Los adventistas y la homosexualidad: la cuestión central en el debate
Por: Ángel Manuel Rodríguez
“Este artículo examina y evalúa el argumento de que las relaciones del mismo sexo, dentro de un compromiso permanente con un compañero, son teológicamente aceptables”.
En su compromiso y lealtad con la voluntad del Señor Resucitado, de la forma en que se revela en las Escrituras, la Iglesia Adventista ha rechazado el comportamiento homosexual como una expresión adecuada de la sexualidad humana. Esta posición es mantenida universalmente por la Iglesia. Hubo un cambio entre algunos adventistas que argumentan que, aunque el comportamiento homosexual generalmente deba ser rechazado, es aceptable en una situación específica. La cuestión central en la discusión no es si el comportamiento homosexual es bueno o malo, sino si las relaciones amorosas entre personas del mismo sexo dentro de un compromiso permanente con un compañero deben ser aceptados por la iglesia. Ellos argumentan que, en tales casos, la iglesia debe apoyar y aceptar el comportamiento homosexual. A continuación, resumiré en trazos y comentarios amplios el razonamiento por detrás de esta propuesta.
- Impacto emocional. Se recolectan y comparten testimonios describiendo el profundo impacto emocional que algunos adventistas experimentan al percibir que son homosexuales. Escucharlos o leer sobre su experiencia es, de hecho, emocionalmente doloroso. También leemos sobre la experiencia traumática que experimentan sus padres adventistas. Todos ellos aman al Señor y, sin embargo, se encuentran en una situación que nunca anticiparon. Ellos buscan el apoyo de la “iglesia cariñosa”, sin embargo, solo encuentran rechazo. Como resultado, ellos crearon su propio sistema de apoyo al margen de la iglesia y encontraron portavoces para eso dentro del adventismo.
No debemos subestimar la profunda perturbación emocional que ellos experimentan. Los miembros de la iglesia, los pastores y los líderes deben ministrarlos cariñosamente. La iglesia que cuida debe estar al lado de ellos. La iglesia ha hecho eso al distinguir claramente entre la orientación homosexual y el comportamiento homosexual. La iglesia traicionaría la voluntad del Señor si permitiera que la simpatía sentimental y la comprensión amorosa se transformaran en permisibilidad sentimental. Todos nosotros necesitamos sabiduría divina para ministrar a tales individuos y familias sin negociar las enseñanzas, las normas y los principios bíblicos.
- Evidencia científica.A fin de validar el caso de un tipo particular de homosexualidad, aquellos que la apoyan utilizan los resultados de los estudios realizados en los campos de la biología, de la psiquiatría y de la sociología. La evidencia es usada para demostrar que la homosexualidad es un tipo natural de orientación sexual dentro de la población humana; que es normal tener entre el 5% al 10% de homosexuales en cualquier sociedad. La orientación homosexual es considerada por las comunidades médicas y científicas como una variación humana normal. Se argumenta entonces que es incorrecto referirse al homoerotismo como una perversión o como un pecado.
El desarrollo de la identidad sexual es una cuestión compleja. Pero es científicamente incorrecto argumentar que la homosexualidad simplemente es genéticamente determinada. Muchos otros elementos deben tenerse en consideración. Ciertamente algunos individuos tienen una orientación homosexual, pero los factores que la causan están lejos de ser claros. La Iglesia ha reconocido los detalles estadísticos (la orientación), pero no los ha usado para determinar su comprensión de la sexualidad humana o para legitimar un estilo de vida homoerótico. El adventismo está tan firmemente fundamentado en las Escrituras que no permite que la biología, la psiquiatría o la sociología definan doctrinas bíblicas.
- Reinterpretación de los textos bíblicos.Bajo la influencia de la permisividad sentimental y de las comunidades científicas, algunos teólogos adventistas argumentan que los textos bíblicos que abordan la homosexualidad deben ser puestos sobre la mesa para análisis adicional. Bajo la influencia del posmodernismo, ellos argumentan que la manera como leemos el texto bíblico refleja nuestra propia perspectiva y no necesariamente lo que dice el texto;el texto en sí no tiene un significado final. Por lo tanto, necesitamos reconocer las percepciones de otros creyentes como lecturas legítimas del texto. Con base en estos postulados, ellos ofrecen su propia lectura de los textos relevantes. Ellos argumentan que los pasajes del AT tratan sobre la impureza ceremonial homosexual asociada a la práctica de actos homosexuales en dos religiones paganas. El NT, ellos agregan, abre un camino para que la iglesia le dé la bienvenida a la homosexualidad como un estilo de vida, porque Jesús eliminó la impureza ceremonial.
Los pasajes bíblicos fueron discutidos en otros lugares en esta edición y en otras fuentes del Instituto Bíblico de Investigación de la Asociación General. Yo haré solamente algunas observaciones generales. El abordaje utilizado por los teólogos apoyando un estilo de vida homosexual viola el principio de sola Scriptura. Este principio considera que los textos deben ser determinados culturalmente, que ellos no abordan las cuestiones que enfrentamos hoy. Además de eso, su abordaje ha permitido que fuentes no bíblicas determinen su lectura e interpretación de la Biblia. Al violar el significado contextual, lingüístico y gramatical claros del texto, ellos proporcionan una falsa sensación de seguridad a aquellos que practican la homosexualidad.
- Argumentos teológicos.Para limitar la práctica de la conducta homosexual a su expresión en el contexto de una relación amorosa entre personas del mismo sexo en Cristo, intentan transferir la teología bíblica de la sexualidad humana de una comprensión heterosexual a una homosexual. Ellos son forzados metodológicamente a argumentar en generalidades sobre la legitimidad del amor del mismo sexo. La bondad del sexo instituida por Dios, dicen ellos, está abierta a tal intimidad. En el escenario del amor, la primacía se le da a la relación y no al acto sexual. No es una cuestión de saber si el acto es correcto o incorrecto, sino si la relación es buena o mala. El amor como afecto, lealtad y respeto mutuos puede ser expresado en la intimidad del homoerotismo.
Permítanme hacer dos comentarios. Primero, transferir la santidad del matrimonio bíblico al matrimonio del mismo sexo es como transferir la santidad del sábado del séptimo día al domingo. Aquello que Dios no ha santificado expresamente no puede ser santificado por teólogos en oposición a la voluntad de Dios. En segundo lugar, la idea de que la relación es más importante que las acciones es una afirmación ética que necesita una justificación cuidadosa. Esta es ofrecida como un hecho cuando en realidad es una simple opinión. Es prácticamente imposible separar la relación de las acciones. Cuando el amor es definido fuera del contexto de la voluntad específica de Dios para nosotros, este es corrompido. A pesar de los esfuerzos hechos por estos teólogos para justificar el comportamiento homosexual de un determinado tipo, este sigue siendo bíblicamente injustificable.