Los Elementos Escatológicos de la Doctrina del Sábado Adventista

Los Elementos Escatológicos de la Doctrina del Sábado Adventista

LOS ELEMENTOS ESCATOLÓGICOS DE LA DOCTRINA DEL SÁBADO ADVENTISTA

Sergio Becerra

 

Resumen:

El presente trabajo analiza los documentos publicados por Thomas M.  Preble  y Joseph Bates entre 1845-1849. Son los primeros escritos a  favor  del  séptimo  día entre los adventistas norteamericanos del siglo XIX. Pretende descubrir por qué el adventismo adopta una doctrina bíblico-histórica siendo un movimiento escatológico. Explorará en busca de aportes originales del adventismo a la doctrina del sábado.

Palabras clave:

Sábado, Adventismo, Escatología adventista

Al investigar los orígenes de la doctrina del sábado del adventismo del séptimo día, es inevitable preguntarse por qué una doctrina relacionada con la práctica religiosa y con un largo debate histórico en torno a su vigencia y modo de observancia llega a formar parte del conjunto de doctrinas distintivas de este movimiento religioso desde su mismo comienzo. En efecto, uno esperaría que el núcleo doctrinal adventista se sitúe en un contexto escatológico, considerando que su foco de interés se orienta hacia el fin de los tiempos y la inminencia de la Segunda Venida de Cristo.

Los orígenes históricos de la adopción del sábado por el grupo de adventistas milleritas que darían nacimiento al adventismo del séptimo día, son conocidos y no son el objeto de interés de este estudio. Tampoco lo es el debate sobre la fuente de la doctrina del sábado adventista, ya que ha sido establecido sin lugar a duda que se debe a la influencia de los bautistas del séptimo día, a través de individuos y por medio de su literatura.1

Sí nos interesa comprender por qué fue adoptada esta doctrina en el adventismo y qué características propias adquiere al hacerlo. Será el objetivo de esta presentación profundizar el estudio de los orígenes de la doctrina del sábado adventista analizando los elementos escatológicos que adopta en los primeros años del movimiento adventista observador del sábado.

Para lograr nuestro objetivo nos concentraremos en dos autores adventistas, que publican tratados sobre el sábado situándolo en un contexto escatológico desde 1845-1849, Thomas M. Preble y Joseph Bates. Estos autores aunque formulan una teología del sábado adventista en estado embrionario, ya esbozan los elementos más importantes de lo que sería la doctrina del sábado adventista del siglo XIX.

El tratado de Thomas M. Preble

La primera publicación que provoca reacciones importantes a favor del sábado entre los adventistas milleritas es el artículo de Thomas M. Preble, un pastor adventista de origen bautista, publicado en el Hope of Israel 2(La Esperanza de Israel). Este artículo es publicado nuevamente un mes después como tratado y lleva el título A Tract, Showing that the Seventh Day Should Be Observed as the Sabbath, instead of the First Day3(Un tratado que demuestra que el séptimo día debería ser observado como el sábado, en vez del primer día). El tratado es corto, así que lo extraíble de él es limitado. En cuanto a sus contenidos y argumentos es evidente que los mismos reflejan la literatura apologética de

1 Ver a George R. Knight, Nuestra identidad: origen y desarrollo, El legado adventista, (Doral, Florida: APIA; México, D. F.: Gema Editores, 2005), 80. Ver también la tesis de Sergio Becerra, Racines puritaines de la doctrine du Sabbat adventiste du septième jour: étude historique et théologique, [Raíces puritanas de la doctrina del sábado adventista del séptimo día: estudio histórico y teológico], (Tesis. D.Th. Université Marc Bloch. 2001), que tiene como su tema principal establecer el origen y las características de la doctrina del sábado adventista.

2 Periódico adventista millerita publicado en Portland, Maine, de 1844-1845 por John Pearson, Jr. y Joseph Turner. Cf. Don F. Neufeld, ed., Seventh-day Adventist Encyclopedia, 2nd rev. ed., 2 vols., Commentary Reference Series; 10 y 11 (Hagerstown, Maryland: Review and Herald Publishing Association, 1996), 1:713.

3 Thomas M. Preble, A Tract Showing that the Seventh Day Should be Observed as the Sabbath, Instead of the First Day; According to the Commandment, (Nashua: Printed by Murray & Kimball, 1845).

los bautistas del séptimo día de la época.4 No se sabe con certidumbre de quién recibe Preble la doctrina del sábado.5 En cuanto al contenido en sí, su originalidad reside en el tono milenarista usado para llamar a la observancia del séptimo día. Es en este contexto que podemos reconocer algunas alusiones nuevas que aparecerán en la literatura adventista observadora del sábado posterior.

