy.
La importancia del sellamIento
Elena de White nos llama a una atención especial a la importancia de este asunto; ella dice:
“Llegó el tiempo cuando todos los que tienen interés en su salvación deberían inquirir con seriedad y solemnidad: ¿Qué es el sello de Dios?”[2] (TL)
Poco más de un siglo atrás, los pioneros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día sintieron que la comprensión de tema del sello de Dios era una cuestión de vida y muerte. Ellos percibieron que solo los que reciban el sello del Dios vivo pasarán con éxito por el tiempo de angustia y las siete últimas plagas. Solo los sellados permanecerán firmes el Día del Señor. Para los pioneros adventistas, comprender ese asunto fue una prioridad. En nuestros días, comprender ese asunto también debería ser prioridad.
El último libro de la Biblia, el Apocalipsis, revela la batalla final entre el bien y el mal en la Tierra. La adoración es el corazón de ese último conflicto. En fin, hay solo dos grupos en esa guerra. Apocalipsis 22:11, 12:
“El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía. He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra”.
Estos son dos grupos identificados aquí: (1) los que son leales a Dios y (2) los que se rebelaron contra él. Esos dos grupos son colocados en primer plano en la última batalla de la Tierra bajo los símbolos del sello de Dios o la marca de la bestia.
Es necesario verificar algo que había sucedido antes.
La instrucción a los ángeles
En Apocalipsis 7:2, 3 se da instrucción a los cuatro ángeles:
“Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagas daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios”.
Ese pasaje revela tres hechos importantes sobre el sello de Dios: Primero, Dios va a postergar su juicio final hasta que el proceso de sellamiento esté completo. Segundo, serán sellados los siervos de Dios que fueron totalmente leales y fieles a él. Tercero, el sello de Dios se coloca en la frente, un símbolo de la mente.
¿Cuál es el sello que el ÁNGEL colocará en la frente, de acuerdo con Apocalipsis 7: 2-3?
Esta operación que realizan los ángeles de Dios consiste en la impresión de los principios de la ley divina en la vida de los fieles que están preparados para esto, incluido el cuarto mandamiento de la ley de Dios. Entonces, sellamiento es un proceso espiritual, invisible a los ojos humanos, que está sucediendo y pronto terminará, en el fin del tiempo de gracia.
El sello que será colocado en la frente es una marca que los ojos humanos no pueden ver, sino que los ángeles lo pueden leer, pues el ángel destructor debe ver esa marca de redención. Este sello debe ser dado solo a los que hacen la preparación necesaria.[3]
¿CUÁNDO OCURRE EL SELLAMIENTO? ¿CUÁL ES LA DURACIÓN DE ESE PROCESO?
“El tiempo del sellamiento es muy corto, y pronto terminará. Ahora, mientras los cuatro ángeles están reteniendo los cuatro vientos, es el momento en que debemos asegurar nuestra vocación y elección”.[4]
En su misericordia, Dios encomendó a cuatro ángeles a sostener los vientos de la contienda, para que su pueblo pueda tener tiempo para hacer esta preparación a fin de recibir el sello en sus frentes.
Por otro lado, el proceso de sellamiento comienza para cada cristiano el día de su conversión y termina cuando acaba para él el tiempo de gracia, o sea, en ocasión de su muerte o por ocasión del fin del juicio investigador.
¿Cuál es el propósito u objetivo del sellamIento?
El sellamiento tiene por lo menos cuatro propósitos. En primer lugar es fijar en la vida los principios de la ley de Dios. ¿Y cuáles son los principios de los Diez Mandamientos? Son estos: Mandamiento 1: Lealtad; Mandamiento 2: Adoración correcta; Mandamiento 3: Reverencia; Mandamiento 4: Santidad del sábado; Mandamiento 5: Respeto a los padres; Mandamiento 6: Respeto a la vida; Mandamiento 7: Pureza; Mandamiento 8: Honestidad; Mandamiento 9: Veracidad; y Mandamiento 10: Contentamiento. El sellamiento fijará esos principios eternos en nuestra mente.
En segundo lugar, el propósito del sellamiento es hacer que los sellados sean fieles en la observancia de todos los mandamientos de la ley de Dios, en medio de la apostasía y la persecución más feroz. En tercer lugar, el propósito del sellamiento es preparar a los fieles para pasar invencibles por el tiempo de angustia. Finalmente, en cuarto lugar, el propósito del sellamiento es preservar a los fieles de la destrucción final.
¿CUÁLES SON LOS REQUISITOS PARA RECIBIR EL SELLO DE DIOS?
