Crecimiento de la Iglesia

Desde su surgimiento, los estudios del Crecimiento de la Iglesia han sido considerados por algunos como un movimiento [1] y por otros como una nueva disciplina de la teología sistemática [2] especialmente dentro del mundo evangélico.

El conocer como surgió a la plataforma de la teología, como se afianzó en este terreno, que criterios sustentan quienes la promueven, que clasificaciones se han practicado sobre su contenido y los argumentos usados en su contra, son legítimamente conocimientos válidos y necesarios para iniciar un estudio del Crecimiento de la Iglesia.

Su surgimiento y Donald McGavran

En la historia del surgimiento de esta nueva disciplina se conjugan tres circunstancias especiales como son: una preocupación surgida de una necesidad práctica, la observación de un hombre sensible y la investigación seria.[3]

Por unanimidad casi universal se considera a Donald Anderson McGavran como el pionero de esta disciplina.

Nace como hijo de misioneros evangélicos protestantes en la India. Siguiendo los caminos de su padre, concluye sus estudios teológicos en los Estados Unidos e ingresa como ministro ordenado de la Iglesia Discípulos de Cristo en la India en 1923, donde siguió ocupando distintas responsabilidades más bien administrativas hasta 1955.

Con curiosidad al comienzo y con sincera preocupación después notó durante esos años como algunos movimientos religiosos parecían experimentar un crecimiento rápido, seguro e incluso cons­tante mientras que otros parecían sufrir de un estancamiento.

La sinceridad de su preocupación le hizo ir más allá de la observación pues comenzó a indagar sobre las causas de estos hechos. Durante este período se une a él otro misionero de la India, J. Waskom Pickett; unión feliz, pues éste con similares inquietudes presta el apoyo que faltaba para la cristalización de los anhelos de McGavran.

En 1936 publican juntos el libro Christian Missions in Mid-India exponiendo así, por primera vez, los resultados de sus estu­dios.[4]

Tanto en este libro como en el que publicó en 1955, Bridges of God, McGavran presenta sus estudios sobre el crecimiento de la Iglesia y en este último caso con un análisis histórico que abarcaba el crecimiento desde los días apostólicos hasta el contemporáneo. Este último libro despierta reacciones de aceptación y de reservas.

Desde esa fecha se dedica a la realización de distintos estudios de Crecimiento de la Iglesia en diversos lugares del mundo, la mayoría de ellos del tercer mundo.[5]

En 1960 funda el Instituto de Crecimiento de la Iglesia en Oregon que más tarde se une al Fuller Theological Seminary de Pasadena, California como School of World Mission.

De su pluma surge, en 1970, el libro que llega a ser considerado como el clásico en relación con Crecimiento de la Iglesia, Understanding Church Growth.

Su afianzamiento y desarrollo

en el ambiente cristiano evangélico

Al momento inicial del surgimiento le siguió el del afianzamiento y desarrollo en el que se sistematiza esta nueva rama de la teología aplicada incluyéndosela en los programas de estudios de Seminarios y Escuelas de Teología.

Desde la década del 60 a la del 80 proliferaron los estudios de crecimiento de la Iglesia [6] promovidos por una representación heterogénea de Iglesias del mundo Evangélico dando así una reconocida solidez a los mismos.[7]

Sistematización

Una vez asegurado su lugar dentro del ambiente evangélico y a la vez que esto ocurre se va produciendo la sistematización de la misma.

Esta sistematización no es de valor universal, pero la inmensa mayoría de los autores reconocen una sistematización básica común.

En términos muy generales se reconocen tres dimensiones del crecimiento de la Iglesia. El primero referido a su aspecto cualitativo, el segundo referido a su aspecto cuantitativo, y el último a su aspecto corporativo.[8]

El aspecto cualitativo ha sido el más estudiado y sistematizado reconociéndose en general tres tipos de crecimiento comprendidos en este aspecto, a saber el crecimiento biológico, básicamen­te producido por el saldo existente entre los nacimientos y las defunciones, el crecimiento por transferencia producido en desmedro de otro movimiento religioso y el crecimiento por conversión, considerado por todos como el auténtico crecimiento producido por el trabajo evangelizador de la iglesia.[9]

