Bondad, Ternura, Simpatia

Cuando se Sigue Vuestro Consejo. «Dios ve cada transacción, no hay nada que se oculte a su vista. Hay demasiada responsabilidad asumida por hombres que no han cultivado el amor, la compasión, la simpatía, la bondad, que caracterizaron la vida de Cristo. Al relacionarse con hermanos que no han seguido sus consejos, o quizá hayan puesto en duda su curso de acción, o los han tratado en forma desagradable, ellos no manifiestan amor, aunque esas almas han sido adquiridas por la sangre de Cristo y son quizá más preciosas a la vista de Dios por su sencillez e integridad en mantener a toda costa lo correcto» Carta 3la, 1894, pág 14 (Oct.27 de 1894 a A. R. Henry).

Placer en Herir a las Almas. «Siento que haya personas en puestos de confianza que apenas cultivan la simpatía y la ternura de Cristo. Ni siquiera cultivan y manifiestan amor hacia sus hermanos en la fe. No ejercitan el precioso tacto que debiera vincular y enmendar a los descarriados, sino que, en su lugar, exhiben una crueldad de espíritu que los lanza aún más a las tinieblas y hace llorar a los ángeles. Hay quienes parece que encuentran cierta clase de placer en herir y lastimar a las almas que están próximas a la muerte. Cuando contemplo a hombres que manejan las verdades sagradas, que llevan santas responsabilidades y fallan en cultivar un espíritu de amor y ternura, me dan ganas de gritar, «Volveos, volveos … ¿por qué moriréis?» Carta 43, 1895, pág. 3 (Junio 14, de 1895 a J. H. Kellogg).

Bondad, Cortesía y Humildad de Cristo. «Usted necesita la bondad, la cortesía, la mansedumbre y la humildad de Cristo. Usted tiene muchas aptitudes de valor que pueden ser perfeccionadas para realizar servicios de índole superior, si son santificadas por Dios. Usted debe sentir la necesidad de acercarse a sus hermanos con bondad y cortesía, no con aspereza y severidad. Usted no se da cuenta del daño que les hace con su espíritu áspero y dominante. Los obreros de su asociación se descorazonan, pierden el valor que podían tener si usted les demostrara respeto, bondad, confianza y amor. Por su trato, usted ha alejado de sí los corazones de sus hermanos, por eso sus consejos no ejercen mucha influencia sobre ellos para el bien. Esto no está de acuerdo con el Señor. El no se agrada de su actitud hacia sus hermanos» Carta 3, 1888, pág. 4 (Enero 10, 1888).

El Poder de la Bondad. «Hasta el día de] juicio no conoceréis la influencia de un trato bondadoso y respetuoso para con el débil, el irrazonable y el indigno» (Ministerio de Curación, pág. 395).

Si después de la provocación y la injusticia usted reacciona con ingenuidad y buena fe, y hasta se toma el trabajo de mostrarles actos especiales de bondad, entonces actuará como un cristiano y ellos se sorprenderán, se avergonzarán y se darán cuenta de su mal trato más claramente que si usted les hace visible sus malas acciones para reprenderlos.

Si usted les hace patente sus malas acciones, se refuerzan en su terquedad y se ponen a la defensiva; pero si los trata con ternura y consideración, contrastarán más profundamente su propia conducta con la vuestra. Entonces tendrá las riendas en su puño. Estará usted en terreno ventajoso, y cuando muestre solicitud por sus almas, sabrán que usted no es hip6crita, sino que siente lo que dice.

Se me ha mostrado que las palabras habladas apresuradamente bajo la provocación, que parecen de poca importancia— nada más de lo que se merecen— cortan a menudo la influencia que debiera mantener su alma atada a la de ellos. La mera idea de que están en las tinieblas, bajo las tentaciones de Satanás y cegados por su poder hechicero, debiera despertar en usted una profunda simpatía –la misma que sentiría por el enfermo que sufre, pero que a pesar de su enfermedad, no se da cuenta de su condición– Carta 20, 1892 (Octubre 17, 1892 a J. H. Kellogg)

Representantes de Cristo. Sería bueno que los que ocupan puestos de confianza en nuestras instituciones recordaran que son representantes de Jesús. En sus vidas se deben revelar la verdadera bondad, la santidad, el amor y la compasión por las almas tentadas. Cristo entregó su vida para salvar a los que creyeran en El. ¡Cómo no valorar debidamente las almas por las cuales El dio su vida, nosotros que somos participantes de una salvación tan grande! Obremos con perseverancia y energía proporcionada al valor que Cristo colocó sobre su herencia comprada con su sangre. Mucho han costado las almas de los hombres para ser consideradas como bagatela, o tratadas con crueldad o indiferencia.

La vida defectuosa es un deshonor para Cristo. Los colaboradores con Cristo no manifestarán crueldad ni suficiencia propia. El alma debe ser purificada de estos elementos y ser poseída por la gentileza de Cristo. Nunca seáis faltos de bondad hacia nadie, porque por la gracia de Dios, esa alma puede llegar a ser heredera de Dios y coheredera con Cristo. Nunca agraviéis los corazones de los comprados por Cristo, porque al hacerlo, ofendéis el mismo corazón de Cristo. Siempre tened presente que todos nos reuniremos otra vez ante el gran trono blanco, para recibir la aprobación o la desaprobación de Dios. Un alma herida es a menudo un alma destruida. Que los que gozan de luz y privilegios recuerden que su misma posición de confianza los hace responsables por las almas. Ellos tendrán que encontrarse otra vez con aquellos a los cuales han apartado de Cristo heridos y lastimados hasta la muerte.

El agente humano es sabor de vida para vida, o de muerte para muerte. O atrae a Cristo o aleja de Cristo” Manuscrito 143, 1899 (Oct. 4, 1899, Co-Workers With Christ).

Bondad con los que Yerran. «Para el avance de su causa en la tierra, el Señor necesita hombres que al tratar con los que yerran, sean bondadosos y considerados, y cuyos caracteres revelen similitud con la divinidad, hombres que tengan la sabiduría de Cristo al tratar asuntos que se deben mantener en privado, y que, cuando tengan que hacer alguna obra de corrección y reprensión, sepan cómo mantener silencio delante de aquellos a quienes no les atañe. No debemos dar oportunidad a los incrédulos de hacer del pueblo de Dios el objeto de sus sospechas y juicio injusto, ya se trate de obreros o laicos” Advent Review and Sabbath Herald, Nov.14,1907.

Bondad hacia los Jóvenes. «Dios hace responsables a los administradores de sus instituciones, de tratar a los jóvenes empleados en ellas con cortesía, respeto y bondad. Deben tratar con ellos como ellos quisieran ser tratados por Cristo. Su primera obra es ser tan bondadosos hacia los jóvenes, tan considerados hacia sus intereses, que ellos se sientan en su presencia como en su propia casa» Advent Review and Sabbath Herald, Abril 28, 1903.