El lugar de una mujer

¿Por qué Jesús  reprendió a Marta porque le pidió a María que la ayudara en la cocina (Luc. 10:38-41)?

No estoy seguro que la llamaría «reprensión», pero entiendo la que creo es su principal preocupación. La indisposición de Jesús para que María ayudara a Marta a preparar los alimentos da la impresión de que dar alimentos a otros con espíritu de servicio, es incompatible con la tarea de escuchar a Jesús.  Parece que Jesús estuviera devaluando el trabajo de las mujeres en el hogar. Pero antes de sacar alguna conclusión, deberíamos examinar el texto desde la perspectiva de las enseñanzas de Jesús, tomando en consideración algunas prácticas culturales de sus días.

  1. Marta es la anfitriona: Cuando Jesús llega a la aldea donde viven María y Marta, esta sale y lo invita a su casa. Jesús acepta de buena gana ese acto de genuina hospitalidad. Lucas menciona otras personas que invitaron a Jesús a su casa. Leví invitó a Jesús a su hogar para un banquete (Luc. 5:27-29); los fariseos (Luc. 7:36; 11:37) y aun un fariseo prominente (Luc. 14:1) también lo invitaron. En el caso de

Zaqueo, Jesús se invitó solo, aunque el publicano se alegró de recibirlo (Luc. 19:5, 6). El de Marta es el único caso en el que Jesús aceptó la invitación a la mesa de una mujer y lo hizo para derribar barreras, demostrar que su ministerio abarcaba a todos (Luc. 7:33-35) y enseñar e ilustrar mediante su propia

conducta cómo es el reino de Dios. Sentarse a la mesa no era simplemente una cuestión de comida sino una oportunidad única de enseñar a los que lo invitaban. Marta invitó a Jesús sabiendo que era responsable por los alimentos y que el Maestro usaría su hogar como centro de enseñanza.

  1. Preocupación por la comida: Es probable que Jesús no viajaba solo. En consecuencia, Marta tenía que preparar comida para varias personas. El texto dice que Marta «estaba distraída con los preparativos para la gran cena» (Luc. 10:40, NTV).1 Se encontraba sobrecargada por la cantidad de trabajo para la importante visita. María, que sabía que el Maestro aprovecharía la ocasión para enseñar,

decidió sentarse a sus pies, como una discípula ansiosa de aprender. El propósito principal de Jesús para esos momentos se estaba haciendo realidad.

Es comprensible el pedido de Marta. Ella necesitaba ayuda para cumplir de manera adecuada sus responsabilidades de anfitriona. Los contrastes son interesantes: Mientras aprende, María permanece en silencio; Marta se acerca para expresar un pedido en forma audible. La respuesta de Jesús es bondadosa pero clara. El doble vocativo –Marta, Marta–expresa simpatía y apego emocional. Jesús está interesado en Marta y en su tarea, pero ella tiene que entender que existe algo más importante que el alimento físico. Es una cuestión de prioridades. Parece decirle que no es necesario brindarle una comida extraordinaria; no necesita ir más allá de sus posibilidades. Le dice que el objetivo principal de esos momentos es compartir el mensaje del reino de Dios. Como la cuestión se refiere a las prioridades, María ha elegido la mejor porción.

  1. Las mujeres como estudiantes: Lo que hizo Jesús en la casa de Marta resulta extraordinario en el marco de la práctica judía de la época. En general, las mujeres casi no recibían una educación formal. En sus hogares, aprendían de sus madres las leyes de la pureza e impureza, y las responsabilidades domésticas. Para el judaísmo del siglo I d.C., era casi impensado que un maestro le enseñara directamente a una mujer. Ellas podían aprender en la sinagoga, pero su asistencia era esporádica debido al ciclo menstrual y al hecho de que tenían que cuidar a los niños. En ese marco, el evento en la casa de Marta es especial. Jesús le enseña a María, y le pide a Marta que se acerque y aprenda de él.

Al mismo tiempo, aligera su carga y la libera para que pueda ser más eficiente en el servicio. Ella  también podía ser discípula de Cristo.

1El texto bíblico indicado con «NTV» ha sido tomado de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Usado con permiso de Tyndale House Publishers, Inc. Todos los derechos reservados.

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