La actividad de Cristo en el santuario
La escena profética registrada en Apocalipsis 8:2-6 aparece entre los siete sellos y las siete trompetas. ¿Qué tenemos que aprender de ella?

En el pasaje que usted menciona, Juan ve siete ángeles con siete trompetas, y a otro ángel que quema incienso en el altar, añadiéndolo a las oraciones de los santos, para entonces tomar fuego de un incensario y arrojarlo a la tierra. Esto produce truenos, relámpagos y un terremoto. Para entender esta visión, analizaremos otras escenas del Apocalipsis que también se refieren a la teología del santuario. También comentaré la visión y su significación.

1. La escena del santuario: Las referencias al altar del incienso, al incensario y al ángel, indican que en el Lugar Santo del Santuario celestial se está llevando a cabo una actividad ritual. Las visiones del Apocalipsis suelen ser introducidas por una escena del Santuario celestial. Antes de los mensajes a las siete iglesias, Jesús aparece vestido como Sumo Sacerdote en el Lugar Santo (1:12-20). La escena del trono, que enfatiza el papel que cumple el Cordero (caps. 4 y 5), introduce los siete sellos. Las siete trompetas son introducidas por la visión del altar del incienso (8:2-6). Antes de la visión del conflicto cósmico (caps. 12-14), Juan ve el Lugar Santísimo del Santuario celestial y el arca del testimonio, que contiene el Decálogo (11:19). Las siete plagas son precedidas por una visión que anuncia que los servicios del santuario han llegado a su fin (15:5-8). En los dos últimos capítulos del libro (21, 22), se incrementa el uso de las imágenes del santuario/templo. Dios desciende en la Nueva Jerusalén a habitar de manera permanente entre su pueblo.

2. Contenido de la visión: El pasaje que usted menciona introduce las trompetas como una visión distinta y las separa de la visión de los siete sellos. Cuando comienzan a sonar las trompetas, Cristo aún está mediando por nosotros en el Santuario celestial, ministrando en el Lugar Santo. El hecho de que el incienso ardiente del Lugar Santo era en primer lugar responsabilidad del Sumo Sacerdote (Éxo. 30:7, 8) indica que el ángel visto por Juan representa probablemente a Jesús como nuestro mediador. Él recibe las oraciones de los santos, contaminados por el pecado, y los purifica con su incienso expiatorio (cf. Núm. 16:46, 47).

El pasaje menciona otro aspecto de la mediación de Jesús: los juicios de Dios contra el mundo malvado. Los carbones usados para encender el incienso que crea una nube de humo que asciende a Dios, también simbolizan el juicio (por ej., Gén. 19:24). Algunos de los carbones fueron removidos del altar del incienso y colocados en el incensario para que fuera más fácil arrojarlos a la tierra (cf. Eze. 10:2). Los truenos, relámpagos y terremotos suelen aparecer cuando Dios manifiesta su presencia en el juicio (cf. Isa. 29:6). El período de las trompetas es en primer lugar el tiempo durante el cual Cristo aún realiza los servicios diarios por su pueblo, y también el tiempo durante el cual se llevan a cabo, dentro de la historia, los juicios divinos contra los malvados. En ambos, Cristo es el mediador.

3. Significación de las escenas del santuario: Estas escenas del santuario se encuentran intencionalmente en ese lugar del libro a fin de comunicar un mensaje. En primer lugar, revelan que Dios gobierna el mundo desde su Santuario celestial. A ese centro de comando divino se dirigió Cristo después de su ascensión. Desde allí, Dios influye y dirige la lucha cósmica entre el bien y el mal. En segundo lugar, estas escenas señalan los dos aspectos del ministerio celestial de Cristo: Su obra diaria de reconciliación, y el servicio anual representado por el Día de la Expiación. Vemos que Jesús intercede por nosotros en el Lugar Santo, pero vemos también que su obra ha de pasar al Lugar Santísimo, y que finalmente llegará el momento cuando su obra sacerdotal llegue a su fin. Por último, vemos que el tabernáculo de Dios desciende del cielo a nuestro planeta. El Apocalipsis nos habla de la obra de Cristo en el Santuario celestial.