Por ser éste último crecimiento el que más ha interesado a los estudiosos, éste ha sido categorizado. Correspondiendo la designa­ción con la formula E-0 al crecimiento producido en el seno de la Iglesia a través de la genuina conversión, E-1 designa el creci­miento producido como fruto de la evangelización personal de los miembros de una iglesia entre sus familiares, amigos y vecinos que naturalmente pertenecen a su mismo grupo social, como un movimiento de expansión. E-2 designa en cambio los resultados de los esfuerzos de extensión realizados por una iglesia para establecer otra, en otro lugar, aunque dentro del mismo grupo social. Y finalmente al designación E-3 está reservada para los movimientos realizados para el establecimiento en otro ambiente y continente.[10]

Razones-causas del crecimiento

El desarrollo de esta disciplina consiste justamente en descubrir las razones-causas del crecimiento de distintos grupos religiosos o bien las de su no crecimiento.

Con tal planteamiento es obvio que las razones-causas descubiertas o planteadas en estos estudios son tan diversas como au­tores, situaciones, ambientes, culturas y otros factores lo determinan.

Siempre en términos muy generales se considera que hay tres factores que operan en el crecimiento: en primer lugar, los factores espirituales pues no se puede considerar el crecimiento de la Iglesia como un acontecimiento humano, en segundo lugar los factores sociales pues se considera que la iglesia es un organismo social y se comporta como tal, llegándose así a distinguir entre pueblos o zonas receptivos o resistentes a la evangelización y por último los factores personales que determinan que las diferencias no sean de iglesia a iglesia, sino más bien de congregación a congregación.[11]

Aunque los distintos autores difieran entre sí en la distinción de las razones que producen este crecimiento apuntan bási­camente a tres áreas; a una Iglesia comprometida con la evangelización en planificación y acción, a una membresía compuesta por laicos comprometidos y equipados debidamente y un ministro que hace de pieza clave para producir, organizar, incentivar, evaluar y guiar ese crecimiento en forma dependiente de Dios y de su Espíritu.

Como ejemplo de una enumeración de razones-causas de este crecimiento citamos la que pertenece al Dr. D. McGavran por considerarla perfectamente representativa.

  1. El Evangelio predicado en un ambiente receptivo. Así como la Iglesia primitiva apostólica comenzó predicando a los judíos inicialmente para recién luego hacerlo entre los gentiles.
  1. La multiplicación de congregaciones. El crecimiento no se da por el mero aumento de miembros, sino cuando se llega a plantar nuevas congregaciones.
  1. La Obra y ministerio de pastores y laicos en el establecimiento de nuevas iglesias. Donde hay conciencia de la salvación como necesidad primordial y de la iglesia como la agencia redentora o comunicante de esa salvación.
  1. Líderes que se resisten a estrategias que no producen iglesias. Donde lo secundario es rechazado.
  1. Conciencia favorable de factores sociales y estrategias evangelizadoras. A factores sociales favorables se le suma la acción oportuna de la Iglesia.
  1. Obra permanente y sostenida del Espíritu Santo, habilitando así a miembros y líderes de la Iglesia.
  1. Adiestramiento de los miembros. Esto hace la diferencia entre una y otra iglesia.
  1. Iglesias que ponen su atención en los principios autóctonos. Adoptan su estrategia evangelizadora usando métodos y sistemas típicos y naturales de la región.[12]

Razones-Causas del no crecimiento

Diversas como las anteriormente citadas, estas no son en todos los casos la negación de las razones-causas del crecimiento y los distintos autores difieren también en su presentación pues sufren también de las distintas variantes de culturas, situaciones, medio ambientes, etc.