En primer lugar, necesitamos reflejar plenamente el carácter de Jesús
La gran mayoría de los comentarios de Elena de White sobre el sello de Dios tratan de la preparación necesaria para recibirlo. Por ejemplo, ella dice que se debería realizar “una gran obra para preparar un pueblo que fuera sellado con el sello del Dios viviente”.[5] Y en este sentido, una de las cualidades que se encuentran en los escritos de Elena de White es que los creyentes deben reflejar “más plenamente su imagen [de Jesús] en nuestros propios caracteres”.[6] ¿Y qué significa reflejar la imagen de Jesús? Significa haber “vencido todas las tentaciones y triunfado del orgullo, el egoísmo, el amor al mundo y toda palabra y obra malas”.[7]
“Ninguno de nosotros recibirá jamás el sello de Dios mientras nuestros caracteres tengan una mancha. Nos toca a nosotros remediar los defectos de nuestro carácter, limpiar el templo del alma de toda contaminación. Entonces la lluvia tardía caerá sobre nosotros como cayó la lluvia temprana sobre los discípulos en el día de Pentecostés”.[8]
En segundo lugar, para recibir el sello de Dios necesitamos estudiar con más empeño el carácter del Salvador
La mensajera del Señor dice que “Mientras más estudiamos la vida de Cristo dispuestos a obedecer, más semejantes a Cristo nos volvemos”.[9] Y saben cuál es el resultado para quien estudia el carácter de Cristo con el corazón dispuesto? “La santidad debe estar incorporada a nuestro carácter”.[10]
¿Quiere un consejo? La mejor fuente para conocer el carácter de Cristo son los evangelios. ¡Lea los evangelios!
En tercer lugar, para recibir el sello de Dios necesitamos vencer el mundo, vencer el pecado, vencer al diablo.
“Los que venzan el mundo, la carne y el diablo, serán los favorecidos que recibirán el sello del Dios vivo. Los que no sean limpios de manos, cuyos corazones no sean puros, no tendrán el sello del Dios vivo. Los que estén premeditando el pecado y ejecutándolo, serán pasados por alto. Sólo los que, en su actitud ante Dios, ocupan el lugar de los que se arrepienten y confiesan sus pecados en el grande y verdadero día de expiación, serán reconocidos y señalados como dignos de la protección de Dios”.[11]
resumamos lo dicho hasta aqui:
- La condición para recibir el sello del Dios vivo es obtener la victoria sobre el pecado.
- La victoria sobre el pecado está condicionada a imitar el carácter de Cristo.
- Para imitar el carácter de Cristo, necesitamos estudiar y conocer su carácter.
- Y para conocer el carácter de Cristo, necesitamos estudiar la Palabra.
¿Usted estudia la Palabra de Dios todos los días?
Quiero terminar esta sección del sellamiento con un párrafo muy precioso y poderoso de la mensajera del Señor:
“Es imposible que escapemos por nosotros mismos del hoyo de pecado en el que estamos sumidos. Nuestro corazón es malo, y no lo podemos cambiar. “¿Quién podrá sacar cosa limpia de inmunda? Ninguno” (Juan 14:4). “El ánimo carnal es enemistad contra Dios; pues no está sujeto a la ley de Dios, ni a la verdad lo puede estar” (Rom.8:7). La educación, la cultura, el ejercicio de la voluntad, el esfuerzo humano, todos tienen su propia esfera, pero no tienen poder para salvarnos. Pueden producir una corrección externa de la conducta, pero no pueden cambiar el corazón; no pueden purificar las fuentes de la vida. Debe haber un poder que obre desde el interior, una vida nueva de lo alto, antes que el hombre pueda convertirse del pecado a la santidad. Ese poder es Cristo. Únicamente su gracia puede vivificar las facultades muertas del alma y atraer ésta a Dios, a la santidad.”.[12]
¿Qué es la LluvIa TardÍa?
La lluvia tardía es otro tema esencial que es parte de la preparación del pueblo de la esperanza, el pueblo remanente.
El Espíritu Santo es la mayor bendición que un hijo de Dios o la iglesia puede recibir. Junto con él vienen todas las demás bendiciones espirituales. De acuerdo con Juan 14:16-31, el Espíritu Santo es fundamental en la relación de Dios con nosotros. Por eso, el Espíritu Santo debe ser una prioridad en nuestra vida. No hay posibilidad de vida cristiana sin el Espíritu Santo.
Aunque en todos los tiempos el Espíritu Santo haya estado operando en nuestro beneficio, el Señor registró en su Palabra promesas especiales de una provisión extraordinaria del Espíritu Santo.
