DESAFÍOS AL PENSAMIENTO TEOLÓGICO EN LA IGLESIA ADVENTISTA

DESAFÍOS AL PENSAMIENTO TEOLÓGICO EN LA IGLESIA ADVENTISTA

DESAFÍOS AL PENSAMIENTO TEOLÓGICO EN LA IGLESIA ADVENTISTA

(Traducción de: Müller, Ekkehardt, “Theological thinking in the Adventist Church”, DavarLogos 1, nº 2 [2002]: 136-144).

 

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  • Falta de interés en asuntos teológicos y estudios bíblicos.

 

“En el siglo cuarto, […] Gregorio de Nisa se quejaba de que no podía ir a ninguna parte ni hacer nada en Constantinopla […] sin que los comerciantes comenzaran a debatir con él acerca de la Trinidad[…]. Él escribió: ‘Si tu pides cambio, alguien filosofa contigo acerca de ‘engendrado’ y ‘no engendrado’. Si preguntas el precio del pan, te responden: ‘el Padre es más grande y el Hijo es inferior’. Si preguntas: ‘¿Está listo el baño?’, alguien responde: ‘El Hijo fue creado de la nada’. […] Las creencias eran importantes entonces y deberían ser importantes ahora. […] A veces se ha exagerado la importancia de la exactitud doctrinal y teológica. Pero si algo ha ocurrido, ha sido que actualmente el péndulo se corrió al extremo opuesto de modo que muchos cristianos saben poco o nada acerca de las doctrinas cristianas, o cómo y por qué se desarrollaron. El cristianismo está en peligro de convertirse en poco más que una religión folklórica de cultos terapéuticos y sentimientos individuales”.1

Hoy parece haber poco interés entre los miembros de la Iglesia Adventista en muchas partes del mundo por estudiar asuntos teológicos y bíblicos. Se ha creado una dicotomía entre la vida, que se considera importante, y las doctrinas, que se las ve como poco prácticas. Pero esta no es la perspectiva del NT, que enfatiza la importancia de la sana doctrina y enseñanza, y no separa la vida de la teología.2 No obstante, en muchos ambientes adventistas se le resta importancia a la teología.3 Obviamente, la mayoría de los miembros de la iglesia se contentan, por ejemplo, con leer novelas cristianas, biografías y ficción. Las casas editoras

1Olson, Story of Christian Theology. 17.

2Ver, por ejemplo, las espístolas pastorales en las que se enfatiza la sana doctrina o enseñanza (1 Tim. 1:10; 4:6, 16; 6:3; 2 Tim. 3:16; 4:3; Tit. 1:9; 2:1, 7).

3Adams, “In a time of confusion,” 19, escribe: “Muy a menudo, en las reuniones campestres y otras reuniones, uno puede escuchar cómo se pone en duda demagógicamente a la teología: ‘Nosotros no necesitamos teología,’ puede decir un predicador. ‘¡Todo lo que necesitamos es Jesús!’ Dicho con pasión y convicción, el comentario generalmente despierta coros de amenes, si no aplausos.”

adventistas producen mayormente este tipo de material. Es lo que se vende bien. Con menor frecuencia se producen libros desafiantes y estimulantes intelectualmente que exponen las doctrinas bíblicas y la teología.4 La asistencia a la Escuela Sabática ha declinado. “Soy muy consciente, entonces,” declara Marguerite Shuster, profesora en Fuller Theological Seminary, “que estoy remando contra una poderosa corriente cuando suplico que haya un renacimiento de la predicación doctrinal. […] Tan pronto como la gente escucha que estás abogando que haya un renacimiento de la predicación doctrinal, las respuestas van desde la ansiedad, al terror, y a la lucha.”5 Este fenómeno también se puede ver en las congregaciones adventistas.

 

Pero el problema no se limita a los laicos. Está muy presente entre los pastores. Muchos pastores se concentran casi exclusivamente en la teología práctica. La revista Ministry durante los últimos años publicó solo unos pocos artículos de naturaleza teológica. La mayoría de los artículos publicados puede ser clasificado como teología aplicada. La educación ministerial continua enfatiza la homilética, el aconsejamiento pastoral, el crecimiento de iglesia y otros asuntos relacionados, todos importantes, pero que no deben excluir los estudios bíblicos y teológicos. Aunque muchos pastores tienen la tendencia a inscribirse en cursos de teología aplicada antes que teológicos, lo que necesitan a menudo es contenido y no solamente métodos.6 Las conversaciones con pastores a menudo muestran cuán poco conocimiento teológico tienen. Hay miembros de iglesia que ya no hacen más preguntas bíblicas a sus pastores porque dicen que su pastor no sabe ni está dispuesto a investigar un poco para tratar de darles una respuesta.