A guisa de ejemplo también citamos la enumeración que presenta el Dr. D. McGavran:

  1. Los líderes no aprenden como evitar los errores del pasado.
  1. Las Iglesias confrontadas con poco crecimiento no buscan la ayuda de expertos para disiparlas.
  1. Nadie estudia los resultados de sus esfuerzos para darse cuenta de lo poco que queda de su obra.
  1. Las iglesias y misiones están entregadas a una política antigua que no produce iglesias.
  1. Las Iglesias siguen una política que produce el crecimiento lento y están contentas así, cuando pueden hacer más.
  1. Las Iglesias continúan en las etapas preparatorias para el evangelio ganando pueblos amigos, pero pocos convertidos.
  1. Los cristianos trabajan entre elementos difíciles de la población en vez de concentrarse en los pueblos receptivos al evangelio.
  1. Las normas fijadas para el bautismo son demasiado elevadas. Muchos pues se desaniman de hacerse evangélicos.
  1. El evangelismo se limita a los sectores donde la iglesia tiene instituciones y residencia para los pastores.
  1. Se establece un ministerio con sueldos y preparación demasiado altos, que separa a los pastores del pueblo y no permite que las iglesias los sostengan.
  1. No adaptan el evangelio a las formas sociales del pueblo. Así que la conversión al evangelio significa un cambio de cultura.[13]

Los casos especiales y particulares

En estas consideraciones sobre el crecimiento de la Iglesia sería imparcial hacer mención de las premisas generales sobre el crecimiento de la Iglesia o bien sobre su no crecimiento, sin mencionar los casos particulares y llamativos de crecimiento de iglesia que se dan en el ambiente contemporáneo.

Lo consideramos así, pues sus autores han desarrollado métodos particulares para lograr o producir ese crecimiento. Es imposible escapar al magnetismo de estos verdaderos fenómenos de los cuales citamos algunos ejemplos:

  1. La Iglesia Coral Ridge Presbyterian Church en el estado de Florida, Estados Unidos. El pastor James Kennedy inicia su labor con diecisiete miembros en 1968 y en doce años logra un aumento del 14,60% al llegar su membresía a los 2.500 en 1980. El pastor Kennedy aplicó lo que él llegó a denominar el «Evangelismo Explosivo».[14]­
  1. La Iglesia de Redwood Chapel en Castro Valley, San Francisco, California practica el Evangelismo del Canto sagrado presentando así un culto de alabanzas muy particular y vívido. Su iglesia madre, cuyo templo tiene una capacidad de 650 lugares, tiene los dos turnos de reuniones de los domingos con un lleno total. Las iglesias «hijas» son surgidas de la primera a través del ministerio musical.[15]
  1. En Hammond, Indiana, la Primera Iglesia Bautista dirigida por el pastor Jack Hyles desarrolla un ministerio especial a través de la evangelización en y por la Escuela Dominical. En 1974 tenía un promedio de asistencia de 13.505 personas por domingo considerándose así como la Escuela Dominical «más grande del mundo».[16]
  1. En Seul, Corea, la Iglesia Central del Evangelio Completo dirigida por su fundador el pastor Paul Yongi Cho en 25 años multiplicó su membresía de 150 a 500.000 poniendo en práctica un plan propio en el que intervienen la formación de grupos familiares y el ministerio de la mujer.[17]

La oposición

A pesar de su aceptación general, los estudios del crecimiento de la Iglesia también han levantado alguna oposición que aunque no es demasiado enconada debe ser mencionada aquí.[18]

El análisis detallado aquí tampoco correspondería por lo que resumimos las objeciones a: (1) El intento de reducir la obra espiritual de Dios a números meramente,[19] y en (2) al hecho de condicionar o limitar la obra del Espíritu Santo especialmente cuando habla de lugares receptivos o no a la predicación del evangelio (3) y por último el hecho de basar la evaluación del crecimiento sobres hechos externos.[20]

Aunque basada en hechos reales, la oposición tiñe sus opiniones por aspectos muy lejos de ser imparciales como el de desear justificar su propia falta de expansión como lo señala Kammerdiener.[21]

Su inserción en el ambiente Adventista.

En un principio el crecimiento de la iglesia encuentra en la Iglesia Adventista una recepción cautelosa o mejor quizás reticente.

En 1970 la Universidad de Andrews inicia un Seminario sobre Crecimiento de la Iglesia dirigido por el departamento de Misión Mundial de dicha universidad.

Es desde los años 80 cuando comienzan a aparecer en la revista Ministry diversos artículos relativos al tema y se produce una aceptación prácticamente amplia.

También la iglesia auspicia la participación de Donald Mc Gavran y Peter Wagner en paneles y seminarios Adventistas. En el momento, casi cada Seminario Adventista en el mundo la incluye como conocimiento curricular.

