Humildad

Andad ante El con Humildad. «Tomad toda la armadura de Dios y no olvidéis las sandalias del Evangelio de paz. No vayáis ante ningún hombre en forma brusca o con voz airada. Que los siervos de Dios anden ante El con humildad, ya sea que ocupen las posiciones más altas o realicen el más humilde servicio en Su obra» Manuscrito 140, 1902.

Tiempo para Orar. «Asegúrense de orar y de intercambiar ideas antes de trazar los planes, y luego, con el Espíritu de Cristo, lleven adelante la obra en unanimidad. Si alguno decide no cooperar con sus hermanos, y no tiene deseos de trabajar por diferencias de opinión, hay un solo curso de acción a seguir. Humillaos delante de Dios y recurrid a la oración, porque ustedes no pueden ni deben intentar trabajar en desacuerdo.

El Señor quitará su espíritu y otro usará la corona de aquellos que persistan en su terquedad y en su propia voluntad. Dios sólo acepta a los que están listos a aprender de Cristo, que estudian Su palabra, aprendiendo lecciones de mansedumbre y humildad de corazón, lecciones de obediencia, buena voluntad en hacer la obra como Dios quiere, no a su manera finita …

El amor al yo, el orgullo y la suficiencia propia yacen a la base de las mayores pruebas y discordias que hayan existido alguna vez en el mundo religioso. Vez tras vez el ángel me ha dicho: ‘Avanzad juntos, avanzad juntos, sed de un mismo parecer, de un mismo criterio. Cristo es el director, y vosotros sois hermanos; seguidlo’ (Evangelismo, pág. 79).

Caminad en Su luz como El está en luz. Los que sigan las pisadas de Cristo no andarán en tinieblas, pero los que se aparten en una independencia no santificada, no podrán contar con la presencia ni las bendiciones de Dios en Su obra …

Fácilmente los obreros se pueden colocar donde el amor, el poder y la sabiduría divinas no los pueden alcanzar, donde no pueden recibir consejos que los ayuden en las pruebas y dificultades, porque no entenderían ni se apropiarían correctamente del rico tesoro de los cielos. Ellos se glorificarían a sí mismos y pensarían que su propio método es perfecto y se afirmarían en la justicia propia» Carta 4, 1890, (Mar. 9, 1890 a los hermanos en Africa).

Sabiduría de lo Alto. «Se necesitan hombres que sientan necesidad de sabiduría de lo alto, hombres que sean convertidos de corazón, que entiendan que no son sino simples mortales que deben aprender sus lecciones en la escuela de Cristo antes de estar preparados para moldear otras mentes. Cuando los hombres han aprendido a depender de Dios, cuando tienen la fe que obra por el amor y purifican sus propias almas, entonces no dejarán en los hombros de otros hombres las cargas penosas de soportar» Carta 83, 1896 (Mayo 22, 1896, a 0. A. Olson).

Liderazgo al Azar. «A usted le gusta la alabanza y la excitación y destacarse a sí mismo. Más le preocupan la aprobación y la alabanza de los hombres que la aprobación de Dios. Usted dirige a otros. Ellos no saben hacia dónde usted los dirige ni tampoco lo sabe usted, porque usted sigue adelante en forma arriesgada, descuidada, impulsiva, sin un criterio sano ni sabiduría del cielo Dios le ha advertido. Dios le ha aconsejado. ¿Ha temblado usted como consecuencia de sus palabras? ¿Ha resistido las tentaciones? ¿Se ha separado usted de las influencias mundanas?» Carta 3, 1882, pág 3 (Abril 1, 1882).

Dios Exalta al Humilde. «El que represente a Dios en carácter, bondad, misericordia y lealtad constante a la causa y la obra de Dios, es el más preparado para ejercer responsabilidad y mando. Todos necesitan ahora trabajar por hermanos, amigos, vecinos y extraños, librando la mente de los desalientos que entran por la fuerza. La verdad debe ser magnificada. No debemos sorprendernos por los movimientos extraños. Nadie debe procurar la exaltación. Mientras más humildemente nos movamos y trabajemos, más seremos exaltados con Dios. El regreso de Cristo a nuestro mundo no debe ser demorado más tiempo. Esta debe ser la nota tónica de cada mensaje» Carta 39, 1898, pág.13 (Marzo 27, 1898 a los hermanos Woods y Miller).

Tiempo para un Cambio. «Los que ocupan posiciones de responsabilidad tienen mucho que aprender. Cuando un hombre piense que sus ideas son perfectas, es tiempo de cambiarlo de su posición de presidente a una posición de aprendizaje. Cuando piensan que sus ideas y sus criterios se deben aceptar sin discusión, demuestran que no están preparados para la posición que ostentan. Dios no ve las cosas como las ve el hombre. Cualquiera que sea la posición a la cual sea llamada una persona, no se debe considerar que su juicio es perfecto. Dada la responsabilidad que se le ha confiado, se les hace más necesario que bajo ninguna otra circunstancia estar libre de todo egotismo y manifestarse dispuesto a recibir consejos» Manuscript 55, 1897 (Junio 3, 1897 Development of Workers).