Hubo una venIda histórica del Espíritu Santo
La venida histórica del Espíritu Santo a la iglesia ocurrió en el Pentecostés, después de la resurrección de Jesucristo. Es importante establecer la distinción entre la venida histórica del Espíritu Santo en el Pentecostés, como el don del Padre y del Hijo a la iglesia, y la venida personal del Espíritu Santo al corazón de hombres y mujeres. El libro de Hechos enfatiza particularmente la venida histórica del Espíritu Santo a la iglesia en un tiempo específico: el día del Pentecostés. El derramamiento del Espíritu Santo estuvo acompañado de señales y milagros ese día y en otras ocasiones específicas en que el Espíritu se manifestó a segmentos específicos de la iglesia. Sin embargo, el Espíritu Santo no siempre viene a la iglesia de la misma manera; el Pentecostés fue sin paralelo. Aquel día se cumplió la promesa de Cristo que enviaría el Espíritu Santo a la iglesia; desde entonces, la tercera persona de la Trinidad divina está presente en la iglesia cristiana como un don de Dios en Cristo. Leamos Hechos 2:38:
“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”.
Por lo tanto, la iglesia no necesita seguir orando por la venida histórica del Espíritu Santo como lo hicieron los discípulos en el cenáculo, conforme está registrado en Hechos 1:13, 14. Pero la iglesia necesita orar para que los corazones se abran y se rindan a las influencias del Espíritu Santo, a fin de que la presencia y el poder espirituales prometidos se manifiesten en la vida y en la misión de la iglesia.
¿qué son la Lluvia temprana y la Lluvia Tardía?
En el Oriente, la lluvia temprana caía en el tiempo de la siembra, en el otoño, especialmente al final de octubre, y preparaba el terreno para ser labrado y sembrado. La lluvia temprana es necesaria para que la semilla pueda germinar. Bajo la influencia de aguaceros fertilizantes el tierno retoño brota.
Por otro lado, la lluvia tardía cae en la primavera, principalmente entre los meses de marzo a mayo. La lluvia tardía es fundamental para que el grano crezca y produzca una buena cosecha. Como caía al final de la estación primaveral, la lluvia tardía maduraba el grano y lo preparaba para ser recogido.
El Señor utiliza esas operaciones de la naturaleza para representar la obra del Espíritu Santo. Leamos tres versículos bíblicos relacionados a esto.Oseas 6:3:
“Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra”.Zacarías 10:1:
“Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová hará relámpagos, y os dará lluvia abundante, y hierba verde en el campo a cada uno”.Joel 2:23:
“Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio”.
Como el rocío y la lluvia son derramados para hacer que la semilla germine, y después para que la cosecha madure, así el Espíritu Santo es enviado para llevar adelante el proceso de crecimiento espiritual, de una etapa hasta la otra. La maduración del grano representa la terminación del trabajo de la gracia de Dios en la vida. Por el poder del Espíritu Santo debe ser perfeccionada la imagen moral de Dios en el carácter. Debemos ser completamente transformados a la semejanza de Cristo.
“La lluvia tardía que madura la cosecha de la tierra representa la gracia espiritual que prepara a la iglesia para la venida del Hijo del hombre. Pero a menos que haya caído la lluvia temprana, no habrá vida; la hoja verde no aparecerá. A menos que las primeras precipitaciones hayan hecho su obra, la lluvia tardía no podrá perfeccionar ninguna semilla”.[13]
Simbólicamente, la lluvia temprana significa el derramamiento del Espíritu Santo que sucedió al comienzo de la iglesia cristiana primitiva (Hechos 2). Esa manifestación del Espíritu Santo vino para germinar la semilla del evangelio que estaba sembrándose.
La lluvia tardía representa el derramamiento del Espíritu Santo que se manifestará en los últimos días de la historia de este mundo y preparará la tierra para la cosecha que Cristo realizará en su segunda venida. Creemos que la lluvia tardía es un acontecimiento futuro. Sin embargo, podemos recibir individualmente “salpicones” de esa lluvia.
¿Cuál es el propósito de la Lluvia Tardía?
En primer lugar, el propósito de la lluvia tardía es dar poder a la voz del tercer ángel. ¿Y cuál es la voz del tercer ángel?
Leamos Apocalipsis 14:9-12:
“Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre. Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”.
El mensaje del tercer ángel es tremendo y terrible. Por eso la iglesia necesita el Espíritu Santo para poder proclamar ese mensaje.
