Entendamos al adversario
¿Por qué 2 Samuel 24:1 dice que Dios incitó a David a llevar a cabo un censo militar, mientras que en 1 Crónicas 21:1 afirma que Satanás lo hizo?

En 2 Samuel 24:1 leemos: «Volvió a encenderse la ira de Jehová contra los israelitas, e incitó [sut] a David contra ellos diciéndole: “Ve, haz un censo de Israel y de Judá”». Y 1 Crónicas 21:1 expresa: «Se levantó Satanás contra Israel e incitó [sut] a David a que hiciera censo del pueblo». Analizaré el uso del término satán en el Antiguo Testamento, algunas conexiones terminológicas con otros pasajes, y finalmente sugeriré una manera posible de armonizar esos pasajes.

1. Uso del término satán: La palabra hebrea satán significa «adversario, contrincante» y es usada para designar a los seres humanos que actúan como adversarios u oponentes de otros (por ejemplo en 1 Rey. 11:14, 23). También designa al ángel del Señor que cumplió la función de adversario de Balaam (Núm. 22:22). Es obvio que esta no es una figura demoníaca. El sustantivo también aparece en Job 1:6 y 2:1, y en Zacarías 3:1, para referirse al adversario del pueblo de Dios. Los estudiosos sostienen que cuando el sustantivo satán va acompañado del artículo («el satán») se refiere a una función («un adversario/contrincante») y no es sustantivo propio («Satanás»). Como el término carece de artículo solamente en 2 Crónicas 21:1, se considera un nombre propio («Satán»). Pero otros estudiosos sostienen que es precisamente cuando el sustantivo va acompañado del artículo que funciona como nombre propio. Acaso ese debate no sea tan importante.

2. Conexiones lingüísticas: Existen claras conexiones lingüísticas entre Job 2:1, Zacarías 3:1, y 1 Crónicas 21:1. En Crónicas, Satanás «se levanta contra» (‘amad) Israel e incita (sut) a que David peque. El término ‘amad junto con el nombre satán también aparece en Zacarías 3:1, lo que establece una conexión entre los dos pasajes. En ambos casos, satán se opone al siervo de Dios. El verbo «incitar» (sut) aparece en conjunción con el nombre satán en Job 2:3, estableciendo también una conexión entre esos dos pasajes. En el libro de Job, incita a Dios en contra de Job, y en Crónicas, incita a David en contra de Dios. El cronista es consciente del uso del término satán en los demás pasajes, y su uso del término satán («Satanás») refleja problablemente el significado del término en los otros dos libros. En otras palabras, no está contrastando su uso con el de los otros pasajes; la presencia o ausencia del artículo es irrelevante. El Antiguo Testamento describe un ser que se opone a Dios y los planes que este tiene para su pueblo (por ejemplo en Gén. 3:1-5; Lev. 16:8-10, 20-22; Isa. 14:12-14; Apoc. 12:9).

3. Las narrativas en Crónicas y Samuel: La función de satán queda muy clara en los tres pasajes que hemos analizado. En primer lugar, es el adversario del pueblo de Dios, oponiéndose a la disposición divina de perdonarlo (Zac. 3:1). Se opone inclusive a la manera en que Dios gobierna su reino (Job 1:6; 2:1). En segundo lugar, incita a las personas para que desobedezcan a Dios. En tercer lugar, quiere el mal para el pueblo de Dios. Es sin duda alguna el archienemigo de Dios. Según Crónicas, Satanás se levantó contra Israel en carácter de enemigo e incitó a David para que hiciera el censo sabiendo que, como resultado, el pueblo sufriría.

¿Por qué hacer un censo sería pecado nacional? En Israel se tomaron diversos tipos de censos sin castigo alguno (ejemplo Éxo. 30:11-16). Quizá, como muchos han sugerido, la diferencia en este caso es que el censo militar llevado a cabo sin la aprobación divina expresaba confianza en el poder militar humano. Significaba quebrantar el pacto de Israel con Dios.

Si este es el caso, las diferencias entre Crónicas y 2 Samuel son insignificantes. La ira de Dios, que se menciona como la causa del censo, es clarificada cuando Dios permite que Satanás incite a David a censar. En su ira, Dios no interviene para proteger a David. A pesar de ello, Dios sigue siendo Soberano, y por ello autoriza la acción de Satanás y pone fin a la plaga. Usa esa experiencia para hacer que David encuentre un lugar donde construir el Templo. No permite que Satanás tenga un control pleno sobre el pueblo de Dios (Job 1:12; 2:6).