 

4Adams, “In a time of confusion,” 21, declara: “Estamos con alimento teológico simplista e historias para leer antes de ir a dormir. ‘Eso es lo que se vende ahora,’ dicen ellos.” Ver también Andy Nash, “Serious Bible Study, Anyone? Anyone?,” Adventist Review (March 5, 1998): 18, que provee algunos datos acerca de la venta del libro de Leo Gugliotto, Hadbook for Bible Study (1995), del que se vendieron 2118 ejemplares en 1995 y 527 ejemplares en 1997.

5“Preaching Christian Doctrine: Derek Morris interviews Marguerite Shuster,” Ministry

(Jan. 2002): 10.

6Ver Gernot Facius, “Leise verabschiedet sich die evangelische Kirche von Martin Luther,” Welt (August 7, 2001), http://www.welt.de/daten/2001/08/07/0807de273021.htx?search=evangelische+Kirche&search HILI=1.

 

Si observamos el currículum de las carreras para preparar pastores, notamos la tendencia a agregar clases de teología aplicada y eliminar clases acerca de estudios teológicos, o de AT y NT e idiomas bíblicos, que son un requisito previo para los estudios bíblicos y teológicos. Muy a menudo nuestros departamentos de religión y nuestros seminarios deben luchar para mantener clases de contenido teológico e idiomas bíblicos. Si pretendemos que la Biblia es el fundamento de lo que creemos, entonces tenemos que darle la debida atención. “Tan práctica como la vida misma,” escribe Roy Adams, “[la teología] es lo que nos protege de ser tomados por tontos o manipulados por los descarriados y los inescrupulosos. Es el lecho rocoso sobre el cual anclamos todo lo demás. Sin ese fundamento estamos completamente a la deriva.”7 Es muy deseable que un pastor sea, por ejemplo, efectivo en el ministerio de los grupos pequeños, pero eso no hace que él sea un pastor adventista. Es el mensaje lo que constituye toda la diferencia, no las técnicas y habilidades. Ambos necesitan ir juntos; el mensaje debe tener la prioridad sobre las habilidades.

 

Demos una breve mirada al programa de Maestría en Divinidad de tres seminarios no adventistas norteamericanos, dos en la tradición liberal y el otro con una perspectiva conservadora. El programa de la Maestría en Divinidad del Chicago Theological Seminary requiere dos asignaturas en AT, dos en NT, tres en teología, dos en historia eclesiástica, y nueve en teología aplicada, pero ninguna en idiomas bíblicos. La declaración de misión del Chicago Theological Seminary revela un énfasis en una agenda socio-política ampliamente ecuménica, e incluso dice que la homofobia debe ser vencida.8 De los 24 cursos necesarios para completar la Maestría en Divinidad en Harvard Divinity School, al menos doce deben ser tomados en la Escuela de Divinidad. El resto se pueden tomar en otras escuelas. De los doce cursos de Divinidad, tres deben ser tomados en el área de “Escritura e interpretación”, seis en el área de “Cristianismo y cultura”, y tres

 

7Adams, “In a time of confusion,” 20. Él continúa: “¿‘Todo lo que necesitamos es Jesús’?

¿Qué es Jesús? ¿Quién es Jesús? ¿Y por qué lo necesitanos a él, y no a Buda, o Platón, o Mahoma, o cualquier otro? Sin teología, esa afirmación, no importa cuánto podamos estar de acuerdo con ella a primera vista, no tendría ningún contenido ni significado. El nombre Jesús, como una referencia a una persona que vivió 2000 años atrás en Palestina, puede ser apreciado correctamente solo en un contexto teológico. Sin ese contexto, está vacío de todo significado.”

