AL MINISTRAR A LA SOCIEDAD POSMODERNA, ¿DEBEMOS SER POSTMODERNOS?

AL MINISTRAR A LA SOCIEDAD POSMODERNA, ¿DEBEMOS SER POSTMODERNOS?

Al Ministrar a la Sociedad Posmoderna,

¿Debemos Ser Posmodernos?

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Eduardo M. Velardo

Pastor en La Matanza, Buenos Aires

 

Durante los siglos XVIII y XIX, el pensamiento científico empírico produjo cambios y reemplazos en los fundamentos filosóficos del pensamiento cristiano sostenido por siglos.137 El adventismo surge a mediados del siglo XIX, cuando la cultura occidental experimentaba un acelerado proceso de secularización. Sin lugar a dudas, la cultura occidental ha sufrido alteraciones en su perspectiva filosófica. En armonía con estos antecedentes, Gilles Lipovetsky hace referencia a una nueva modernidad coincidente con la “civilización del deseo”, que se construyó durante la segunda mitad del siglo XX.138

 

La civilización del deseo

Hoy la cultura occidental está desafiando el perfil moderno del pensamiento, que hizo hincapié en la objetividad y la certeza absoluta. Las distinciones de la modernidad entre sujeto y objeto, conocimiento y opinión y ciencia y superstición, están siendo borrosas en el clima posmoderno contemporáneo.139 Durante la modernidad el “deber” estaba por encima del deseo, es decir que frente a una responsabilidad que un individuo debía abordar, indistintamente de su sexualidad y edad, e incluso, le agradase o no hacerla, se responsabilizaba porque era “su deber”. Hoy el deseo y el placer parecen desplazar al compromiso y el “deber”.

El hombre posmoderno habitante de la civilización del deseo y el placer, es descripto por Enrique Rojas como el “hombre light”. Un ser que todo le interesa, pero a nivel frívolo; no es capaz de hacer la síntesis de aquello que percibe. Todo se torna en él delicado, leve, banal y permisivo; ha visto tantos

 

137 Fernando Canale, ¿Adventismo secular? Cómo entender la relación entre estilo de vida y salvación (Lima, Perú: Universidad Peruana Unión, 2012), 25.

138 Gilles Lipovetsky, La felicidad Paradójica (Barcelona: Editorial Anagrama, 2007), 7.

139 Kwabena Donkor, “Should We Be Postmodern to Minister to Postmoderns?”, Ministry

74.5 (2002): 28.

 

cambios, tan rápidos y en un tiempo tan breve, que acuña en su vida la frase “todo vale”, “qué más da” o “las cosas han cambiado”.140

Refiriéndose a la posmodernidad Miroslav Pujic explica: “El término ‘pos’ significa ‘después’; y ‘moderno’ significa ‘actual’, ‘ahora’; algo que pertenece al tiempo presente. Así, podemos definir la expresión posmoderno como ‘más allá del tiempo presente’; es decir, identifica a personas que viven la experiencia de constante cambio.”141 En el transcurso de unos decenios, la sociedad consumista ha alterado los estilos de vida y las costumbres, ha puesto en marcha una nueva jerarquía de objetivos y una nueva forma de relacionarse con las cosas y con el tiempo, con uno mismo y con los demás.142

 

Implicaciones culturales posmodernas

El posmodernismo representa el polo “superestructural” de una sociedad que emerge de un tipo de organización uniforme, dirigista y que, para ello, mezcla los últimos valores modernos, realza el pasado y la tradición, revaloriza lo local y la vida simple, disuelve la preeminencia de la centralidad, disemina los criterios de lo verdadero y del arte, legitima la afirmación de la identidad personal conforme a los valores de una sociedad personalizada en la que lo importante es ser uno mismo, en la que cualquiera tiene derecho a la ciudadanía y al reconocimiento social, en la que ya nada debe imponerse de un modo imperativo y duradero, en la que todas las opciones, todos los niveles pueden cohabitar sin contradicción ni postergación.143

 

140 Enrique Rojas, El hombre light una vida sin valores (Buenos Aires: Editorial Planeta, 1995), 11.

141 Miroslav Pujic, “Evangelismo para hoy”, Ministerio Adventista 62.365 (2014):18-21. Pujic es Director del Ministerio para los Posmodernos de la División Transeuropea de la Iglesia Adventista.