Preble dirige su llamado a los “verdaderos hijos de Dios”, a quienes plantea este importante tema, porque para él es imperativo que los hijos de Dios, “especialmente aquellos relacionados con la segunda venida, posean toda la verdad sobre todos los temas”.6 Sus destinatarios son los adventistas milleritas, y el estímulo para publicarlo radica en la convicción que la doctrina del sábado debería formar parte del credo millerita. Siguiendo esta línea de argumentación, Preble refuerza su llamado apoyándose en la autoridad de William Miller, el fundador del movimiento. Cita algunas declaraciones sabatistas tradicionales (en defensa de la observancia del domingo) que Miller utiliza en su obra Lecture on the Typical Sabbaths and Great Jubilee 7(Una conferencia sobre los sábados tipológicos y el Gran Jubileo). Esta argumentación es sorprendente ya que Miller nunca fue un observador del séptimo día. Aun así, Preble afirma haberse convencido de la importancia del séptimo día influenciado por “las ideas del hermano Miller sobre el gran sábado […] que el sábado era una señal de los siete mil años del mundo”.8 Queda claro que la ideología sabatista del séptimo día y la escatología millerita se unen en Preble para producir un sabatismo adventista del séptimo día.

A propósito del tratado, el historiador adventista P. Gerald Damsteegt, señala que “una gran parte de la exposición incluye los argumentos bautistas del séptimo día en favor de la observancia del sábado, el valor

4 Ver el estudio comparativo del documento con la literatura bautista del séptimo día de la época llevado a cabo en Becerra, Racines puritaines, 240-250.

5 Hay tres fuentes posibles: de Rachel Oakes Preston, la bautista del séptimo día que frecuenta la Iglesia adventista de Washington, New Hampshire; de Frederick Wheeler, el pastor de la misma iglesia, luego que éste aceptara el sábado de Oakes Preston o a través de un estudio independiente. Es posible que todas estas fuentes tuvieran un impacto sobre él ya que Preble era pastor de una iglesia bautista cercana a la iglesia adventista de Washington. Ver David Young, “When Adventists Became Sabbath Keepers,” Adventist Heritage, 2, 2 (Winter, 1975), 7-10.

6 Preble, A Tract, 2, 3.

7 Preble, 3.

8 Thomas M. Preble, Carta, Advent Herald, (3 de julio de 1852), 214.

permanente del Decálogo para los cristianos y el sábado como señal perpetua entre Dios y su pueblo”.9 Efectivamente, el sábado como señal perpetua,10 la distinción entre el sábado de la creación y los sábados judíos,11 la institución del sábado en la creación del mundo,12 la  confirmación de Jesús y los apóstoles,13 el cambio del sábado al domingo por el papado,14 y el cambio del sábado al domingo como  un cumplimiento de la profecía de Daniel 7:25,15 todos parecen ser argumentos bautistas del séptimo día.16 No podemos saber a ciencia cierta en qué obra u obras se inspira Preble, ya que no cita ninguna. No obstante, es evidente a la luz del tratado, que Preble hizo suya la perspectiva bautista del séptimo día y la presenta a sus correligionarios adventistas milleritas.

Por otra parte, Preble parece agregar dos elementos originales a su discurso: (1) le da al sábado un significado escatológico, y (2) establece una dicotomía excluyente entre los observadores del sábado “de Dios” y los observadores del primer día “del papa.”17 Presentaremos de manera más amplia ambos elementos.

Significado escatológico del sábado

Preble sitúa al sábado de lleno en un contexto escatológico. Dice: “Creemos que es muy importante para nosotros tener la verdad en todos los temas, en particular respecto a la segunda venida inminente de Cristo; presentaré algunas reflexiones en torno al sábado.” Al final del tratado concluye diciendo: “Que el Señor nos dé sabiduría, y que nos ayude a observar todos ‘sus mandamientos para que tengamos acceso al árbol de la vida’, Ap. xxii: 14”. Luego agrega una conclusión complementaria: “Soy

9 P. Gerard Damsteegt, Toward a Theology of Mission of the Seventh-day Adventist Church, (Grand Rapids, Mich.: Eerdmans, 1977), 137.

10 Éxodo 31:17; Ezequiel 20:12 Preble, Tract, 3, 4.

11 Preble, 5.

12  Ibíd., 9.

13  Ibíd., 8.

14  Ibíd., 10.

15  Ibíd., 10.

16 Ver Becerra, 116-130.

17 Preble, 10.

18 Ibíd., 3.

19 Esta cita es una traducción del texto de Ap. 22:14 según las versiones de la época en inglés. Llegó a ser un texto favorito de los adventistas observadores del sábado. La crítica vuestro, esperando cada día pacientemente la esperanza bienaventurada y la gloriosa aparición del gran Dios, y de nuestro Señor Jesucristo”.21 En otra parte, refutando “la idolatría” de los observadores del domingo, concluye con una exhortación apasionada: “Como tenemos todo tipo de motivos por los cuales velar, todos los días, en vista del pronto regreso del Señor que vendrá y nos llamará al juicio, que el lector y el autor OBSERVEN TODOS LOS MANDAMIENTOS DE DIOS, PARA ESTAR LISTOS AQUEL DÍA. AMEN”.22