8Chicago Theological Seminary, “Mission Statement,” n. p. [citado el 28 de octubre de 2002]. http://chgosem.edu/mission.html.

en “Religiones del mundo”. No se requieren idiomas y el estudio de las Escrituras es muy limitado. Así, hay un fuerte énfasis en religiones comparadas y poco en las Escrituras.9 Providence Theological Seminary tiene otro enfoque. Su Maestría en Divinidad requiere 93 horas semestrales. Dieciocho de los 93 créditos están dedicados a idiomas y exégesis, otros 23 a estudios bíblicos y teológicos, 33 al ministerio cristiano y 15 son electivas. En su compromiso de fe los profesores del Providence Theological Seminary afirman tener un elevado concepto de las Escrituras, creer en la salvación por medio de Jesucristo, aceptan el relato bíblico de la creación, la importancia de la escatología bíblica y la responsabilidad de proclamar el evangelio.10 Debemos decidir qué ruta queremos seguir. No podemos afirmar la sola scriptura y, en la práctica, ignorar estudiar las Escrituras diligentemente. También tenemos que preguntarnos a nosotros mismos por qué recientemente una cantidad de pastores han dejado la Iglesia Adventista y están atacando el mensaje de esta iglesia.11

Además hay un aspecto administrativo del problema. Pareciera que un buen número de administradores y líderes de departamentos tampoco están muy interesados en el pensamiento teológico. Mientras promueven la misión de la iglesia, pueden descuidar la reflexión en el mensaje de la iglesia y dejar esta tarea a los teólogos profesionales. Pero el pensamiento teológico debe ser una iniciativa de toda la iglesia.

 

9Harvard Divinity School, “The Master of Divinity Degree,” n. p. [citado el 28 de octubre de 2002]. http://hds.harvard.edu/afa/mdiv.html.

10Providence College and Seminary, “The Master of Divinity,” n. p. [citado el 28 de octubre de 2002]. http://prov.ca/seminary/s-cmdiv.asp?link=prov.ca-text.

11Samuele Bacchiocchi, “End Time Issues 75,” (E-mail newsletter, October 2001), declara: “El número de pastores y miembros que recientemente han dejado la Iglesia Adventista suscita algunas preguntas serias acerca del entrenamiento teológico de nuestros ministros. La lectura de su ataque literario contra el sábado revela claramente un método defectuoso de interpretación bíblica. Su uso arbitrario de unos pocos textos bíblicos seleccionados para apoyar sus conclusiones muestra que nunca se les ha enseñado cómo examinar todos los pasajes relevantes antes de saltar a las conclusiones. Parte del problema puede ser el entrenamiento deficiente en el seminario en cuanto a los métodos apropiados de interpretación bíblica y el fundamento doctrinal de nuestra fe. En años recientes, nuestro seminario teológico ha estado siendo presionado para que se concentre más en los aspectos prácticos del ministerio tales como crecimiento de iglesia, y menos en estudios doctrinales, exegéticos e históricos. Este cambio puede dar razón por el hecho de que algunos de nuestros pastores parecen estar confundidos en cuanto a nuestras doctrinas fundamentales.”

 

¿Por qué tantos descuidan el pensamiento teológico? Por varias razones nuestra cultura occidental contemporánea es grandemente hostil o indiferente al pensamiento teológico, y su cosmovisión se infiltra y ya ha alcanzado a la iglesia. Peter Schmiechen menciona varias razones a las que nosotros hemos agregado algunas más:12

  1. Individualismo. Acentúa que lo más importante es la experiencia y el bienestar del individuo, no del grupo. El pensamiento teológico, si se hace, se transforma en un asunto privado. Aunque la Biblia enfatiza la importancia del individuo, equilibra esta perspectiva acentuando también el aspecto corporativo.13
  2. Funcionalismo. “¡La religión debe hacer algo por mí!” El funcionalismo es “el triunfo del hacer sobre el ser”.14 Puede estar estrechamente relacionado con el pragmatismo. Aunque la religión debe hacer algo por la gente, el deseo de beneficiarse de la fe de uno no es el mejor enfoque. Hay una gran diferencia si uno se casa a fin de beneficiar al cónyuge o si uno se casa para beneficiarse del cónyuge. El primer enfoque automáticamente traerá consigo la bendición para aquellos que lo asumen.
  3. Autonomía. La religión es un asunto de libre elección del individuo. Pero esto también incluye estar liberados del gobierno, la familia, la autoridad, los textos sagrados15 y, por lo tanto, para muchos, también libertad de pensar teológicamente.
  4. Consumismo. “En otros siglos, los seres humanos querían ser salvos, o ser mejorados, o ser librados, o educados. Pero en nuestro siglo quieren ser

 

12Peter Schmiechen, Christ the Reconciler: A Theology for Opposites, Differences, and Enemies

(Grand Rapids: Eerdmans, 1996), 1-32.