142 Ver Lipovetsky, La felicidad Paradójica, 7; Luis E. Alonso, “Sociología de la moda o moda en la sociología: El concepto de la hipermodernidad en la obra de Gilles Lipovetsky”, en Sociologías en tiempos de transformación social (ed. Eduardo B. Alastuey; Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas, 2012), 25-43.

143 La cultura posmoderna es descentrada y heteróclita, materialista y psi, porno y discreta, renovadora y retro, consumista y ecologista, sofisticada y espontánea, espectacular y creativa; el futuro no tendrá que escoger una de esas tendencias sino que, por el contrario, desarrollará las lógicas duales, la correspondencia flexible de las antinomias. Gilles Lipovetsky, La Era del Vació (Barcelona: Editorial Anagrama, 2000), 11.

 

Eduardo A. Kuckelkorn, en su artículo “Job, o la teología desde la dignidad humana. Anotaciones imprescindibles”, describe el sufrimiento de Job desde la concepción cultural del honor. Por ejemplo, destacando que hoy, el valor cultural dominante en Occidente es la dignidad humana, plasmada en códigos como “los derechos humanos universales”, “los derechos de los niños”, y otros afines. En el mundo posmoderno lo es el éxito. En cambio para oriente el valor supremo de la vida humana lo ocupa el honor. Honor y vergüenza son “los valores centrales en el mundo mediterráneo en general y también en la Biblia”. El honor es por eso una percepción social, inseparable de lo que conocemos como reputación, que se expresa como “su buen nombre”. Kuckelkorn, finaliza su pensamiento diciendo que Job en la etapa que pierde sus bienes siente que ¡ni siquiera Dios está de su lado! Ya que la prosperidad se consideraba una bendición divina, y reafirmaba su honorabilidad.144 Según Rojas, el pensamiento posmoderno es indiferente, no se aferra a nada, no tiene verdades absolutas ni creencias firmes, y sólo demanda excesiva información, aunque no sepa para qué.145 La frivolidad y el ascenso del egoísmo humano constituyen algunos de los males de nuestro tiempo (e.g. la inestabilidad conyugal, la ausencia de ideales, la pérdida de los valores, etc).146 Desde la perspectiva humana podemos inferir, en primera instancia, un fracaso anticipado a la hora de emprender actividades de evangelismo interno y externo.

Zygmunt Bauman declara: “El hábitat posmoderno ofrece pocas oportunidades de actuar conforme a la sabiduría posmoderna. Los medios para actuar colectiva y globalmente han sido desacreditados, desmantelados o se han perdido”. 147 El ideal moderno de subordinación de lo individual a las reglas racionales colectivas ha sido pulverizado, el proceso de personalización ha promovido y encarnado masivamente un valor fundamental, el de la realización personal.148

Los posmodernistas utilizan el término “narrativa” para describir un sistema de creencias y valores que legitiman una sociedad actuando como una

 

144 Eduardo A. Kuckelkorn, “Job, o la teología desde la dignidad humana. Anotaciones imprescindibles”, Theologica Xaveriana 60.170 (2010): 379-380.

145 Rojas, El hombre light una vida sin valores, 89.

146 Ibíd., 90.

147 Zygmunt Bauman, Ética Posmoderna. (Madrid: Siglo XXI Editores, 2009), 286.

148 Lipovetsky, La Era del Vació, 7.

 

fuerza que une a esa sociedad. Una narrativa (es decir, el sistema de creencias que mantiene unida a la sociedad) es “magnífico” cuando es integral para explicar y proporcionar significado a lo que la sociedad hace y cree.149

Con respecto a las implicaciones culturales posmodernas el adventismo no es la excepción, Fernando Canale dice: “en la actualidad, administradores de la iglesia, profesores universitarios y pastores están afrontando los desafíos filosóficos, científicos y culturales de la modernidad y posmodernidad. Atraídos por estas corrientes de pensamientos, algunos líderes presionan a la iglesia en búsqueda de infiltrar un estilo de vida foráneo e hibrido al seno teológico adventista”.150 De esta manera la contextualización debe ser considerada y no desestimada a la hora de realizar la misión.

