La Confianza
Fundamento del Liderazgo
Pr. José Carlos Sanches
Tuve el privilegio de servir por casi nueve años, junto a mi familia, a la iglesia en el hermoso “paisito” de Uruguay, como cariñosamente lo llaman. Era de esperar que, como extranjero llamado para liderar la iglesia en este país, hubiese cierta expectativa mezclada con desconfianza e indiferencia que, por cierto, no tardó mucho en ser demostrada. Y ¿no es acaso la indiferencia la manifestación externa de un problema mayor interno llamado desconfianza? Pronto me di cuenta de las tremendas diferencias culturales que me hicieron pensar que la manera como había trabajado en otros países como Perú, Brasil y Chile, no me servirían de mucho y que necesitaba adaptarme rápidamente a una nueva cultura que priorizaba la confianza.
Una de las primeras cosas que necesité trabajar, y por la cual oré mucho, fue mejorar la confianza de los feligreses en la organización y el liderazgo de la iglesia y diluir esa indiferencia que congelaba hasta los mejores proyectos que teníamos en mente. Reconozco que el desafío era enorme y sabía que no podía hacerlo sin la ayuda de Dios y sin la ayuda de un equipo humano adecuado.
¡Confianza! ¿Qué significa? ¿Cómo construirla? Y más difícil aún, ¿cómo reconstruirla cuando se ha perdido? ¿Cómo mantenerla en el tiempo? A partir de la experiencia que el Señor me ha permitido vivir en mi querido Uruguay, trataré de responder estos inquietantes interrogantes.
La confianza es la base de todo lo que hacemos y, si podemos aprender a confiar más el uno en el otro, podremos lograr un progreso humano sin precedentes. Pero, ¿y si la confianza se rompe? ¿Qué pasa si un funcionario de la iglesia o alguna institución es captado en vídeo haciendo algo indebido? ¿Qué pasa si la organización encubre alguna situación y no la toma en serio? Y lo más trágico, ¿qué pasa si pasamos a defender a una persona o justificar una situación aun en contra de todas las evidencias?
Ya sea que tengamos que construir, reconstruir o mantener la confianza tenemos que entender sus componentes. Frances Frei y Anne Morris en un artículo en la Harvard Business Review afirman que “la confianza tiene tres impulsores principales: autenticidad, lógica y empatía. Las personas tienden a confiar en ti cuando creen que están interactuando con tu verdadero yo (autenticidad), cuando tienen fe en tu juicio y competencia (lógica) y cuando sienten que te preocupas por ellos (empatía). Cuando se pierde la confianza, casi siempre se puede remontar a una avería en uno de estos tres factores” (De “Begin with trust”, por Frances Frei y Anne Morris’s, Mayo-junio 2020, https://hbr.org/2020/05/begin-with-trust).
Si la gente ve que estoy siendo auténtico, es mucho más probable que confíen en mi gestión. Si creen que tengo rigor real en mi lógica (sentido común elevado, juicio equilibrado y habilidades variadas) es mucho más probable que confíen en mi administración. Y si creen que tengo empatía con ellos porque los escucho constantemente y me preocupo por sus necesidades, es mucho más probable que confíen en mi liderazgo. Cuando estas tres cosas se dan, tenemos una gran confianza; pero si alguna de estas tres se vuelve inestable, si alguna de estas tres tambalea, la confianza se verá seriamente amenazada.
Empatía
El componente de la empatía es, tal vez, la parte que más zozobra en la confianza. Al llegar a Uruguay, pude percibir que me veían como uno más que solo estaría preocupado por la institucionalidad y por lo que podía obtener de los miembros para cumplir con mis metas y expectativas personales. Lo más común es que las personas simplemente no crean que estamos allí por ellas. ¡Y no es para menos! Tenemos tantas exigencias en nuestro trabajo que resulta fácil desplazar el tiempo, el espacio y la energía que la empatía requiere y, sin mostrar empatía, sin el beneficio de la confianza, todo es más difícil.
Así que es importante identificar dónde, cuándo y a quién o quiénes es probable que esté mostrando distracción. Eso debería rastrear casi perfectamente cuándo, dónde y a quién o quienes es probable que no esté mostrando empatía. En este caso, podemos encontrar un disparador que nos haga levantar la mirada y ver a la gente que está frente a nosotros, escucharlas, sumergirnos profundamente en sus perspectivas, entonces tendremos la posibilidad de demostrar sólidamente una empatía.