13Ver también Gerald A. Klingbeil, “Entre individualismo y colectivismo: hacia una perspectiva bíblica de la naturaleza de la iglesia,” en Pensar la iglesia hoy: hacia una eclesiología adventista. Estudios teológicos presentados durante el IV Simposio Bíblico-Teológico Sudamericano en honor a Raoul Dederen (ed. Gerald A. Klingbeil et. al.; Libertador San Martín, Argentina: Editorial Universidad Adventista del Plata, 2002), 3-22.

14Ibid., 7-8.

15Schmiechen, Christ the Reconciler, 11-12.

entretenidos. El gran temor no es a enfermarse o morir, sino a aburrirse”.16 El egoísmo de la humanidad “tiene el potencial de cambiar el evangelio de un llamado para escuchar la voluntad de Dios a un llamamiento a las necesidades e intereses del oyente”.17

  1. Enfoque sociológico. El lenguaje teológico ha sido reemplazado por un lenguaje socio-político y su respectivo método.18
  2. Pluralismo. “Donde la teología desciende a la polifonía de voces y slogans enfrentados, las iglesias se vuelven a los medios políticos y económicos para resolver el desacuerdo”. Pero “el modelo político solo ha fracturado la iglesia”.19
  3. Relativismo y emocionalismo. “La mayoría de los norteamericanos basa sus creencias y decisiones morales en los sentimientos y rechazan la idea de la verdad absoluta”. Una investigación a mostrado que “solo uno en diez adolescentes ‘nacidos de nuevo’ acepta la idea de verdad moral absoluta”.20 ¿Por qué uno debería hacer el esfuerzo de pensar teológicamente si, de todos modos, no existe la verdad y todo es relativo?

 

  1. Elitismo y apatía.21 Mientras una parte de la iglesia, especialmente los teólogos, están dedicados a pensar teológicamente, el resto de la iglesia a menudo permanece sin

 

involucrarse y cae en la apatía, porque no se siente suficientemente calificada y entrenada para hacer teología. No es apropiado excluir a la gente de la empresa teológica haciéndoles saber y sentir que no están calificados ni tampoco es correcto usar el argumento de no haber recibido el entrenamiento específico como una excusa para no pensar teológicamente.

 

16Michael Crichton, Timeline (New York: Alfred A. Knopf, 1999), 400-1.

17Schmiechen, Christ the Reconciler, 14.

18Ibíd., 15.

19Ibíd., 54-55.

20Adventist News Network Bulletin, 19 de marzo de 2002.

21Guy, Thinking Theologically, 33.

  1. Pensar teológicamente puede ser considerado demasiado difícil, demasiado aburrido y que consume demasiado tiempo.

 

  • Nuevos enfoques a la teología adventista

 

Mientras que muchos adventistas no están interesados en pensar teológicamente, otros están interesados y arriban a conclusiones diferentes de la Iglesia Adventista mundial. Esto es así respecto de un número de nuestros teólogos y pastores, pero también respecto de miembros laicos. Además, el ministerio pastoral de la iglesia a veces puede dejar de tratar ciertos temas y los elimina de la predicación y la enseñanza. Como resultado, queda un vacío que a veces es llenado por las perspectivas teológicas de ciertos ministerios independientes. Por ejemplo, cuando nosotros no le damos la debida atención a la escatología, otros llenarán ese vacío en una forma que no podemos apoyar y que no queremos. Algunos de los nuevos enfoques e interpretaciones comienzan con las mismas presuposiciones para hacer teología que usa la Iglesia Adventista pero arriban a conclusiones diferentes. Sin embargo, muchos emplean un conjunto diferente de presuposiciones.