 

Posmodernismo: un desafío evangelizador

¿Cómo podría el pensamiento y la conducta posmoderna atraer a líderes de un movimiento internacionalmente fundado sobre las bases de las Sagradas Escrituras? Por cierto esto no sucede de forma repentina. Según Canale, podría decirse que el proceso de secularización en el adventismo lleva, al menos, unos cincuenta años.151 La contextualización o adaptación del mensaje adventista a la cultura posmoderna, en primera instancia ha de ser un desafío relevante a la hora de la evangelización. Por otro lado, si no está claro el mensaje adventista se corre el riesgo de ser seducidos al punto de finalizar en un fracaso misional.

 

Evangelización adaptativa

Al instrumentar adaptaciones evangelizadoras al mensaje de salvación, acorde a las Creencias Fundamentales de la iglesia Adventista del 7º Día, las expectativas de contaminación teológica y eclesial serán de menor incidencia. Por su parte, si no se es teológicamente riguroso a la hora de interactuar con el posmodernismo, los índices de exposición al fracaso serán muy elevados.

La más acentuada dificultad se encuentra en la interpretación o reinterpretación de los Escritos Sagrados. Las Creencias Fundamentales, están sujetas a una revelación progresiva. Esto no implica que en la búsqueda de hallar

 

149 Donkor, “Should We Be Postmodern to Minister to Postmoderns?”, 1.

150 Canale, ¿Adventismo secular?, 26.

151 Ibíd.

 

mayor claridad teológica, se caiga en desmedro del mensaje adventista. Sino todo lo contrario. Por ejemplo: si los temas en cuestión son presentados a través del protocolo eclesial correspondiente, no habrá dificultad tanto en el liderazgo como en la membresía en aceptar lo dispuesto por la iglesia adventista mundial.

El alcanzar al prójimo con un fin salvífico, requiere de una instrucción teológica equilibrada, sabiendo que la sociedad posmoderna a la cual nos dirigimos cuenta con algunas características peculiares. En relación al hombre light, Enrique Rojas describe seis características distintivas de su perfil que describen al ser humano occidental de manera asombrosa: (1) Es un ser materialista al hecho de ganar mucho dinero; (2) hedonista: en búsqueda de pasarla bien a costa de lo que sea, apuntando a la muerte de los ideales; (3) permisivo: arrasa los mejores propósitos e ideales; (4) revolucionario sin finalidad y sin programa: la ética permisiva sustituye a la moral; (5) relativo: todo es relativo y subjetivo; (6) consumista: representa la formula posmoderna de la libertad.152 Este perfil, evidentemente, discrepa del pretendido “estilo de vida adventista”.

Antonio Cruz, muestra la variación e inconstancia religiosa del hombre posmoderno al decir: “Hoy abunda el individuo religioso que es un tiempo cristiano, algunas veces budista, unos años discípulo de Krihna…”.153 Considerando la posmodernidad y el modelo de misión, In Sik Hong dice: “Ya que en los tiempos posmodernos la gente pierde su confianza en lo hasta ahora ‘creíble y confiable’ y se dirige hacia lo ‘increíble’, nuestra cuestión es: ¿cómo recuperar la credibilidad perdida?”.154 Frente a esta problemática Hans Küng plantea disponer de una mente abierta y dispuesta a salir de las estructuras de las denominaciones religiosas en búsqueda del ecumenismo como solución a esta problemática posmoderna.155 ¿Entonces el hombre posmoderno es inalcanzable?

 

152 Rojas, El hombre light una vida sin valores, 14-15.

 

153 Antonio Cruz, Posmodernidad. El Evangelio ante el desafío del bienestar (Terrassa: Editorial CLIE, 1996), 169-176.

 

154 In Sik Hong, ¿Una iglesia posmoderna?: En busca de un modelo de iglesia y misión en la era posmoderna (Buenos Aires: Ediciones Kairos, 2001), 117.

 

155 Hans Küng, Teología para la postmodernidad: fundamentación ecuménica (Madrid: Editorial Alianza, 1998), 162-164.

 

De ninguna manera, debe elaborarse una estrategia acorde a la necesidad, sin que por ello se vea alterada la teología de vida adventista.

 

Apostasía creciente ¿un efecto posmoderno?

