El cuarto factor de salud de la tradición adventista es el sol. Sin embargo, debido a los cambios en la atmósfera producidos por la contaminación ambiental y otros factores, la luz solar se vio afectada, y ahora contiene una mayor concentración de rayos ultravioletas, que pueden producir severas quemaduras en la piel y causar cáncer.
La luz solar siempre fue considerada bene ciosa para la salud, pues es bactericida, aumenta la circulación, activa el sistema inmune y la capacidad mental, mejora el sueño, disminuye la depresión, y hasta ayuda a controlar la diabetes. Algunos de estos efectos resultan producidos por medio de la vitamina D, que, dicho sea de paso, no existe prácticamente en ningún alimento.
A raíz de intervenir en la producción de vitamina D, la luz solar ha sido considerada como un importante factor en la prevención del cáncer. Muchos especialistas afirman que la vitamina D previene varios tipos de cáncer, entre ellos, el de próstata y el de mamas. Sin embargo, y de acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer (National Cancer Institute) de los Estados Unidos, el único cáncer que tiene relación consistente con la vitamina D es el cáncer de intestino. De manera general, los niveles normales de esta vitamina están relacionados con el bajo riesgo de contraer cáncer de intestino.
Niveles de vitamina D
Otro problema que existe es el que tiene relación con la determinación de los niveles normales de la vitamina D; es decir, no hay un acuerdo general entre los especialistas. El nivel más aceptable está entre 20 y 30 ng/ ml (nanogramos por mililitro) o 50 a 75 nm/l (nanomols por litro); que es la unidad más aceptada en la Rep. del Brasil). Aquellas personas que viven en un país tropical como el Brasil, no deberían tener de ciencia de esta vitamina, pues existe su ciente luz solar para producirla.
Sin embargo, muchas personas trabajan en o cinas, o en ambientes totalmente cerrados, y no se exponen al sol durante varios días, o hasta semanas. También sucede que las personas de tez oscura, en general, aun cuando tengan su ciente exposición al sol, producen menos vitamina D. Por lo tanto, mi consejo general para ti, lector, es chequear tu nivel de vitamina D. Pide a tu médico que te prescriba un examen llamado hidroxivitamina D (o 25 OH Vitamina D). Y, de esta manera, si hubiese alguna de ciencia, deberías tomar algún suplemento o aumentar tu exposición al Sol.
Y aquí tenemos otra controversia, pues ¿cuál sería la mejor dosis de esta vitamina? Para aquellas personas que tuvieran de ciencia de esta vitamina, dos mil o hasta cuatro mil unidades internacionales (UI) diarias serían e cientes durante algunas semanas, a n de aumentar los niveles; sin embargo, esto debería ser controlado por el médico. Como mantenimiento, un nivel de mil unidades diarias ha sido considerado como dosis segura.
Y, volviendo a la luz solar, sus radiaciones ultravioleta son capaces de causar mutaciones genéticas de las células de la piel, y cáncer de piel. Dado que el cáncer de piel es más común en el rostro, el dorso de la nariz, el labio inferior y las orejas, un sombrero servirá de protección. Las personas que tienen piel de color oscuro pueden exponerse más al sol, pues tienen gran cantidad del pigmento llamado melanina, que protege contra la acción cancerígena de la luz solar.
Horarios
También los horarios de exposición al sol tienen mucho que ver, ya que cerca del mediodía la intensidad del sol es mucho mayor. El consejo es que tomes baños solares, o te expongas al sol, durante la mañana hasta las 9, y después de las cuatro o cinco de la tarde, dependiendo del horario local y de la intensidad del sol.
El secreto es no dejar que el sol produzca quemaduras, pues de ese modo se acentúa la acción cancerígena. Existen dos extremos que deben evitarse; estos son: primero, evitar el uso de protector solar todo el tiempo, ya que va a disminuir la producción de vitamina D; es decir, el protector debería ser usado en menor medida y, tal vez, no usarlo durante las horas de Sol menos intensas. Sin embargo, todo dependerá de la sensibilidad de la piel de cada persona. El secreto es veri car si no existen quemaduras solares. El “coloradote del n de semana” que sucede a aquellas personas que van a la playa y se exponen al sol durante largas horas, no es una cuestión saludable para la piel.
Segundo, aquellas personas que pre eren estar durante varias horas acostadas en la arena a n de adquirir una coloración más oscura son quienes corren mayores riesgos de desarrollar un cáncer de piel. Lo mismo sucede con los baños de rayos ultravioleta (camas solares) para broncearse de manera arti cial; estos no son aconsejables, ya que aumentan el riesgo de ocurrencia de cáncer.
El sol es bene cioso; sin embargo, puede convertirse en un enemigo. Ten cuidado, pero no lo evites totalmente. Y usa un buen sombrero.