En cuanto a la compatibilidad, yo y mi esposa somos muy diferentes.
Cuando mi hijo mayor tenía 3 años, salí con él a pasear en el auto por la ciudad. En un semáforo me preguntó qué significaba la luz amarilla. “Hijo”, empecé a responder con mi sabia voz paternal, “una luz amarilla significa que necesitamos prestar atención”.
Su mente inquieta quería probar esa teoría, por eso al día siguiente hizo la misma pregunta a mi esposa. “Hijo”, ella le informó, mientras agitaba sus manos indudablemente, “una luz amarilla significa ¡VE RÁPIDO!”
Mi esposa necesitaba ir a muchos lugares. Tenía que ir rápido. Pero a mí me gustaba andar lento y disfrutar del escenario.
¿Qué es la compatibilidad?
El diccionario define la compatibilidad como “la capacidad de vivir juntos en harmonía”. Nuestra cultura valora mucho la compatibilidad en el matrimonio, pero se cree que es necesario encontrar a la persona correcta para lograrlo. Si encuentras a “aquella persona”, habrá harmonía. Sim embargo, la Biblia enseña que los matrimonios harmoniosos no son algo natural. Desde la caída relatada en Génesis 3, el pecado nos tornó incompatibles porque las relaciones se volvieron naturalmente perjudicadas y fracturadas. (https://slidesbase.com) Pero el evangelio nos da esperanza de vivir en harmonía con otras personas en vez de centralizarnos en nosotros mismos. (Rom 15:5).
Compatibilidad bíblica
¿Qué dice la Biblia específicamente sobre encontrar un cónyuge compatible? Un verdadero cristiano se debe casar con otro cristiano verdadero (2 Co 6:14, 1 Co 7:39). Esta es la enseñanza bíblica, aunque significa mucho más.
En vez de buscar una persona compatible, los cristianos son educados a casarse con cristiano y tornarse cónyuges compatibles. La transformación exige la gracia y el poder de Jesús – hay buenas noticias para aquellos que quieren casarse o ya están casados, pues Dios no deja los cambios en nuestros propios esfuerzos.
Preguntas que los solteros deben hacerse cuando buscan un cónyuge bíblicamente compatible:
1 – ¿Cómo saber si él o ella acepta, de buena voluntad, la autoridad de Dios?
Chicas, si el chico no se somete a la autoridad de Dios, es un hombre peligroso.
Chicos, si la chica no se somete ahora a una autoridad piadosa (a un hombre que, a propósito, no eres tú) ella es el tipo de mujer que Proverbios advierte a evitar.
2 – ¿Cómo saber si él o ella es sumiso a las enseñanzas?
Si a alguien le gusta discutir, está más preocupado por tener razón de que por ser justo. Cuando piensas que venciste la discusión en el matrimonio, en realidad perdiste. El matrimonio es maduración mansa en la que los cónyuges reconocen que tienen mucho que aprender por el resto de la vida.
3 – ¿Él o ella es conocido y envuelto en la comunidad cristiana?
Es fácil usar una máscara cuando nos sentimos atraídos por alguien y motivados por el matrimonio. Si la persona no es conocida en la comunidad, no la conoces. Otros necesitan dar testimonio en cuanto a su carácter, integridad y fe.
4 – ¿Cómo él o ella habla de los demás?
Si la persona es crítica, exigente o impertinente en sus actitudes y palabras, continuará así en el matrimonio. Después, te tornarás el blanco de su ira y orgullo.
5 – ¿Cómo él o ella reacciona cuando está confrontado/a con el pecado?
Cuando alguien intenta esconder, disfrazar, acusar, disculpar o racionalizar su pecado, tiene una visión distorsionada del evangelio. Gracias a Jesús podemos confesar los pecados (1 Juan 1: ), arrepentirnos (Rom 2:4), andar en la luz (Ef 5:8-9) y reconciliarnos con Dios (2 Co 5:17-21).
Preguntas para los casados que desean tornarse bíblicamente más compatibles:
1 – ¿Qué descubres, con frecuencia, que está correcto o errado en tu matrimonio?
Si eres cristiano, hay muchas cosas correctas contigo, porque Jesús te salvó de la ira de Dios y tú le perteneces. Tienes todos los recursos de Cristo a tu disposición (2 Ped 1:3). Como hijo redimido de Dios, el perdón y la gracia pueden fluir libremente de tu corazón, dejando que seas beneficioso a las debilidades de tu cónyuge. ¿Vives de esta manera?
2 – ¿Cuándo fue la última vez que hiciste alguna cosa intencional para tu cónyuge?
La bondad y consideración fortalecen el matrimonio. Todavía, muchas parejas piensan que pueden hablar con aspereza, desdén o falta de perdón. “Para mejor o para peor” no es permiso para pecar. Necesitas de fe y humildad para responder con gracia cuando estuvieras enojado, ofendido, o mal interpretado.
3 – ¿Crees que Dios sabía lo que estaba haciendo cuando te hizo casar con tu cónyuge?
Cuando el matrimonio está difícil, puedes ser tentado a pensar que cometiste un engaño y olvidarte que el matrimonio nos moldea con frecuencia, de maneras dolorosas. Vuelve en el tiempo y recuerda lo que aprecias y admiras en el otro. Es posible que esas cualidades todavía estén presentes, pero tú permitiste que el pecado y el egoísmo entrasen disimuladamente y obstruyesen tu visión.
4 – Es necesario que te arrepientas de la insatisfacción y de las quejas en tu matrimonio
Es necesario que haya una intervención sobrenatural del Espíritu santo para que seamos agradecidos. Nuestra tendencia es comparar y quejarnos. La gratitud es un estilo de vida ordenado por las Escrituras (Cl 3:15-17), y no una simple propuesta para los feriados de verano. ¿Por qué te sientes agradecido? ¿Qué te gusta en tu cónyuge?
5 – ¿Oran juntos con tu cónyuge? ¿Oran uno por el otro?
Es difícil estar con el corazón endurecido y resentido con una persona por la que frecuentemente oras. Dios hará una gran obra en tu matrimonio mientras estés orando. La oración muestra que necesitamos de Dios y es un acto de adoración.