El posmodernismo asume muchas formas diferentes, pero todas estas variaciones pueden ser usadas productivamente como intentos de explicar la incapacidad de la razón para resolver las preguntas fundamentales de la vida humana”.156 El hombre light puede cambiar su “filosofía de vida” optando por la lealtad a los principios, la perseverancia en los ideales nobles, la tenacidad en mantener los criterios de conducta a pesar de los cambios sociales abruptos y cotidianos. Cualquier observador de los sucesos históricos y del estilo de vida adventista del séptimo día reconoce que hoy no es lo que solía ser.157

Para la Iglesia Adventista Del Séptimo Día, en su conjunto, la apostasía es un motivo de preocupación y estudio. La secretaría de la Unión Argentina de los Adventistas del Séptimo Día advierte, en sus registros de miembros, un elevado porcentaje de apostasía en todos sus campos eclesiásticos durante los últimos cincuenta años.158 Es importante destacar que la iglesia adventista no es una “iglesia apóstata”, sino que sufre apostasía. El secularismo está en la sociedad presente y la membresía no está exenta de verse afectada por el posmodernismo: “El hombre light, no es un religioso ni ateo, sino que él ha construido una forma particular de espiritualidad según su perspectiva. Él es quién decide lo que está bien y lo que está mal y su anhelo de infinito empieza por una satisfacción materialista y finaliza fabricando una ética a su medida.”159

Ángel M. Rodríguez, muestra su preocupación al analizar la polarización de ideas dentro del adventismo. También advierte los peligros del sincretismo religioso, señalando algunos de ellos: (1) diferencias litúrgicas, (2) énfasis en la

 

156 Heath White. El posmodernismo: cómo entender el mundo contemporáneo (El Paso, Tx.: Editorial Mundo Hispano, 2007), 51.

157 Canale, ¿Adventismo secular?, 27.

158 Roberto Gullón, Secretario de la Unión Argentina, entrevistado por el autor, Buenos Aires, 10 de diciembre de 2013.

159 Rojas, El hombre light una vida sin valores, 154-155.

interpretación profética, (3) diferencias en cuanto al estilo de vida, (4) la unidad en cuanto a las Creencias Fundamentales y la misión de la iglesia, (5) los riesgos del crecimiento de iglesia y (7) el peligro del congregacionalismo.160 De acuerdo con este panorama descriptivo, entendemos que el liderazgo adventista debe ser precavido y competente a la hora de capacitar a sus líderes.

 

Adventismo y posmodernismo: puntos convergentes y divergentes

Puntos convergentes

Podemos observar dentro de la propuesta posmoderna algunos puntos convergentes con el adventismo: (1) el respeto por los derechos humanos, (2) el respeto por la vida privada, (3) el énfasis sobre el cuidado del medio ambiente, (4) el aporte a la salud preventiva (5) el énfasis en la alimentación light o bajas calorías y el ejercicio físico y, (6) la lucha por la libertad de expresión, entre algunas otras. El adventismo apoya, difunde y trabaja, desde sus distintos departamentos eclesiales estas propuestas. Entonces ¿Cuál es el peligro? Para responder debemos observar también los puntos divergentes que están hermanados con los puntos convergentes.

 

Puntos divergentes

Podemos observar dentro de la propuesta posmoderna algunos puntos divergentes con el adventismo: (1) la concepción relativa de la Sagradas Escrituras, (2) la pérdida de valores, (3) la relatividad y subjetividad a la hora de evaluar los sucesos de la vida, (4) la falta de credibilidad en un liderazgo que demande compromiso, (5) el estilo de vida a la carta, basado en el deseo y el placer, (6) la descalificación de la vida conyugal prolongada en el tiempo, (7) la composición de una familia no necesariamente acorde al modelo bíblico, (8) hablar de revolución sin finalidad y sin programa, (9) la ética permisiva sustituye a la moral y, (10) el uso de la sexualidad sin límites, entre otros aspectos que podrían sumarse a esta lista.

En resumen, entre los puntos convergentes y divergentes se aprecia desde el posmodernismo un enfoque dual a la hora de expresar su filosofía de vida. Por ejemplo, al hablar de libertad de expresión se cree contar con el derecho de decir

160 Ángel M. Rodríguez, “Polarización teológica: causas y tendencias”, Ministerio Adventista

  1. N° 350 (septiembre-octubre 2011): 13-19.

cualquier cosa sin reparar cuando, donde, a quién y, de qué forma se dice una verdad o una difamación. Incluso sin medir o evaluar sus consecuencias. Los puntos convergentes del posmodernismo son el soporte que busca justificar sus puntos divergentes. De esta manera evade la recriminación al no considerarse responsable o comprometido con las situaciones que lo circundan.

