Cinco Lecciones de Liderazgo para Pastores

Cinco Lecciones de Liderazgo para Pastores

Cinco lecciones de liderazgo para pastores

Pr. Marcos Torres

 

 

Hace doce años, yo era un soldado en el Ejército de los Estados Unidos.[i] Al pensar sobre mi tiempo en el ejército, hay una gran cosa por la que estoy agradecido: la oportunidad de aprender a liderar. Me gustaría compartir cinco lecciones de liderazgo que aprendí en el ejército que son imprescindibles para los pastores y líderes de iglesia.

  1. VIVIR POR LA SINGULARIDAD DEL LIDERAZGO

Una singularidad es básicamente el estado más simple de algo. El liderazgo puede tener muchas variables, escenarios y trucos, pero al reducir el liderazgo efectivo a su estado más simple y “singular”, uno llegará a esta frase: cuidar y preocuparse por los demás.

Entonces, pastores, preocúpense y cuiden a sus miembros de iglesia. Y me refiero a que realmente, verdaderamente, se preocupen por ellos y los cuiden. Si no se preocupan ni cuidan a las personas y ellas lo saben (y créanme, lo harán), es muy poco probable que se recuperen de eso.

  1. REPRESENTAR A TU GENTE

En las fuerzas armadas, los buenos líderes son los que no miran a sus soldados como empleados, voluntarios, peldaños para avanzar en la escalera del éxito, o herramientas para cumplir la misión. En lugar de eso, los ven como su familia. Este tipo de líderes tomará cualquier riesgo, soportará la presión, y quitará cualquier obstáculo para ver a su gente teniendo éxito. Para este tipo de líderes, todo es “nosotros”. Si uno insulta a su equipo, este tipo de líder se alzará en defensa de ellos incluso si uno felicita su liderazgo.

Los pastores también deberían aprender esta lección. Algunos pastores que he conocido se quejan todo el tiempo acerca de los miembros de sus iglesias. Muchas veces, ven a sus iglesias como un peldaño en la escalera del éxito para un mejor futuro y mejores oportunidades. No representan a su gente, y se nota.

  1. SER UN PORTADOR, NO UN OSTENTADOR

En las fuerzas armadas, todos ostentan su insignia de rango. Cuando a uno se le da el cargo de sargento, recibe tres galones. Estos tres galones simbolizan su rol como líder. Sin embargo, hay dos tipos de sargentos en las fuerzas armadas: los que ostentan la insignia y los que la portan.

Los que portan la insignia son los sargentos que tienen los galones y disfrutan del respeto que eso conlleva. Esa persona puede dar órdenes y demandar respeto. Los galones también vienen con la carga de cuidar, nutrir y sacrificar. Sin embargo, los que solo la ostentan no hacen nada de eso. Muestran su rango y disfrutan los beneficios mientras que se niegan a llevar las cargas que vienen con él.

El portador es el sargento que acepta tanto las cosas que disfruta como también las cargas. Ellos lideran abnegadamente y se ven como siervos, no como supervisores. Este tipo de líderes son amados porque no requieren que otros los sigan, sino que inspiran a que lo hagan.

  1. UTILIZAR LA TRÍADA DEL LIDERAZGO

Un buen líder es alguien que vive para darle a su gente propósito, dirección y motivación. No se puede saltear uno sin que la misión como un todo lo sufra. Si uno proporciona propósito y dirección sin motivación, su gente no actuará. Si proporciona dirección y motivación, pero no un propósito, a su gente no le importará. Si proporciona motivación y propósito, pero no dirección, su gente no lo seguirá. Los tres tienen que estar presentes al mismo tiempo para que su liderazgo influencie de forma positiva la misión.

  1. LIDERAR DESDE EL FRENTE

Liderar desde el frente muestra la diferencia entre un líder y un jefe. El jefe se sienta al fondo y le grita a su gente: “¡Vayan!”. El líder se posiciona al frente y grita: “¡Vamos!”, mostrando a través del ejemplo lo que tienen que hacer.

¿Cómo funciona esto en la práctica? Cuando le pido a mis ancianos que visiten a los miembros de iglesia, yo visito a los miembros primero. Cuando pido a mis predicadores que prediquen sermones bíblicos, buenos y que cambien la vida de las personas, yo los predico primero. Cuando le pido a mi gente que se cuiden entre ellos, que pongan a la familia en primer lugar y que pasen tiempo con Dios, yo lo hago primero.

Jesús mostraba todas estas lecciones de liderazgo. Se preocupaba profundamente por su gente y cargó el peso del liderazgo durante todo el camino hacia la cruz. Nos proporciona propósito, dirección y motivación. Él vivió todo lo que él nos pide que hagamos y más. Entonces, miren a Jesús. Lideremos como él.

[i] Esta es una versión expandida de una entrada publicada anteriormente en el blog del autor.

 

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