En Sudamérica, y nuestras tierras, los alumnos de los cursos de postgrado de este Seminario, en sus tres promociones, han recibido una formación en esta disciplina.

La Labor de G. Oosterwal

Aunque desacostumbramos, dentro del seno de la Iglesia Adventista, a nombrar a alguien como el «padre» de tal o cual idea desde estas líneas debemos señalar al Dr. Gotfried Oosterwal como un elemento clave en la inserción del Crecimiento de la Iglesia dentro de la Teología Aplicada Adventista.

Entre los años 1971 y 1973 dirige una serie de estudios pilotos y pioneros para determinar los factores del crecimiento de la iglesia en las congregaciones de la Unión del Lago en los EE.UU.

En 1976 es el primero en dictar una clase sobre este tema en un seminario nuestro y posteriormente publica su libro Patterns of SDA Church Growth, que aunque prematuramente podríamos señalar como el clásico Adventista sobre el tema.

Este Libro incluye los resultados de la investigación que mencionamos en párrafos anteriores.

Desarrollo Actual

Luego de los trabajos iniciales del pastor Oosterwal una veintena de escritores y estudiosos de nuestro medio han realizado distintos aportes muy significativos en la década del 80.

Siempre dentro del medio no exhaustivo que nos brinda este trabajo podemos mencionar a Roger Dudley quien realiza un estudio serio sobre el crecimiento de las iglesias en América del Norte[22] Presentó asimismo otro importante trabajo sobre los nuevos miembros ingresantes en la iglesia[23] y otro conteniendo un estudio discriminado sobre los aspectos cualitativos de los bautismo en nuestra iglesia.[24]

Marcos Finley presenta en 1983 [25] los resultados parciales de un plan piloto de crecimiento de la iglesia llevado a cabo en la Unión del Lago en los EE.UU.

Dos aportes que plasman conceptos tradicionales del Crecimiento de la Iglesia adecuado a nuestra iglesia lo constituyen los artículos presentados por Ron Gladden[26] sobre la necesidad de «plantar iglesias» y el de Russell Staples,[27] avizorando a la iglesia del año 2000.

Misión Global

La evidencia más tangible del grado de inserción de los estudios sobre Crecimiento de la Iglesia en nuestra iglesia lo constituye a mi juicio el recientemente votado plan de acción mundial denominado Misión Global.[28]

Cuando la Iglesia comenzó su primer plan de acción mundial, Mil Días de Cosecha, estaba pensando básicamente en duplicar la membresía a un ritmo promedio de 1.000 bautizados por día durante 1.000 días, y estábamos frente a un desafío cuantitativo básicamente.[29]

Con muy pocas variantes en el terreno práctico surgió en 1985 el plan Cosecha 90 que en la práctica llegó a ser un plan de recambio del anterior basado en expectativas cualitativas semejantes.

Pero la Iglesia ingresa en una nueva etapa definidamente, en su comprensión del crecimiento de la iglesia, cuando en las reu­niones otoñales de 1987 el entonces presidente de la Asociación General, pastor Neal Wilson plantea ante los líderes mundiales el desafío de dejar la idea del mero crecimiento cualitativo para pasar a preguntarnos sobre la calidad y características de nuestro crecimiento.

Desde allí la preocupación dentro de la iglesia no sería más relacionada con el número de países que faltan para ser abarca­dos con el Evangelio, ni con la proporción de habitantes existentes en tal o cual país para determinar si hemos o no cumplido nuestra misión. Ahora la preocupación está relacionada con cada zona geográfica, con cada sector de población dentro de una zona geográfica o política.

En repetidas reuniones el comité mundial de Estrategia Global[30] analizó los resultados de un relevamiento mundial de la penetración de la Iglesia y planteó verdaderos desafíos en las tres áreas del crecimiento, a saber: el cualitativo, el cuantitativo y el corporativo.

En tierras Sudamericanas

A riesgo de ser incompleto o injusto destacamos los principales trabajos en nuestras tierras.