En segundo lugar, el propósito de la lluvia tardía es preparar a los santos para estar en pie en el período cuando serán derramadas las siete últimas plagas. En tercer lugar, reavivar y fortalecer a los hijos e hijas de Dios para enfrentar el tiempo de angustia. Finalmente, el propósito de la lluvia tardía es la maduración de la cosecha.
¿Por qué es necesario el Espíritu Santo?
La lluvia tardía es una poderosa concesión del Espíritu Santo. ¿Por qué es necesario el Espíritu Santo? Esta pregunta es muy importante. La responderé con seis versículos bíblicos.
- Juan 16:8. El Espíritu Santo es necesario para convencernos de pecado, de justicia y de juicio, produciendo arrepentimiento en el corazón.
- Juan 14:26; 16:13. El Espíritu Santo es necesario para dirigir la mente en el estudio de la Palabra de Dios, guiándola en toda la verdad.
- Juan 14:26; Marcos 13:11. El Espíritu Santo es necesario para recordar las verdades o los pasajes bíblicos ya estudiados, en momentos de necesidad o emergencia.
- Romanos 8:16. El Espíritu Santo es necesario para interceder por nosotros ante el Padre cuando oramos, interpretando y perfeccionando nuestras súplicas.
- Romanos 8:26. El Espíritu Santo es necesario para darnos el testimonio o la seguridad interna de que somos hijos de Dios.
- Hechos 1:8. El Espíritu Santo es necesario para habilitar a los hijos de Dios para proclamar con éxito y con poder el evangelio eterno.
¿cuáles son las condiciones para recibir el Espíritu Santo?
1. Sentir la necesidad del Espíritu Santo y orar por él
“Si todos lo quisieran, todos serían llenados del Espíritu. Dondequiera la necesidad del Espíritu Santo sea un asunto en el cual se piense poco, se ve sequía espiritual, obscuridad espiritual, decadencia y muerte espirituales”.[14]
“Puesto que éste es el medio por el cual hemos de recibir poder, ¿por qué no tener más hambre y sed del don del Espíritu? ¿Por qué no hablamos de él, oramos por él y predicamos respecto a él?”[15]
“Cuando nos hayamos consagrado plenamente y de todo corazón al servicio de Cristo, Dios lo reconocerá por un derramamiento sin medida de su Espíritu; pero esto no ocurrirá mientras que la mayor parte de la iglesia no colabore con Dios”.[16]
2. Experimentar primero la lluvia temprana
La lluvia temprana servía para ayudar en la germinación de la preciosa semilla. Y la lluvia tardía servía para la maduración del grano para la cosecha. Experimentar la lluvia temprana implica confesión completa y perdón de los pecados, limpieza de toda contaminación, oración ferviente y consagración a Dios. En una palabra: el crecimiento constante en las gracias cristianas, aprovechando las oportunidades presentes. En un sentido personal subjetivo, la experiencia de la lluvia temprana sería nuestra incorporación individual del mensaje de amor y de obediencia a Cristo.
“Muchos, en gran medida, han dejado de recibir la lluvia temprana. No han obtenido todos los beneficios que Dios ha provisto para ellos por medio de ella. Esperan que la deficiencia sea suplida por la lluvia tardía. Cuando se conceda la gracia en forma abundante y rica, se proponen abrir sus corazones para recibirla. Están cometiendo una terrible equivocación. La obra que Dios ha comenzado en el corazón humano al darle su luz y conocimiento debe progresar continuamente. Todo individuo debe ser consciente de su propia necesidad. El corazón debe estar exento de contaminación, y limpio, para que en él more el Espíritu. Por medio de la confesión y el abandono del pecado, por medio de la oración ferviente y la consagración a Dios, los primeros discípulos se prepararon para el derramamiento del Espíritu Santo en el día de Pentecostés. La misma obra, sólo que, en mayor medida, debe realizarse ahora. En aquel entonces el instrumento humano sólo tenía que pedir la bendición y esperar que el Señor perfeccionara la obra concerniente a él. Es Dios quien comienza la obra, y la terminará, perfeccionando al hombre en Cristo Jesús. Pero no debe descuidarse la gracia representada por la lluvia temprana. Sólo los que estén viviendo a la altura de la luz que tienen, recibirán más luz. A menos que estemos avanzando diariamente en la ejemplificación de las virtudes cristianas activas, no reconoceremos las manifestaciones del Espíritu Santo en la lluvia tardía. Podrá estar derramándose en los corazones de los que están en torno de nosotros, pero no lo percibiremos ni lo recibiremos”.[17]
