¿Cuál es el propósito de las normas de la iglesia?


Las normas de la iglesia responden una importante pregunta: ¿Cómo deberían vivir los cristianos? La mayor parte de la Biblia nos dice cómo vivir: cómo relacionarnos con Dios, con nuestro prójimo y la naturaleza. La iglesia cristiana siempre ha enseñado el valor y la necesidad de las normas bíblicas, y la Iglesia Adventista ha continuado esa tradición. Cuando los adventistas decimos que la Biblia es nuestro único credo, afirmamos que lo que la Biblia dice sobre la vida cristiana tiene que ser aceptado y llevado a la práctica. Hemos especificado algunas normas bíblicas que se espera que sigan los que se unen o se han unido a la iglesia. (kumorisushi.com) Así demostramos que hemos ceptado a Cristo como nuestro Salvador y Señor.

1. Las normas y el evangelio: Aunque no deberíamos equiparar las normas bíblicas para la vida cristiana con el evangelio, estas no restan importancia al evangelio, sino que lo presuponen y lo tienen como centro. En otras palabras, las normas de la iglesia deberían contribuir a desplegar el significado de la cruz y sus implicaciones para los creyentes. Las normas son nuestra respuesta al amor de Dios revelado por nosotros en la cruz de Cristo. Dios no dejó que nosotros decidiéramos cómo tienen que vivir los cristianos, sino que nos informó del impacto de la obra de Cristo en nuestra vida diaria mediante el ejemplo de Jesús, las Escrituras y la orientación del Espíritu. Al ponerlas en práctica, las normas revelan la obra que el Espíritu Santo está haciendo en nosotros.

2. Contenido de las normas: Las normas bíblicas se ocupan de todos los aspectos de nuestra vida.

La vida espiritual: Se ve fortalecida y crece gracias a la oración, el estudio de la Biblia, la proclamación del evangelio, la asistencia a los cultos y la observancia del sábado.

La vida moral: Dios se interesa en nuestra pureza moral y en nuestro compromiso con una vida santa. Por lo tanto, lo que miramos, leemos, escuchamos y pensamos es importante. Por ello, nos entregamos a su voluntad revelada en los Diez Mandamientos y, sobre todo, en la vida de Jesús.

La vida física: Dado que Dios se interesa en nuestro cuerpo y en su funcionamiento apropiado, es importante practicar buenos principios de salud. Nuestra manera de vestirnos y arreglarnos es significativa, porque revela nuestros valores. Buscamos ser ejemplos de modestia, simpleza y pureza.

La vida social: Dios se interesa en nuestra manera diaria de interactuar con otros. Esto se aplica a la familia –marido y mujer, niños y padres– la familia de la iglesia y la sociedad en general.

Los recursos materiales y financieros: Dios se interesa en bendecirnos y orientarnos respecto del uso apropiado de los recursos financieros, para ayudarnos a vencer nuestro egoísmo natural. Por ello, aplicamos los principios bíblicos de la mayordomía en la administración de lo que tenemos y en la utilización de los recursos naturales.

3. Normas colectivas y personales: Si la iglesia mundial desea trabajar unida hacia un objetivo común, tiene que estar de acuerdo no solo en sus doctrinas y misión sino también en las normas que requiere de sus miembros. Esas normas, que son aceptadas por la totalidad de la comunidad de la fe, constituyen el mínimo –no el máximo– de lo que se espera. Se basan en pasajes o principios bíblicos (por ejemplo, la abstención del cigarrillo y las drogas se basa en principios bíblicos de salud). Esta conexión hace que tengan autoridad para la comunidad mundial de creyentes.

Algunas normas individuales o personales no son promovidas o requeridas por la iglesia mundial como obligatorias. En ese caso, el creyente no debería tratar de imponerlas a los demás. Son simplemente decisiones individuales (por ejemplo, si consumir huevos o queso, o si tener TV en el hogar). Los individuos deberían ser cuidadosos para no cultivar una actitud de superioridad y orgullo religioso.

Todo lo que hagamos debería ser hecho para la gloria de Dios, nuestro Creador y Redentor.