A fines de la década de los 70 el pastor Rubén Pereyra presenta un estudio sobre la apostasía en la División Sudamericana [31] y al comienzo de los 80 el pastor Joel Sarli presenta el suyo de características bibliográficas[32] sobre el tema en general.

Las autoridades de la División Sudamericana dan un paso muy importante en 1983 al contratar junto a las distintas Uniones Brasileñas un estudio profesional de la opinión pública a la empresa Gallup.[33] Aunque el estudio no era directamente sobre el crecimiento de la Iglesia sino sobre el conocimiento-opinión pública de la población brasileña sobre la Iglesia Adventista, este determinó importantes cambios en la estrategia evangelizadora en el Brasil.

A fines de 1989, por encargo de la División Sudamericana, el pastor Roberto César de Azevedo presenta un estudio pormenorizado de la presencia Adventista en el continente como trabajo base para toda planificación de Misión Global en Sudamérica.[34]

En la zona que comprende la Unión Austral los estudios parciales realizados han respondido a las necesidades propias referidas a la presentación de los informes a los delegados a los distintos congresos, sin embargo tres trabajos merecen mención aparte. (1) Los estudios presentados por la administración de la Unión Austral como propuesta para su Plan Decenal,[35] (2) El trabajo de investigación presentado antes esta sede por el pastor Walter Weiss sobre los Obstáculos Observados al Ingreso en la Iglesia Adventis­ta,[36] y (3) la monografía sobre el crecimiento de la Iglesia presentada ante el SALT por el pastor Roberto Pereyra[37] que presenta un estudio bibliográfico seguido de un diseño de investigación como propuesta para el territorio de la Unión Austral.

Criterios Adventistas sobre el

Crecimiento de la Iglesia.

En la clasificación general, los autores Adventistas han diferido de los evangélicos al distinguirla como dos grandes expresiones. En primer lugar hablan de un crecimiento numérico y en segundo lugar de una expansión orgánica que abarca los aspectos personales como los institucionales.[38]

Como fue dicho más arriba, los últimos estudios, parciales o totales sobre el crecimiento han sido abundantes por lo que solo traemos aquí los conceptos básicos de los dos trabajos que juzgamos más representativos.

Gotfried Oosterwal

Oosterwal resume en 7 los factores de crecimiento de la Iglesia Adventista.[39]

  1. Situaciones de crisis. Pueden ser de naturaleza social, política, cultural, etc. Provocan efectos psicológico favorables en las personas.
  1. Movilización de las fuerzas Laicas. El crecimiento Ad­ventista se debe en alto grado a los resultados del testimonio personal espontáneo entre los familiares, vecinos y amigos.
  1. La Importancia o relevancia del mensaje. En la vida y la existencia de las personas.
  1. Un ministerio integral. Diversificado con programas flexibles y una diversidad en los servicios y realizaciones.
  1. Las Iglesias locales como base del evangelismo. Especialmente cuando existen en la misma «pequeños grupos» de trabajo. Las Iglesias que más crecen tienen las siguientes características.
  • Genuino Compañerismo entre los fieles, extendiéndose también a las personas que no participan de nuestra fe.
  • Una vida activa en el estudio de la Biblia y la oración en grupos.
  • Pequeños grupos responsables de los varios ministerios de la iglesia.
  • Un programa misionero activo en la comunidad con responsabilidades y blancos específicos.
  • Un ministerio diversificado, completo y bien planeado. Proclamación y servicio por precepto y ejemplo.Una atmósfera familiar con mucha alegría, paz y amor.
  • Un pastor cuyo sermones sean relevantes en el contexto en que viven los creyentes y cuyo trabajo está orientado en el sentido de enrolar los miembros en el evangelismo y el crecimiento de la Iglesia.
  1. Liderazgo Pastoral. Aunque se ha percibido la anomalía aparente de encontrarnos con que los lugares que tienen las tasas más altas de crecimiento corresponden a las que tienen menos porcentaje de pastores por miembros. Esto no se da por la mera falta en sí, sino porque los pastores en esas zonas se ven forzados a cumplir su función de instruir y equipar a los laicos más que en otras. Los mayores crecimientos se dan donde el pastor estimula la iniciativa del evangelismo y ayuda a los miembros a descubrir sus dones espirituales y los instruye para un servicio a la comunidad.
  1. Fe y dedicación. La dedicación de los fieles a Cristo y su convicción respecto a la verdad. Las iglesias de «primera generación» crecen mas que las de «segunda generación».