Presuposiciones diferentes automáticamente llevan a resultados diferentes. Si optáramos por algunas de las presuposiciones del método histórico- crítico, terminaríamos con una teología adventista muy diferente de las 27 creencias fundamentales actuales. Ese enfoque normalmente afirma que los textos bíblicos han evolucionado por largos períodos de tiempo, y que los autores mencionados en las Escrituras no han escrito esos libros. En lugar de eso, los libros bíblicos respectivos consistirían de una cantidad de fuentes y muchas unidades pequeñas. La teología de los documentos bíblicos habría sido formada por los mayores autores o editores de tal manera que, por ejemplo la teología de Lucas sería muy diferente de la teología de Jesús. Es más, la profecía predictiva debería ser rechazada. No sabríamos el origen del sábado, y el registro de la creación no podría ser tomado literalmente. La resurrección de los muertos sería primariamente una resurrección espiritual aquí y ahora.22

 

22Para una discusión más detallada y referencias, ver Ekkehardt Müller, “Hermeneutik – Geschichte und Methoden” (monografía no publicada, Predigertagung der Baden- Württembergischen Vereinigung der Siebenten-Tags Adventisten, Freudenstadt, Marzo 1999). En una monografía no publicada acerca del uso moderado del método histórico-crítico, Ángel Manuel Rodríguez a mostrado que no importa si uno usa el método en forma completa o en

 

Por ejemplo, hay entre nosotros diferentes conceptos en cuanto a cómo entender la revelación e inspiración divina. En algunos casos se enfatiza el elemento humano de las Escrituras de tal manera que el divino pasa a ser secundario o es omitido completamente. Se ven contradicciones y discrepancias en muchos lugares de las Escrituras y se afirma que no deberían ser armonizadas. Según este enfoque, la Biblia contiene muchos errores y es simplemente un diario o registro de lo que fue ocurriendo.23

Trazar una marcada distinción entre lo que la Biblia significó y lo que significa puede llevar a un fuerte énfasis en lo que se ha denominado la naturaleza culturalmente condicionada de las Escrituras. Como consecuencia, grandes porciones de la Biblia no son directamente relevantes hoy y deben ser re interpretadas. Podemos llamar a esto el paradigma de relativismo cultural. Rolf Pöhler declara:

“Como nada en este mundo puede escapar de la relatividad del tiempo y el lugar, las conceptualizaciones y formulaciones doctrinales necesariamente reflejan una situación histórica particular y un contexto cultural específico. Así que no puede haber un significado doctrinal intemporal y permanente, ni ninguna verdad conceptual inmutable. En un mundo abierto y progresivo, el significado debe ser constantemente re descubierto desde la perspectiva de la propia cultura y cosmovisión. Esto requiere la constante re interpretación de las doctrinas y su traducción creativa a las formas de pensamiento y expresiones del lenguaje de la humanidad contemporánea. A veces, esto puede incluir incluso una

forma moderada, uno básicamente llega a las mismas conclusiones (ver “The Use of the Modified Version of the Historical-Critical Approach by Adventist Scholars” [Predigertagung des Süddeutschen Verbands, Marienhöhe, Darmstadt, Julio de 1999]).

23Cf. Richard W. Coffen, “A Fresh Look at the Dynamics of Inspiration: Part 2,” Ministry (Febrero 2000): 20-23; Alden Thompson, Inspiration: Hard Questions, Honest Answers (Hagerstown: Review and Herald Publishing Association, 1991); y las respuestas por Frank Holbrook and Leo Van Dolson, eds., Issues in Revelation and Inspiration (Adventist Theological Society Occasional Papers 1; Berrien Springs: Adventist Theological Society Publications, 1992); Samuel Koranteng-Pipim, Receiving the Word: How New Approaches to the Bible Impact Our Biblical Faith and Lifestyle (Berrien Springs: Berean Books, 1996), and Ekkehardt Müller, “The Revelation, Inspiration, and Authority of Scripture,” Ministry (Abril 2000): 21-25. Ver también la discusión en Ministry, marzo de 1999, y Spes Christiana, volúmenes 7-8, 1996-1997.

reorientación y revisión radical de las creencias doctrinales”.24

Cuando se abandona el principio de sola scriptura, en la práctica la consecuencia es que “las doctrinas surgen, no solamente de la Biblia, sino de la interacción dinámica entre la Biblia y la experiencia viviente de la iglesia”.25 Así, la experiencia cristiana y la tradición se convierten en fuentes importantes para formular las doctrinas.

