La Dictadura

El Resultado de la Dominación. «Los principios santos que Dios ha dado son representados por el fuego sagrado; pero se ha usado fuego común en lugar de sagrado. De manera sutil se han introducido planes contrarios a la verdad y a la justicia so pretexto de que esto tiene que ser hecho y lo otro tiene que hacerse, porque es para el progreso de la causa de Dios. Pero son maquinaciones de hombres que llevan a la opresión, la injusticia y la maldad. La causa de Dios debe estar libre de toda mancha de injusticia. No puede obtener ventaja alguna despojando a los miembros de la familia de Dios de su individualidad y de sus derechos. Todas estas prácticas son aborrecibles para Dios …

El poder despótico que se ha desarrollado, como si los puestos convirtiera a los hombres en dioses, me asusta y debería causar temor. Es una maldición donde y quienquiera lo ejerza. Este enseñoramiento sobre la heredad de Dios creará tal disgusto por la jurisdicción del hombre que se producirá un estado de insubordinación. El pueblo está aprendiendo que no se puede confiar en hombres que ocupan altos puestos de responsabilidad para modelar y formar las mentes y caracteres de otros hombres. El resultado será la pérdida de confianza en la administración aún de hombres fieles.

El espíritu de dominación se está extendiendo a los presidentes de asociaciones. Si un hombre está confiado en su propia fortaleza y trata de ejercer dominio sobre sus hermanos, creyendo que está investido de autoridad para hacer de su voluntad el poder gobernante, lo mejor y lo único seguro es quitarlo de su cargo, no sea que resulte un gran daño, y él pierda su propia alma y ponga en peligro las almas de otros. ‘Todos vosotros sois hermanos’.

Esta disposición de enseñorearse sobre la heredad del Señor causará una reacción a menos que estos hombres cambien su curso de acción. Los que tienen autoridad deberían ir con el peso del Espíritu Santo. La posición de un hombre no lo hace una jota o tilde mayor a la vista de Dios; es tan solo el carácter lo que Dios valora» Carta 55, 1895 (Sept. 19, 1895, a O.A. Olson).

Cómo se Obstruyen las Ruedas del Progreso. «Si fuera posible, el enemigo obstruiría las ruedas del progreso y evitaría que las verdades del Evangelio circularan por todas partes. Con este fin él induce a hombres a sentir que es su privilegio controlar las conciencias de sus semejantes de acuerdo con sus propias ideas pervertidas. Ellos despiden al Espíritu Santo de sus conciencias, y entonces, con la autoridad y en nombre de la Asociación General, inventan reglamentos por medio de los cuales obligan a los hombres a ser gobernados por su propias ideas y no por el Espíritu Santo…

Se requiere una educación con respecto a los derechos y deberes de los hombres que tienen autoridad y se han enseñoreado sobre la heredad del Señor. Cuando un hombre colocado en un puesto de confianza, no sabe qué espíritu debe manifestar al tratar con mentes humanas, debe aprender los principios básicos en lo que se refiere a su autoridad sobre sus semejantes. Los principios rectos tienen que ser introducidos en el corazón y entretejidos en la trama y urdimbre del carácter» Carta 83, 1896 (Mayo 22, 1896 a O.A. Olson).

Satanás Ataca Fieramente a Hombres con Responsabilidades. «Observando cuidadosamente instrucción que el Señor ha especificado en cuanto a la armadura cristiana, andaréis delante de él quietamente y trabajaréis con discreción. No llevaréis con vosotros yugos para atar a los hombres a vuestros planes, ni intentaréis hacer que los obreros de Dios estén sujetos a alguna mente finita. Las máximas y preceptos de hombres no deben controlar a sus obreros. Que ningún hombre sea colocado en una posición desde la cual pueda dominar sobre la heredad de Dios; porque esto pone en peligro el alma del que señorea así como las almas que están bajo su dominio» Manuscrito 140, 1902 (Nov. 6, 1902 – Principios para la Orientación de Hombres en Cargos de Responsabilidad).

Nadie Debe Mandar. «Entre los siervos de Dios, nadie debe mandar. Ningún yugo debe ser puesto sobre los que Dios ha comprado como herencia con su sangre. Los yugos deben ser quebrantados. Los hombres y mujeres son más preciosos a los ojos de Dios de lo que la mente humana puede calcular. Cristo entiende su valor; se sacrificó a sí mismo por su redención. Somos propiedad suya, nos ha comprado con su sangre. No vende su lealtad a ninguna jurisdicción o poder humano» 1 de Corintios 6:19, 20.

El Peligro de la Autoexaltación. «A veces un hombre colocado en una responsabilidad como director concibe la idea de que está en una posición de suprema autoridad, y de que todos sus hermanos, antes de hacer ningún movimiento de avance, deben primeramente acudir a él para pedir permiso para hacer aquello que debe hacerse. Tal hombre se encuentra en una posición peligrosa. Ha perdido de vista en qué consiste la obra de un verdadero dirigente entre el pueblo de Dios. En lugar de actuar como un sabio consejero, asume las prerrogativas de un gobernante impositivo. Dios es deshonrado por toda manifestación semejante de autoridad y exaltación propia. Ningún hombre, confiando en su propia fuerza, ha de erigirse en criterio y juicio de otro hombre a quien Dios está usando en su obra. Nadie ha de trazar reglas y reglamentos humanos para gobernar arbitrariamente a sus compañeros que tienen una experiencia viva en la verdad» (Testimonios para los Ministros, págs. 499, 500).

Liderato no es Señorío. «Nadie debe colocarse a sí mismo como gobernante, como señor sobre sus semejantes, para actuar de acuerdo con sus impulsos naturales. No se debe permitir que la voz o influencia de un solo hombre llegue a ser un poder controlador.