Roger L. Dudley

Como director del Institute of Church Ministry de la Universidad Andrews dirigió un estudio de crecimiento de las iglesias de Norteamérica, él resume los factores de crecimiento a siete;

  1. No Hay ventajas de tamaño en lo que a crecimiento de iglesia se refiere. Todas las iglesias crecen bajo los mismos esquemas.
  1. Es el resultado del esfuerzo concentrado y planificado. Cuando el pastor pone énfasis en la ganancia de almas y dedica tiempo para eso y no un énfasis en las tareas administrativas.
  1. Es una ventura de fe. Un pastor positivo y una iglesia unida.
  2. Viene a medida que la membresía desarrolla una profunda vida espiritual. Seguridad del perdón, oración, alabanza y camaradería cristiana.
  1. Se da en una Iglesia que está entrenada y que trabaja. Más preparación y más responsabilidades en la Iglesia.
  1. Se encuentra en las iglesias en que sus miembros son rápidamente incorporados a la vida de la iglesia.
  1. El crecimiento de la iglesia es consecuencia del uso de los métodos apropiados. El pastor hace evangelismo público, tiene clase bíblica y visita los hogares estudiando la Biblia y decidiendo a los miembros en perspectiva.

 

Conclusión

El Estudio del Crecimiento de la Iglesia como una disciplina de la Teología aplicada surge como el producto de la observación de hombres sinceros que procuran encontrar la relación causa-efecto en los temas delicados de la ganancia de almas y el crecimiento pleno de la Iglesia.

Necesario como era, por dar respuestas a muchos interrogantes, se desarrolla relativamente rápido especialmente en el tercer mundo, lugar donde surgió quizás ayudado por una mayor necesidad.

Se afianza con seguridad como una verdadera disciplina de la teología aunque no sin oposiciones.

Sin perder para nada la dimensión espiritual que tiene la labor evangelística y misionera de la Iglesia, la Iglesia Adventista le da la bienvenida sin percibirse en la superficie posiciones opositoras importantes.

Se han realizado trabajos de este tipo a nivel mundial de mucha importancia que nos permiten conocer los parámetros propios del crecimiento de las Iglesias Adventistas, no así a nivel de nuestra zona.

[1] Orlando Costas, Origen y desarrollo del movi­mien­to del cre­cimiento de la iglesia, p. 7.

[2] Donald Kammerdiener, El crecimiento de la Igle­sia, p. 12.

[3] Julio Huayllara, Tenemos el compromiso de cre­cer, p. 5.

[4] A. R. Tippett, Ed., God, Man and Church Grouth, p. 21. Ci­tado por Julio Huayllara en Tenemos el com­promiso de Crecer, p. 6.

[5] Costas, Orlando. «Origen y desarrollo del movi­miento de crecimiento de la Iglesia». En Misión, Marzo de 1984. p.7

[6] Julio Huayllara cita en su libro Tenemos el Compromiso de Crecer, p. 11, a Reeves y Jenson quienes nos informan que existen unos 400 libros publicados sobre el tema de los cuales se nos pre­cisa que unos 50 de ellos han sido publica­dos por autores norteame­ricanos y los restantes 350 entre autores europeos, asiá­ticos, a­frica­nos y lati­noamericanos.

[7] Aquí podemos mencionar autores como: Peter Wagner, Su Igle­sia puede Crecer. James Kennedy, Evan­gelismo Explosivo. Ro­bert H, Schuller, Su Iglesia tiene posibilida­des. Paul Yongui Cho, Los Gru­pos Familiares y el Crecimien­to de la Iglesia. Bruce Grubbs, Mi Iglesia puede crecer. Donald Kammerdiener, El Creci­miento de la Iglesia. C.B. Hogue, I Want my Church to Growth.

[8] Julio Huayllara, apuntes tomados de la Clase de «Creci­mien­to de la Iglesia» en el Seminario Adventista Latinoamericano de Teología, Sede Argentina. Enero 1990.