Si seguimos los axiomas del postmodernismo, tenemos que patrocinar el pluralismo y abandonar cualquier noción de verdad absoluta.26 Esto también significaría abandonar cualquier esperanza de que la Iglesia Adventista pueda mantener la unidad en su teología, esto es, la unidad en su mensaje. “Para decirlo sin rodeos,” dice Guy, “debido a que el mundo incluye una diversidad de contextos culturales, no es plausible la idea de una teología adventista completamente homogénea e internacionalmente idéntica”.27 Él continúa describiendo una teología adventista para Norteamérica:

“Una teología adventista contextualizada en la Norteamérica del siglo XXI debe ser informada científica e históricamente, consciente social y culturalmente, y vigorosa espiritual e intelectualmente. En términos generales, debería tener las siguientes características: Debería estar enfocada ampliamente […]. Debería ser imaginativa, reconociendo que no solo es legítimo sino también deseable explorar nuevas comprensiones y aplicaciones de las Escrituras, y considerando múltiples interpretaciones como potencialmente complementarias más bien que contradictorias.

 

24Rolf Pöhler, “Change in Seventh-day Adventist Theology: A Study of the Problem of Doctrinal Development” (Th.D. dissertation; Andrews University, 1995), 99. Para una crítica, ver Winfried Vogel, “A Case of Revisionism: A Critique of Rolf J. Pöhler, ‘Change in Seventh-day Adventist Theology: A Study of the Problem of Doctrinal Development’ ” (monografía no publicada, 1996).

25Richard Rice, Reason and the Contours of Faith (Riverside: La Sierra University Press, 1991), 90.

26Para una discusión, ver Winfried Vogel, “Man and Knowledge: The Search for Truth in a Pluralistic Age,” JATS 7.2 (1996): 180-218; y Douglas Groothuis, “The Postmodernist Challenge to Theology,” Them 25 (1999): 4-22.

27Guy, Thinking Theologically, 233.

Debería ser modesta […]. Debería ser ecuménica […]”.28 Y Reinder Bruinsma insiste:

“La iglesia, que crece rápidamente, todavía está excepcionalmente unida, tanto en su organización como en su teología, pero manifiesta un creciente pluralismo. Desafortunadamente, esto parece llevar a un grado significativo de polarización. Donde una corriente busca encontrar maneras de hacer que el adventismo sea más relevante para esta generación, otros insisten que ‘los antiguos hitos’ de la fe adventista deben ser guardados celosamente y no están dispuestos a repensar o modificar las posiciones tradicionales. Esos adventistas más conservadores insisten que el adventismo debe continuar manteniendo sus interpretaciones tradicionales de las profecías, con la correspondiente condenación del catolicismo romano y otras iglesias cristianas. Los más ‘progresistas’ están crecientemente abiertos a enfatizar los lazos comunes con otros cristianos y tienden a sentirse incómodos con las actitudes tradicionales”.29

 

Actualmente muchas doctrinas de la Iglesia Adventista son cuestionadas desde adentro de la iglesia, tales como la creación, la salvación, el sábado, el santuario, el remanente, y el rol de Elena G. de White. También se está desafiando la doctrina de la Trinidad.30 Se propone el concepto de un Dios abierto o teología del proceso.31 Escuchamos acerca de una nueva teología del pacto,32 la teoría de la influencia moral,33 la justificación legal universal en

 

28Ibíd., 235-236.

29Reinder Bruinsma, Seventh-day Adventist Attitudes Toward Roman Catholicism 1844-1965

(Berrien Springs: Andrews University Press, 1994), 301.

30Comparar, Keith Burton, “The Trinitarian Compromise: Seventh-day Adventist Doctrine and Public Relations” (monografía no publicada, Adventist Society of Religious Studies, Denver, Noviembre de 2001).

31Ver, Richard Rice, The Openness of God: The Relationship of Divine Foreknowledge and Human Free Will (Nashville: Review and Herald Publishing Association, 1980).

32Dale Ratzlaff, Sabbath in Crisis (Applegate: Life Assurance Ministries, 1990), quien construye sobre D. M. Canright, Seventh-Day Adventism Renounced (Nashville: B. C. Goodpasture, 1948).

