Integridad

Lo que ha Costado a Algunos el Valor Moral. «Los valientes, los que tuvieron el valor moral de llamar a las cosas por el nombre que les corresponde, los que rehusaron entrar en la red tendida para los incautos, los que no permitieron que se los despojara sin protestar, no han sido favorecidos por los que no están a favor de ellos.

Los miembros de comisiones y juntas que no apoyaron la extorsión y el doblez, sino que tomaron una posición firme a favor del bien, no fueron invitados a las reuniones donde se estudiaron esos planes» Carta 4, 1896, págs 13,15,16 (Julio 1, 1897 A Hombres en Posiciones de Responsabilidad).

El Costo de la Estafa. «Debemos recordar que las desavenencias y las estafas jamás servirán para enriquecer las instituciones de Dios. El Señor, por medio de su providencia, elimina el dinero ganado por medio de la estafa. La estafa siempre produce descontento y desunión. Provoca falta de confianza. Se crea la impresión de que hay algunos que están constantemente tratando de ganarle a otros en el negocio. Existen los que siempre tratan de imponer condiciones que no son justas ni rectas porque piensan que las pueden imponer y lo harán. Los principios equivocados que por años se han introducido en la obra deben ser eliminados desde la raíz. El amor fraternal debe prevalecer. Los que creen que pueden obtener lucro para la causa por medio de la estafa y las prácticas mundanas, no glorifican a Dios. El Señor no acepta siquiera una jota o un tilde de tales ofrendas. Dios odia tales manifestaciones» Manuscrito 16, 1901, pág. 14 (Feb. 25, 1901. Testimonio a la Iglesia de Battle Creek).

La Posición no Hace al Hombre. «Pero la posici6n no hace al hombre. Es la integridad del carácter, el espíritu de Cristo, lo que lo hace agradecido, abnegado, sin parcialidad y sin hipocresía: es esto lo que tiene valor para Dios. A aquellos cuya vida está escondida con Cristo en Dios, el Señor les dice: ‘He aquí que en las palmas te tengo esculpida: delante de mí están siempre tus muros» (Testimonios para los Ministros, pág, 363).

La integridad debe Preservarse a Todo Costo. «Nunca será excesivo el cuidado que tengamos contra un espíritu de irreverencia en nuestra relación administrativa con la obra de Dios, y al manejar cosas sagradas. Nunca, ni por un instante, debe emplearse engañosamente la Palabra de Dios para probar un punto que anhelamos ver triunfar. El honor, la integridad y la verdad, deben preservarse a cualquier costo. Nuestros mismos pensamientos, palabras y acciones deben someterse a la voluntad de Cristo» (Obreros Evangélicos, pág. 462).

Nada en Forma Clandestina. «Nada se debe hacer clandestinamente. Debéis ser tan abiertos como el día, fieles a vuestros hermanos y hermanas, tratándolos como quisierais que Cristo os tratara a vosotros. Si tenéis el Espíritu de Cristo, no tomaréis en cuenta el menosprecio ni daréis demasiada importancia a las supuestas injurias» Review & Herald, tomo 72, Número 20, Mayo 14, 1895.

Firme Integridad Moral. «La obra de Dios exige hombres de poder moral superior para difundir el mensaje. Se necesitan hombres cuyos corazones estén fortalecidos con santo fervor, hombres de determinación, que no se cambien fácilmente, que sean capaces de deshacerse de los intereses propios y entregarse por completo a la cruz y la corona. La causa de la verdad presente falta de hombres que se aferren a la rectitud y el deber, de firme integridad, y cuyas energías se igualen a las providencias de Díos. La energía, la integridad moral, la firme determinación por lo recto, son cualidades que no se pueden comprar a ningún precio. Los hombres que poseen estas cualidades ejercerán influencia en todas partes. Sus vidas serán más poderosas que la más elevada elocuencia: Dios pide hombres de corazón, hombres inteligentes, hombres de integridad moral, en quienes pueda confiar como depositarlos de su verdad, que representen correctamente sus sagrados principios en sus vidas diarias» (Testimonies, tomo 3, pág. 23).

Integridad Inconmovible. «Un hombre honrado, según la medida de Cristo, es el que manifiesta integridad inquebrantable. Las pesas engañosas y las balanzas falsas con que muchos tratan de incrementar sus intereses en el mundo, son abominación a la vista de Dios. Sin embargo, muchos de los que profesan guardar los mandamientos de Dios trabajan con pesas y balanzas falsas. Cuando un hombre está verdaderamente relacionado con Dios y guarda los mandamientos de su ley en verdad, su vida lo revelará, porque todas sus acciones estarán en armonía con las enseñanzas de Cristo. No venderá su honra por ganancia. Sus principios se basan en el fundamento seguro, y su conducta en asuntos mundanales es un trasunto de sus principios. La firme integridad resplandece como el oro entre la escoria y la basura de] mundo. Se puede pasar por alto y ocultar a los ojos de los hombres el engaño, la mentira y la infidelidad, pero no a los ojos de Dios. Los ángeles del Señor, que vigilan el desarrollo de nuestro carácter y pesan nuestro valor moral, registran en los libros del cielo estas transacciones menores que revelan el carácter. Si un obrero es infiel en las vocaciones diarias de la vida, y descuida su trabajo, el mundo no lo juzgará incorrectamente si estima su norma religiosa de acuerdo con su norma comercial” (Joyas de los Testimonios, págs. 510, 511).