La Fidelidad del Hogar. “Les ruego por amor de Cristo que eliminen el espíritu de rudeza y censura. Necesitan manifestar el amor tierno de una madre. Necesitan el amor de Cristo. Entonces no se quejarán por cada error; tendrán una porción de la misma paciencia que Cristo ha manifestado hacia ustedes, hacia estos corderitos del rebaño. Entonces Dios aceptará sus labores en favor de otros. Cuando lleven con fidelidad las responsabilidades de su hogar, estarán mejor preparados para llevar la responsabilidad de alimentar el rebaño de Dios, Y especialmente de manifestar el tierno cuidado del Salvador hacia los corderos del rebaño.
¿Procurarán ustedes dos que la verdad penetre al santuario de vuestras almas? ¿Llevarán a la práctica el amor paciente y bondadoso al relacionarse con sus hijos? ¿Manifestarán el mismo espíritu de humildad y ternura de Cristo en todas sus actividades a favor de la iglesia? ¿Guardarán sus labios para que no se escape de ellos ni una sola palabra de critica, sino solo de paciente instrucción?
Edifiquen sobre el fundamento con oro, plata y piedras preciosas que serán valiosas a través de las edades y que perdurarán por la eternidad, en vez de construir con piedras, madera, heno y hoja rascas, materiales perecederos que se consumirán. Debemos amar al Señor por encima de todo. Dios no acepta el servicio a medias ni el trabajo efectuado con negligencia. Su maldición recae sobre los que hacen la obra de Dios con engaño o negligencia. Ustedes han estado al lado de los que se pierden. Vuestra lámpara no ha. sido preparada ni encendida. Vuestra situación actual no os permite ser la luz del mundo por medio de las buenas obras” Carta 23, 1890, pág. 9 (Enero 6, 1890).
Los dirigentes Deben Dar Buen Ejemplo. «Los padres deben luchar por tener familias que sean modelo de buenas obras y hogares perfectamente cristianos. Y de una manera especial, este es el deber de los que ministran las cosas sagradas, de quienes espera el pueblo recibir instrucción y orientación. Los ministros de Cristo deben ser ejemplo para el redil. El que fracasa en dirigir su propia casa, no está capacitado para dirigir la iglesia de Dios” Comentario Bíblico, tomo 2, pág. 1009 (Declaración, Nov. 10, 1881).