3. Estar dispuesto a ser guiado y usado por el Espíritu Santo
“Cristo prometió el don del Espíritu Santo a su iglesia, y la promesa nos pertenece a nosotros tanto como a los primeros discípulos. Pero como toda otra promesa, nos es dada bajo condiciones. Hay muchos que creen y profesan aferrarse a la promesa del Señor; hablan acerca de Cristo y acerca del Espíritu Santo, y sin embargo no reciben beneficio alguno. No entregan su alma para que sea guiada y regida por los agentes divinos. No podemos emplear al Espíritu Santo. El Espíritu ha de emplearnos a nosotros. Por el Espíritu obra Dios en su pueblo “así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (Fil. 2:13). Pero muchos no quieren someterse a eso. Quieren manejarse a sí mismos. Esta es la razón por la cual no reciben el don celestial. Únicamente a aquellos que esperan humildemente en Dios, que velan a fin de tener su dirección y gracia, se da el Espíritu”.[18]
5. Eliminar las disensiones
“Estos discípulos se prepararon para su obra. Antes del día de Pentecostés, se reunieron y apartaron todas sus divergencias. Estaban unánimes”.[19]
“Pongan a un lado los cristianos sus disensiones y entréguense a Dios para salvar a los perdidos. Pidan con fe la bendición, y la recibirán”.[20]
6. Despojarse del yo
“[El Señor] anhela derramar sobre nosotros su Espíritu Santo en abundante medida, y nos ordena que limpiemos el camino por el renunciamiento. Cuando entreguemos el yo a Dios, nuestros ojos serán abiertos para ver las piedras de tropiezo que nuestra falta de cristianismo ha colocado en el camino ajeno. Dios nos ordena que las eliminemos todas. Dice: “Confesaos vuestras faltas unos a otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanos” (Santiago 5:16).[21]
“Cuando uno ha quedado completamente despojado del yo, cuando todo falso dios es excluido del alma, el vacío es llenado por el influjo del Espíritu de Cristo”.[22]
Conclusión
Usted puede estar pensando: “Quiero ser sellado. Yo quiero recibir el Espíritu Santo. ¿Y ahora? ¿Qué hago?”
Clame por el Espíritu Santo en su vida; pídalo con insistencia. Además, confiese y abandone sus pecados. “Por medio de la confesión y el abandono del pecado, por medio de la oración ferviente y la consagración a Dios, los primeros discípulos se prepararon para el derramamiento del Espíritu Santo en el día de Pentecostés. La misma obra, sólo que, en mayor medida, debe realizarse ahora”.[23]
Finalmente, profundice su conocimiento de Dios. Oseas 6:3 dice: “Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra. Entonces, si usted quiere ser un hombre o una mujer del Espíritu debe ser un hombre o mujer de la Palabra. Si quiere estar en la presencia de Dios, si quiere tener a Dios en su vida, no cierre los ojos, no cruce las piernas, no levante las manos al cielo. Nada de eso. Solo abra la Palabra, lea con atención y oración. De esa forma, Dios hablará con usted, mantendrá comunión con usted, mediante el Espíritu que inspiró la Palabra.
¡Amén!
[1] Adaptado de https://www.sitedopastor.com.br/enchei-vos-do-espirito/ Acesso em 16 de junho de 2020.
[2] Elena de White. Signs of the Times, 1 de noviembre de 1899
[3] Elena de White. Primeros Escritos, p. 38.
[4] Elena de White. Primeros Escritos, p. 38.
[5] Elena de White. Mensajes selectos, t. 2, p. 73.
[6] Elena de White. Primeros Escritos, p. 71.
[7] Elena de White. Primeros Escritos, p. 71.
[8] Elena de White. Joyas de los testimonios, t. 2, p. 69.
[9] Elena de White. A fin de conocerlo, p. 120.
[10] Elena de White. Testimonios para los ministros, p. 446.
[11] Elena de White. Testimonios para los ministros, p. 445.
[12] Elena de White. El camino a Cristo, p. 18.
[13] Elena de White. Testimonios para los ministros, pág. 506.
[14] Elena de White. Los hechos de los apóstoles, p. 41.
[15] Elena de White. Los hechos de los apóstoles, p. 41.
[16] Elena de White. Eventos de los últimos días, p. 192.
[17] Elena de White. Testimonios para los ministros, p. 507.
[18] Elena de White. El Deseado de todas las gentes, p. 626.
[19] Elena de White. El Deseado de todas las gentes, p. 767.
[20] Elena de White. El Deseado de todas las gentes, p. 767.
[21] Elena de White. Joyas de los Testimonios, t. 2, p. 382.
[22] Elena de White. Obreros evangélicos, p. 304.
[23] Elena de White. Testimonios para los ministros, p. 507.
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