He sido instruida por el Señor para decir que ninguna posición concede gracia a un hombre, ni lo hace justo. ‘El temor de Jehová es el principio de la sabiduría’. Algunos a quienes se les ha confiado cargos de responsabilidad tienen la idea que el puesto es para el engrandecimiento de] yo» (Medical Ministry, págs. 164,165).

No Juzgar ni Dominar. «Es un acto peligros investir a hombres con autoridad para juzgar y gobernar a sus semejantes. Ni a Ud. ni a nadie se le ha dado el poder de controlar las acciones del pueblo  Dios, y los esfuerzos para lograr esto no deben continuar por más tiempo Dios ha sido deshonrado por la educación dada a las iglesias del sur de California para mirar a un hombre como su conciencia y criterio. Dios nunca ha autorizado a hombre alguno para ejercer poder dominante sobre sus compañeros obreros, y los que han permitido que el espíritu dictatorial se manifieste en su trabajo oficial, necesitan experimentar el poder convertidor de Dios en sus corazones. Ellos han colocado al hombre en el lugar donde debería estar Dios» Carta 290, 1907, págs. 2, 3 (Agosto 29, 1907).

El Presidente de Asociación y la Autoridad. «Es un error que una asociación seleccione  presidente alguien que considera que su cargo pone en sus manos poderes ilimitados. El Señor me ha instruido para decirle que Ud. no sabe cuándo emplear autoridad y cuándo refrenarse para no usarla imprudentemente. Usted tiene . mucho que aprender antes de poder desempeñar el trabajo de presidente. Usted debe recordar que en la causa de Dios hay un Dirigente-Jefe, cuyo poder y sabiduría está por encima de las mentes humanas.

Dios no tendrá nada que hacer con los métodos de trabajo donde se permita a hombres finitos ejercer dominio sobre sus semejantes. El pide que se haga un cambio decidido. No se debe escuchar más voz de mando. El Señor tiene entre sus obreros hombres humildes y discretos; de entre ellos debe escogerse a los hombres que dirijan la obra en el temor de Dios.

Seria conveniente invitar al pastor Cottrell y a un obrero de amplia experiencia más por lo menos, para intercambiar ideas y considerar los planes que afectan a la obra médica. Dios ha dispuesto que sus siervos desempeñen las responsabilidades de esa asociación en un espíritu de humildad y dependencia en él” Carta 290, 1907, págs . 2, 3 (Agosto 29, 1907 a George W. Reaser).

Dios no Vindicará Proyectos para Oprimir Hombres. «Dios no vindicará proyecto alguno por medio del cual él hombre domine u oprima, aunque sea en grado mínimo a sus semejantes. La única esperanza para el hombre caldo es mirar a Jesús, y recibirlo a él como su único Salvador. Tan pronto como un hombre empieza a formular reglamentos férreos para otros hombres, tan como empieza a enjaezar y a inducir a los hombres de acuerdo con sus propias ideas, deshonra a Dios y pone su propia alma y el alma de sus hermanos en peligro. Los hombres pecadores pueden encontrar esperanza y justicia únicamente en Dios; y ningún ser humano es justo por más tiempo que el tiempo que tenga fe en Dios, y mantenga una conexión vital con él. La flor del campo  que tener sus raíces en la tierra; tiene que tener aire, rocío, lluvia y sol. Sólo florecerá mientras reciba estas ventajas, y todas provienen de Dios. Así es con los hombres. Nosotros recibimos de Dios lo que suministra vida al alma. Se nos advierte que no confiemos en el hombre, ni hagamos de la carne nuestro brazo»

El Presidente de Asociación. «Vez tras vez repito la advertencia: Nunca pongan de presidente de una asociación a un hombre que supone que una posición de esta clase le da autoridad para dictaminar y controlar las conciencias de otros. Es natural que el hombre tenga una gran estimación de si mismo; los viejos hábitos luchan por supremacía; pero el hombre que ocupa un cargo de confianza no debería glorificarse a si mismo.

El obrero que diariamente subordina su voluntad a la voluntad de Cristo será educado para alejarse de ideas tales. El practicará las virtudes del carácter de Cristo con toda mansedumbre y  de pensamiento; y esto dará la libertad de hijos de Dios a aquellos que se supone que serán beneficiados con sus servicios. Ellos estarán libres para actuar de acuerdo con la gracia que les es concedida, para que todos puedan entender los preciosos privilegios que tienen como miembros del cuerpo de Cristo.

Aquel a quien han sido confiados cometidos sagrados, revelará siempre la mansedumbre y la sabiduría de Cristo; porque es ésta la manera en que llegará a ser un representante del carácter y de los métodos de Cristo. Nunca deben usurpar autoridad u ordenar, o amenazar, diciendo: ‘A menos que haga lo que digo, usted no recibirá sueldo de la asociación’ . El hombre que pronuncie  tales palabras estará fuera de lugar como presidente de una asociación. El haría a los hombres esclavos de su juicio» Carta 416, 1907, págs. 5, 6 (Dic. 30, 1907 a A.G. Daniells y W. C. White).

Cambiar al Dictador. «El espíritu de dominio se extiende a los presidentes de nuestras  Si un hombre confía en sus propias facultades y trata de ejercer dominio sobre sus  sintiendo que está investido de autoridad para hacer de su voluntad el poder dominante, la  conducta y la única es cambiarlo, para que no se haga un gran daño, y pierda su propia alma, y ponga en peligro el alma de otros. ‘Todos vosotros sois hermanos’. Esta disposición a dominar sobre la herencia de Dios causará una reacción a menos que estos hombres cambien su conducta. Los que ostentan autoridad deben manifestar el espíritu de Cristo. Deben tratar como él tratarla cada caso que requiera atención» (Testimonios para los Ministros, pág. 368).