Lógica
El otro componente clave de la confianza es la lógica. Por lógica nos referimos a tener un juicio equilibrado y razonamiento sólido. Si la confianza se ve afectada por esta área, la zozobra puede verse de dos formas: por la calidad de nuestra lógica y por la habilidad de transmitirla. Generalmente, fallamos en la segunda, nos cuesta encontrar maneras de comunicar la lógica de nuestros juicios y razonamientos.
Dos cosas fueron las que constantemente le pedí a Dios mientras estuve en Uruguay: sentido común (lógica) y habilidades de comunicación. Cuando supe que para los uruguayos es más importante la razón antes que la obediencia, supe que no sólo necesitaba dialogar más, sino encontrar maneras sinceras, abiertas y efectivas de comunicación.
Autenticidad
La autenticidad es el tercer componente de la confianza, y me parece que es el más difícil de trabajar. Como seres humanos tenemos la capacidad instantánea de darnos cuenta si alguien está o no siendo auténtico; nuestro olfato está muy desarrollado para detectar la falsedad. ¿No quieren que la autenticidad tambalee? Sean ustedes mismos. Claro, es muy fácil ser auténticos cuando están cerca de personas que son como nosotros, pero cuando estamos frente a un grupo de personas que difieren de lo que decimos o pensamos, la receta de «ser ustedes mismos» puede ser muy desafiante.
Mientras estemos seguros de que nuestras convicciones sean las correctas dentro de lo que Dios nos pide en su Palabra, no debemos tener miedo de autentificar sinceramente esas convicciones con nuestro ejemplo y discurso. La hipocresía es una de los mayores males para la confianza.
Una de las cosas que me enseñaron los uruguayos, porque ellos son así, es a ser una persona de opinión fuerte, con convicciones realmente profundas, estilo directo y sin medias tintas. Se puede ser así sin ser ofensivo o hiriente. Les aseguro que lo que más mina la confianza es tratar de demostrar lo que no eres o cuando no existe consecuencia entre tus convicciones y tus acciones y discurso.
Cuando pesamos en la manera cómo Jesús se presentó y relacionó con la gente, mostrando simpatía y autenticidad sin prestar atención a las críticas e inclusive a lo que la gente le gustaba escuchar, sino más bien mostrando su ser auténtico decidido a revelar sus convicciones sin hipocresías distanciándose de los modelos de liderazgo emergentes de la época. Y logrando ser auténtico pudo conquistar el corazón de la gente convirtiéndose así en el deseado de todas las naciones.
En conclusión, la empatía, la lógica y la autenticidad son esenciales para construir o reconstruir la confianza.
La mejor receta para lograr empatía es, en primer lugar, eliminar todo elemento distractor. Por ejemplo, no podemos concentrarnos ni mostrar interés en lo que otros están diciendo mirando nuestros celulares o nuestro computador. La tecnología puede convertirse en el peor enemigo de la empatía. Y en segundo lugar, concéntrese en lo que se está diciendo y aprendan a sumergirse en la perspectiva de los demás.
Si es nuestra lógica la que está tambaleante debido al tamaño y al crecimiento de la institución que lideramos, sintiéndonos muchas veces superados por la realidad. La solución sería una fuerte dosis de educación en estrategia y liderazgo, pero por sobre todo de inspiración en el supremo modelo de Jesús.
Y por último, si es la autenticidad la que muestra fragilidad, entonces trabaja en ser tú mismo y formar un equipo con gente realmente auténtica. Es fácil rodearse de personas que encaje con uno mismo. Y es mucho más fácil recompensar a las personas cuando dicen algo que apoya lo que estamos diciendo, en vez de recompensar a las personas cuando dicen algo completamente diferente. Más bien debemos descubrir cómo celebrar las diferencias y cómo dejar que las personas traigan la mejor versión de sí mismos.
¿Qué tan importante es la confianza para ti como líder? Puedo asegurarte que es la cosa más importante. “La confianza es el fundamento del liderazgo, el pegamento que mantiene unida a una organización. Si un líder rompe repetidamente la confianza de su gente, no puede continuar influenciándola” (John C. Maxwell. Habilidades y estrategias de liderazgo, Vol. 3, Pág. 53). Por experiencia sabemos que es muy fácil perder la confianza y muy difícil poder recuperarla.
Al hablar sobre el éxito de Cristo para llegar a la gente, Elena de White presenta los siguientes elementos: trato y buena comunicación con las personas (lógica); el deseo de hacer el bien a la gente (autenticidad) y la satisfacción de las necesidades de los menos favorecidos (empatía). Y, como consecuencia, obtenía el bien más preciado: La confianza de la gente (Consejos sobre el régimen alimenticio, pág. 551.2).
Si para Jesús la confianza fue una meta personal, entonces debería ser la nuestra también.
José Carlos Sánchez Secretario Ministerial