La individualidad


Hay que Permitir la Individualidad. «Si fuera posible, libraría su mente de las decepciones que la han encadenado. En su trabajo ha tomado sobre sí demasiadas responsabilidades. Quiero decirle que no debe ocupar la presidencia de la asociación mientras cree que debe amoldar la experiencia de otros, conformándolos a sus propias ideas. Su curso de acción ha revelado que carece de una sabia percepción. El molde de su carácter necesita reformarse. Lo conmino ante Dios que lleve a cabo un arrepentimiento y una reforma cabal. Debe humillarse delante de Dios para que se pueda encargar con confianza de representar el carácter sagrado de su obra. Pero su disposición peculiar es tal que mientras esté en posición de responsabilidad, siempre correrá el peligro de mandar en forma arbitraria. Dios prohíbe que el hombre manifieste jurisdicción arbitraria sobre la mente de sus hermanos» Carta 380, 1907 (Noviembre 11 , 1907 a un presidente de asociación local).

El Peligro de Seguir a los Hombres. «Se nos aproxima una gran crisis. Si los hombres se rinden a otros hombres como ha sido la costumbre durante los últimos 15 años, perderán sus propias almas, y por su ejemplo, otros también se perderán. Los soldados de Dios deben vestirse de toda la armadura de Dios. No se nos exige que nos vistamos de armaduras humanas, sino con la fortaleza de Dios. Si mantenemos siempre a la vista la gloria de Dios, nuestros ojos serán ungidos con el ungüento celestial, lo que nos capacitará para ver más profundamente y desde una perspectiva más amplia, lo que en realidad es el mundo. (productmanagementexercises) Al discernir su falta de honradez, su engaño, su egoísmo, su pretensión y orgullo; su falta de honestidad en los asuntos ordinarios de la vida, y su avaricia, podemos erguirnos, y por precepto y ejemplo, representar a Cristo, rescatando a las almas del mundo por medio de nuestros sanos principios, nuestra firme integridad y nuestro repudio a toda falta de honradez y nuestra santa temeridad al reconocer a Cristo» Carta 4, 1896, págs. 13,15,16 (Julio 1, 1896, a Hombres en Posiciones de Responsabilidad).

Métodos Individuales de Trabajo. «Por otro lado, los dirigentes del Pueblo de Dios deben precaverse contra el peligro de condenar los métodos de los obreros que sean inducidos individuamente por el Señor a hacer una obra especial que muy pocos están preparados para hacer. Sean los hermanos que llevan responsabilidad lentos para criticar cualquier actuación que no armonice perfectamente con sus métodos de labor. Nunca deben suponer que todo plan debe reflejar su propia personalidad. No teman confiar en los métodos de otro; porque al privar de su confianza a un colaborador que, con humildad y celo consagrado, está haciendo una obra especial de la manera señalada por Dios, retardan el progreso de la causa del Señor» (Joyas de los Testimonio tomo 3, pág. 407).

Ideas y Puntos de Vista Amplios. «Tengo un mensaje que dar a algunos que ocupan cargos  responsabilidad en la asociación del Sur de California. Por su experiencia han perdido ese verdadero fervor que concede la presencia del Espíritu Santo, y que les enseñaría a subyugar al yo y a andar humildemente en el camino de Cristo. El obrero que desempeña responsabilidades y que no llega a ser un humilde seguidor de Cristo, hará mucho daño a la causa de Dios, amoldando y adaptando la experiencia de la asociación a normas comunes y vulgares. La obra sagrada que manejamos, si es hecha con un espíritu de consagración, nunca rebajará la experiencia de una sola alma.

El hombre que no tenga ideas y puntos de vista amplios, es inepto para ser presidente de asociación o dirigente del pueblo de Dios. Es privilegio y deber de los que llevan responsabilidades en la causa, ser aprendices en la escuela de Cristo. El profeso discípulo de Cristo no debe seguir  dictados de su propia voluntad; su mente debe estar entrenada para pensar los pensamientos de Cristo, e iluminada para comprender la voluntad y el modo de obrar de Dios. Esta clase de creyente será un aprendiz de los métodos de trabajo de Cristo» Carta 276, 1907, pág. 1, 2 (Sept. 5, 1907 a J. A. Burden).