[9] Wayne Weld, Principios del crecimiento de la Iglesia, p. 1-10.

[10] Aunque la categorización pertenece a Ralph Win­ter, es pre­sentada por Donald McGavran en Understanding Church Growth, p. 63.

[11] Weld, Principios del Crecimiento de la Iglesia, p. 1-25.

[12] Donald McGavran, Understanding Church Growth, p. 21-26.

[13] Wayne Weld, Principios del Crecimiento de la Iglesia, p. 26, 27.

[14] Peter Wagner, Su Iglesia puede crecer, pp. 94, 95.

[15] Ibíd., p. 28.

[16] Ibíd., p. 28, 29.

[17] Paul Y. Cho, Los grupos familiares y el creci­miento de la Iglesia. A Lo largo de este libro el autor presenta la his­toria del inicio, desarrollo de su expe­riencia y la fundamen­tación de su me­todología.

[18] En «International Review of Misions», de julio de 1964 se presentan en forma concreta las objeciones de los opositores del Crecimiento de la Iglesia.

[19] Huayllara atribuye a esta objeción la expresión de «nu­mero­latría» como nombre común utilizado para iden­ti­ficar a la misma en Tenemos el Compromiso de Crecer, p. 11.

[20] Donald Kammerdiener, El Crecimiento de la Igle­sia, pp. 9-11.

[21] Ibíd., p. 10.

[22] El estudio fue realizado sobre 295 iglesias de todas las zonas de los E.E.U.U. y comprendió la tabula­ción de 8.336 encuestas que comprendían las opiniones de los pastores y miem­bros de las referidas iglesias. El estudio posterior incluye una pormenorizada tabulación diferenciada entre las iglesias de blan­cos, negros, ha­bla hispana e inglesa. Por un detalle de los re­sultados véase: Ro­ger DuDley, «Como crecen las Iglesias», El Ministerio Adven­tis­ta, de Mayo-Junio de 1982.

[23] Ver Roger Dudley, «Whom are we Winning», The Ministry, de febrero de 1984.

[24] Ver Roger Dudley, Bruce Wrenn y Slimen Saliba, «Who are(n’t) we baptizing», The Ministry, de abril de 1989.

[25] Véase Marcos Finley, «¿Vive su Iglesia?» en El Mini­sterio Adventista, de Enero-Febrero de 1983.

[26] Véase Ron Galden, «Church Planting: key to grow­th», The Ministry, Octubre de 1988.

[27] Véase Rusell Staples, «El rostro de la Iglesia del año 2000», Revista Adventista, de junio de 1986.

[28] Las secciones de este congreso de la Asoc. General se rea­lizaron en el mes de Julio de 1990 en Mi­nneápo­lis.

[29] Véase El informativo ministerial de la División Sudame­rica­na de Enero-Marzo de 1986.

[30] El plan fue presentado al congreso de Minneápo­lis como «Es­trategia Global», al ser votado por la asam­blea recibió al­gunos ajustes y el cambio a el nombre de «Misión Global».

[31] Véase Rubén Pereyra, Administración de la igle­sia por Obje­tivos, de octubre de 1981.

[32] Véase Joel Sarli, Tópicos Selectos sobre o Cres­ci­mento da Igreja.

[33] Los resultados de esta encuesta fueron publica­dos como: «Relatorio dos trabalhos de pesquisa sovre a informa­cao existente na populacao brasileña a respeto dos Adven­tistas do 7mo. día», Sao Pablo, Int. Gallup, 1983. Esta encuesta fue tomada entre el 10 y el 30 de Agosto de 1983 en el Brasil y hecha sobre 2.538 entrevistados.

[34] El trabajo fue publicado por la División Suda­me­ricana como Estrate­gia Global 1991-2000, en noviembre de 1989.

[35] Véase Unión Austral, Ed., Plan decenal, 1975-1984 Unión Austral.

[36] Véase Walter Weiss, Los obstáculos al ingreso en la Iglesia Adventista.

[37] Véase Roberto Pereyra, El crecimiento de la Iglesia.

[38] Gotfried Oosterwal, Patterns of SDA church, p. 8-12.

[39] Gotfried Oosterwal, Servants for Christ, pp. 7, 10, 13, 26-29.