 

Resumen y conclusiones

En los últimos quince años aproximadamente, América Latina y en el último lustro Europa occidental ha sufrido los desbastadores efectos de la política neoliberal. Esta crisis de instituciones políticas y comerciales, entre otras, no exime a las instituciones religiosas. La globalización ha posibilitado entre tantas otras cosas, lograr transferir soluciones y conflictos. En esta oportunidad transfirió el descrédito del liderazgo en todos los niveles, cuestionando la credibilidad y procedencia del mensajero y el mensaje. Por ello, las nuevas generaciones exigen hoy, revindicar los espacios perdidos a causa de un liderazgo cuestionado en todos los ámbitos.

Zygmunt Bauman, declara que es difícil asistir ese vacío debido a la crisis posmoderna que muestra sus falencias corporativas, y lo que Gilles Lipovetsky confirma al decir que las reglas racionales colectivas han sido pulverizadas debido al individualismo excesivo. También, In Sik Hong señala que en los tiempos posmodernos la gente pierde su confianza en lo que hasta ahora era “creíble y confiable”. Por su parte Eduardo A. Kuckelkorn a partir de su análisis de la vida de Job, describe la diferencia existente entre la mentalidad oriental, que induce al hombre a vivir por el honor, en contraste con la mentalidad occidental que promueve, como prioridad, ser un hombre de éxito.

Heath White explica la incapacidad de la razón para resolver las preguntas fundamentales de la vida humana. Antonio Cruz, señala que el hombre posmoderno está en búsqueda de un cristianismo a la carta. Hans Küng plantea poseer una mente abierta y dispuesta a trabajar en búsqueda del ecumenismo. Enrique Rojas ve con preocupación el estilo de vida posmoderno y, sugiere realizar un plan de recuperación del hombre light.161

 

Miroslav Pujic, sugiere desde la Biblia y en base a su experiencia con grupos posmodernos, que el evangelismo de la amistad es un camino altamente efectivo para alcanzar a la mente posmoderna. Fernando Canale, si bien advierte de los peligros del secularismo y del posmodernismo dentro y fuera del ámbito eclesial adventista, propone alcanzar al hombre posmoderno sin que por ello debamos menoscabar el adventismo. Humberto Rasi expresa que el trabajar con el secularismo y el neopanteísmo parece ser muy difícil, pero destaca que solo a través de una fe cristiana y un estilo de vida coherente el evangelio puede ser muy efectivo.162 Y en relación a la polarización Ángel M. Rodríguez nos previene en cuanto a causas y tendencias, invitando al liderazgo de la iglesia a permanecer fieles al adventismo al momento de abordar al individuo contemporáneo.

Creo que el adventismo, cuenta con una propuesta bíblico-teológica evangelizadora y salvífica que puede llenar el vacío existencial de la generación “posmoderna”. La Biblia nos presenta a Dios ingresando en la historia humana, presentándose como Salvador y Señor. Por más de una década de ministerio pastoral, he observado en la sociedad y en la población eclesiástica, una necesidad motivacional y real en la cual colocar sus fundamentos. El posmodernismo, el secularismo entre otras filosofías de vida, no cubren el vacío existencial que reclama el hombre contemporáneo. Como también no es necesario consumir sustancias para saber sobre sus efectos nocivos. En cambio, sí creo, que es inexcusable ejercer adaptaciones en cuanto a la presentación del plan de salvación en el posmodernismo. Los cambios se suscitan cuando el “hombre light” o “posmoderno”, al enfrentar sus crisis, puede contar con un adventismo cercano en la asistencia pero lejano en sus principios.

El adventismo puede, desde la valorización cultural y regional, invitar al hombre posmoderno a abandonar su “filosofía de vida”. Debido a que el ser humano por naturaleza necesita vivir bajo una estructura de normas que contribuya a su diario vivir, incluso contra su deseo. Es por ello que el secreto, por así llamarlo, está en el “estilo de vida” o, mejor dicho, en una “teología de vida” basada en las Sagradas Escrituras.