Usurpando los Recursos Necesarios para la Causa de Dios. «¿Ha producido esto regocijo entre losque ocupan puestos de responsabilidad en la obra de Dios? Para ellos ha sido un bochorno y cuando se han dado cuenta de lo ofensivo de su curso de acción ante Dios, se han llenado de turbación. La ira de Dios se manifiesta contra los que se gozan en robar a sus semejantes, contra los que usurpan los medios que se deben emplear para adelantar la obra. El Señor pregunta: ‘¿Quién dio esa autoridad a estos hombres?’ Han amado más la causa de Dios los que fueron despojados que ellos mismos. Han usado ingeniosamente, un talento otorgado por Dios para ser usado para su gloria, con el fin de dificultar la vida de los que, con sinceridad y fervor, han tratado de cumplir la voluntad de Dios. En todo esto han manifestado los atributos de Satanás» Carta 34, 1899, pág. 12 (Feb. 14, 1899 to Brother-Sister).

La Posición no Otorga Santidad. «Salomón no tuvo nunca más riqueza ni más sabiduría o verdadera grandeza que cuando confesó: ‘Soy un niño pequeño, y no sé como debo conducirme’.

Los que hoy ocupan puestos de confianza deben procurar aprender la lección enseñada por la oración de Salomón. Cuanto más elevado sea el cargo que ocupe un hombre y mayor sea la responsabilidad que ha de llevar, más amplia será la influencia que ejerza y tanto más necesario será que confíe en Dios. Debe recordar siempre que juntamente con el llamamiento a trabajar le llega la invitación a andar con circunspección delante de sus semejantes. Debe conservar delante de Dios la actitud del que aprende. Los cargos no dan santidad de carácter. Honrando a Dios y obedeciendo sus mandamientos es como un hombre llega a ser realmente grande.

El Dios a quien servimos no hace acepción de personas. El que dio a Salomón el espíritu de sabio discernimiento está dispuesto a impartir la misma bendición a sus hijos hoy. Su palabra declara: ‘Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, demándela a Dios, el cual da a todos abundantemente, y no zahiere; y le será dada’ (Santiago 1:5). Cuando el que lleva responsabilidades desee sabiduría más que riqueza, poder o fama, no quedará chasqueado . El tal aprenderá del gran Maestro no sólo lo que debe hacer, sino también el modo de hacerlo para recibir la aprobación divina.

Mientras permanezca consagrado, el hombre a quien Dios dotó de discernimiento y capacidad no manifestará avidez por los cargos elevados ni procurará gobernar o dominar. Es necesario que haya hombres que lleven responsabilidad; pero en vez de contender por la supremacía, el verdadero conductor pedirá en oración un corazón comprensivo, para discernir entre el bien y el mal» (Profetas y Reyes, págs. 20, 21)

Los Líderes deben Aprender. Los que aceptan puestos de responsabilidad en la obra de Dios deberían recordar siempre que al llamarlos a esta obra el Señor los ha llamado también a andar con prudencia delante de El y delante de los hombres. En vez de creerse llamados a regentar, a dictar y mandar, deberían darse cuenta de que ellos mismos necesitan aprender. Cuando un obrero de responsabilidad no aprende esta lección, cuanto antes se lo releve de su responsabilidad, tanto mejor será para él mismo y para la obra de Dios. Jamás imparte un cargo santidad y excelencia de carácter. Quien honra a Dios y guarda sus mandamientos recibe él mismo honores.

Cada uno debería formularse con humildad la siguiente pregunta: ‘Soy yo apto para ocupar este cargo? ¿He aprendido a practicar la justicia y el juicio según los caminos del Señor?’ El ejemplo terrenal del Salvador nos fue dado para que no andemos en nuestra propia fuerza, sino que cada cual se considere ‘ «mozo pequeño»’, según la expresión de Salomón» (JoyasTomo 3, págs. 429,430)

Una Fatal Decepción. «Este es el más terrible y fatal de los engaños en que puede caer la mente humana. Debido a que los hombres están en puestos de confianza, relacionados con la obra de Dios, se exaltan en su propia estima, y no disciernen que otras almas, tan preciosas a la vista de Dios como la suya propia, son descuidadas, y tratadas con tosquedad, maltratadas y heridas, y abandonadas para morir» (Testimonios para los Ministros, pág. 362).

Hombres Prominentes – Blancos Especiales de Satanás. «David sabía que Salomón necesitaría humildad de corazón, una confianza constante en Dios, y una vigilancia incesante para soportar las tentaciones que seguramente le acecharían en su elevada posición; pues los personajes eminentes son el blanco especial de las saetas de Satanás» (Patriarcas y Profetas, págs. 813, 814).

Cultivar un sentimiento de Humilde Dependencia. «Los hombres a quienes el Señor llama para ocupar cargos importantes en Su obra deben cultivar un sentimiento de humilde dependencia de El. No deben tratar de abarcar demasiada autoridad; porque Dios no los ha llamado a dominar, sino a hacer planes en cooperación con sus compañeros de labor. Todo obrero debe considerarse sujeto a los requerimientos y las instrucciones de Dios» (Joyas de los Testimonios, pág. 418).