33Jack Provonsha, You Can Go Home Again: An ‘Untheology’ of the Atonement (Washington,

Cristo,34 interpretaciones divergentes de Daniel y Apocalipsis35 y muchos otros desarrollos.

¿Se fragmentará teológicamente el adventismo, para citar el título del libro de Johnsson?36

 

Resumen de las tendencias dentro de la iglesia y sus consecuencias

 

En una monografía presentada a la junta del Ellen White Estate, Miroslav Kiš señala cuatro tendencias y desafíos para la Iglesia Adventista:37

Desafío Nº 1. Desde hace varios años, el modelo de los negocios ha influido en el trabajo y los programas ministeriales. Libros y artículos dentro de las iglesias conservadoras hablan acerca del evangelio en términos de un “producto” que solo necesita ser “comercializado” [marketing] de una manera hábil. Algunos seminarios han revisado su currículo enfatizando el entrenamiento en habilidades a expensas del conocimiento bíblico, teológico e histórico. Los ministros aprenden bien el “cómo” de la predicación, con muy pocos o ningún curso que les enseñe “qué” decir.

Desafío Nº 2. La educación cristiana en general enfrenta la tentación a minimizar su carácter cristiano. “La pérdida del pensamiento teológico en los bancos de la iglesia tanto como en el púlpito, puede ser explicada mejor […] por la manera en que la modernidad re enfoca nuestros intereses, desplazando lo moral por lo terapéutico, lo divino por lo humano, la verdad por la intuición, y la

  1. C.: Review and Herald Publishing Association, 1982), 94; Charles Scriven, “God’s Justice, Yes; Penal Substitution, No”, Spectrum 23 (Octubre 1993): 31-38; y una reacción contra esta posición por George Reid, “Why Did Jesus Die? How God Saves Us” (ver http://biblicalresearch.gc.adventist.org).

34Ver, Robert J. Wieland y Donald K. Short, 1888 Re-Examined (Meadow Vista: The 1888 Message Study Committee, 1987); Jack Sequeira, Beyond Belief: The Promise, the Power, and the Reality of the Everlasting Gospel (Boise: Pacific Press, 1993).

35Ver, Samuele Bacchiocchi, “Endtime Issues No. 86” (E-mail newsletter, Julio 2002).

36Comparar con William G. Johnsson, The Fragmenting of Adventism (Boise: Pacific Press,

1995).

37Miroslav Kiš, “God’s Prophetic Ministry Through E. G. White: Vision and Agenda”

(monografía no publicada; Board of Ellen G. White Estate, Enero 2002), 3-7.

 

convicción por la técnica. Como resultado no solamente tenemos un humanismo secular en nuestra sociedad sino también evangélicos seculares”.38 Algunos piensan que nosotros también podemos estar en peligro de tener un adventismo secular.

Desafío Nº 3. Escuchamos acerca de cosas tales como la dicotomía entre la ley y el amor, la prioridad de las relaciones sobre las reglas, la preferencia por los valores sobre las virtudes, y acerca de la grandeza del perdón divino incondicional de los pecados. Tan inocente como esto pueda sonar, un examen más cuidadoso revelará algunas connotaciones problemáticas.

Desafío Nº 4. Otra idea actual es que en la Biblia encontramos solamente principios generales, y que las reglas de conducta son dejadas a nuestro propio juicio bajo la dirección del Espíritu.

¿Cuáles son las consecuencias de la situación teológica actual de la Iglesia Adventista? Estamos en peligro de perder nuestro mensaje y nuestra identidad, lo que afectará en gran medida a la unidad de la iglesia. Estamos en peligro de promover y enseñar enfermedad en lugar de salud. Estamos en peligro de perder nuestro rasgo distintivo de ser el pueblo del Libro y por lo tanto el pueblo del Señor, porque el Señor se revela principalmente a través del Libro. Estamos en peligro de ser llevados por la sociología, la sicología, la misiología y otras fuerzas en vez de la teología bíblica segura. Estamos en peligro de ceder a la presión de ser correctos políticamente aun cuando eso milite en contra de las Escrituras y de hacer decisiones sin una reflexión teológica minuciosa. Es importante la teología. La teología influirá en la iglesia mundial de varias maneras, obstaculizando o favoreciendo su unidad y su misión.

38David F. Wells, Losing our Virtue (Grand rapids: Eerdmans, 1998), 4.