El tema básico para cualquier organización religiosa es su fuente de autoridad. Muy temprano en la organización del movimiento adventista, nuestros pioneros sentaron su firme posición al respecto. Tal como Jaime White lo dijo a comienzos de 1847, “la Biblia es una revelación completa y perfecta. Es nuestra única regla de fe y práctica” (A Word to the Little Flock, p. 13).
Elena de White misma rechazó la idea de usar sus escritos para definir controversias teológicas. En su lugar, instó a estudiar la Biblia diligentemente, de manera tal de poder sustentar las posiciones desde las Escrituras. “Dios […] quiere que vayamos a la Biblia y que extraigamos la evidencia de las Escrituras” (ibíd.)
Nuestros pioneros no solo adoptaron el principio de sola scriptura heredado de la Reforma, sino también lo llevaron hasta las últimas consecuencias. En esta edición de la revista Ministerio Adventista, el Dr. Kwabena Donkor indaga en el principio de sola scriptura tal y como fue entendido por Lutero. Como adventistas en el siglo XXI, haríamos bien en recordar que todas nuestras posiciones teológicas y todas nuestras prácticas deben estar fundamentadas en la Biblia y la Biblia sola.