La Cooperacion


El Coopera con los que Cooperan con El. «El Señor coloca a hombres de responsabilidad no para que ejecuten su propia voluntad, sino la voluntad de Dios. El da sabiduría a los que buscan y dependen de él como consejero. Mientras los hombres representan los puros principios de su gobierno, él continuará bendiciéndolos y manteniéndolos como sus instrumentos para realizar sus propósitos concerniente a su pueblo. El coopera con los que cooperan con él. Manuscrito 81, 1900, págs. 6, 12 (Diario sept. 1, 1903, escrito en 1900 – Solomon’s Reign).

El Hombre Obstinado. “La terquedad es una barrera para el progreso. El obstinado no puede ser convencido de nada que él no vea con sus propios ojos. No entiende lo que significa andar por fe. Se ciñe a sus propios planes y opiniones, sean éstos correctos o no, porque ya ha fijado su idea. Se le pueden presentar suficientes razones para demostrarle que está equivocado; sus hermanos alzar sus voces contra sus opiniones y métodos de lograr éxito en la obra; pero él ha levantado una barrera casi inconmovible contra toda convicción.

Un hombre asi no debe formar parte de comisiones o juntas. Por naturaleza no está preparado para tomar decisiones importantes. Vive determinado a no rendirse ante las evidencias. No se pliega a hombres de experiencia y, por supuesto, es un impedimento en vez de una ayuda. Sugiere sentimientos que no pueden ser apoyados por la experiencia y el criterio de hombres que son tan inteligentes y tan sabios como él. (Klonopin) El hará declaraciones como si fuera omnisciente y mantendrá que sus ideas son el colmo de la sabiduría. La suficiencia propia lo ha dominado por tanto tiempo que este pobre hombre considera que es una virtud tener sus propias opiniones. Si sus ideas no se siguen, levantará objeciones a cada momento, ya sea en asuntos de mayor o menor importancia. Se aferra a sus propias palabras, correctas o equivocadas. Esta práctica repetida a menudo llega a ser un hábito confirmado, hasta que se convierte en rasgo de carácter» Manuscrito 159, 1898, págs. 1, 2 (Diciembre 8, 1898 ‘Speak Evil of no Man’).

Los que Tiran Hacia Atrás. «Siempre hay unos pocos que piensan, cuando sus hermanos tiran hacia adelante, que es deber suyo tirar hacia atrás. Objetan a todo lo que se propone, y combaten todo plan que ellos mismos no hayan originado. En ello hay una oportunidad para que las personas desarrollen una desordenada confianza propia. Nunca aprendieron en la escuela de Cristo la lección preciosa y de suma importancia de volverse mansos y humildes. Para los que tienen una voluntad fuerte, no hay nada más difícil que renunciar a su parecer y someterse al juicio de otros» (Obreros Evangélicos, págs, 461, 462).

La Cooperación y la Unidad Son Esenciales. «No piense ninguna persona que únicamente sus dones son suficientes para la obra de Dios; que sólo él puede llevar a cabo una serie de reuniones y dar perfección a la obra. Sus métodos pueden ser buenos, y sin embargo diversos dones son esenciales. La mente de una sola persona no debe moldear ni dar forma a la obra de acuerdo con sus particulares. Para que la obra sea edificada con firmeza y simetría se requieren diversos dones  diferentes instrumentos, todos ellos bajo la dirección del Señor; él instruirá a los obreros  acuerdo con sus diversas aptitudes. La cooperación y la unidad son indispensables para  un todo armonioso en el que cada obrero cumpla la orden que Dios le ha encomendado, se desempeñe correctamente en su posición y supla la deficiencia de otro. Cuando se permite que un obrero trabaje solo, corre el peligro de pensar que su talento es suficiente para constituir un todo bien equilibrado» (El Evangelismo, págs. 80, 81).