Es evidente que Preble comprende el sábado en un contexto escatológico. Para un adventista millerita que acababa de vivir “la gran desilusión del 22 de octubre”, pero que cree aún en el retorno inminente de Jesucristo, era imperativo encontrar una explicación a la esperanza chasqueada. Algo había salido mal, ¿sería acaso ésta la razón? Es posible que Preble haya considerado que la no observancia de todos los mandamientos (en alusión al cuarto que requiere la santificación del sábado) era motivo suficiente para explicar el retraso de la parusía. Sentía que el pueblo de Dios (los adventistas) debía ser advertido de su obligación de santificar el séptimo día, un requisito indispensable para la preparación en vista del juicio final.

Más adelante, veremos que para los adventistas observadores del sábado23 los elementos salientes de su doctrina del sábado son la observancia del séptimo día como preparación para el Advenimiento, el juicio y la entrada al cielo.

El sábado, señal de separación

Preble afirma que el sábado es una señal de separación. Defiende animadamente su posición diciendo:

Así vemos el cumplimiento de Dn. vii: 25, el “cuerno pequeño” que cambia  “los tiempos y la ley.” En consecuencia, me parece que todos los que observan el textual contemporánea ha eliminado toda referencia a los mandamientos por considerarla incorrecta.

20 Preble, Tract, 10.

21 Preble, 10.

22 Preble, 12. Mayúsculas en el original.

23 Movimiento que antecede a los adventistas del séptimo día.

primer día de la semana como “el sábado” ¡¡son los observadores del domingo del papa!! y

¡¡¡LOS PROFANADORES DEL SÁBADO DE DIOS!!!24

Este pasaje bíblico es el único intento de interpretación profética de los bautistas del séptimo día. No es sorprendente que Preble lo utilice, porque acentúa desde el punto de vista de la profecía apocalíptica quién es el responsable del cambio del día de reposo. Entonces, según Preble, en un futuro escatológico todos los hombres estarán en una posición que les obligaría a escoger entre el séptimo día o el primero, Dios o Satán, lealtad o deslealtad; no habría posibilidad de llegar a un compromiso o a evadirse. En la última parte de su Suplemento, declara:

Este mundo pecador siempre se ha opuesto a la verdad, a todos los que la practican y continuarán haciéndolo en el futuro. Pero personalmente prefiero obedecer a Dios y contar con su aprobación sobre este punto, y poder gozar finalmente de la tierra nueva, aunque todos los hombres me odien, y en vez de  tener una buena reputación delante de los hombres aquí [en la tierra], y perecer en  el fin.25

El “mundo pecador” se opondrá a la verdad y la odiaría, odiando también “a todos los que la practican”. Es indudable que para Preble habría una separación manifiesta entre el bien y el mal. El sábado será la señal de separación. Este lenguaje que enfatiza una dicotomía excluyente llegaría a ser típico de los adventistas observadores del sábado. Es verdad que esta división en dos bandos está presente en la literatura bautista del séptimo día, pero no de un modo tan acentuado. Por ejemplo, William H. Black, un teólogo bautista del séptimo día e inglés declara: “La observancia exclusiva del primer día, como un sábado, es una profanación pública del santo mandamiento de Dios”.26 Otro ejemplo: el sábado “llega a ser la señal de separación entre los adoradores de Jehová y los paganos”.27

24 Preble, Tract, 12. Mayúsculas y cursiva en el original.

25 Preble, 12.

26 William H. Black, Doubts on the Authority of what is commonly called the Christian Sabbath, Sabbatic Tract, 1, (London: J. C. Beard, 1838), 4.

27 Thomas B. Brown, The Sabbath: Its Moral Nature and Observance, Sabbath Tract, 2 (New York: s. n., 1842), 37.

Preble fue un observador del sábado durante un período breve. Renunció a él al cabo de tres años.28 Pero su artículo y tratado en defensa de la restauración del sábado bíblico despertaron el interés de adventistas milleritas como Joseph Bates, John N. Andrews y otros. Bates, a su vez, fue determinante en convencer a James y Ellen White de aceptarlo. De este grupo de dirigentes surgiría el adventismo observador del sábado. El acento escatológico y el pensamiento dicotómico excluyente serían las características centrales de su doctrina del sábado.

Las publicaciones de Joseph Bates

Joseph Bates, uno de los fundadores del adventismo del séptimo día, juega un rol central en la formación de la teología adventista del sábado. Es un hecho reconocido por los historiadores del adventismo. Arthur L. White lo llama “el apóstol de la verdad del sábado”.29 LeRoy E. Froom lo categoriza de “el heraldo del sábado”30 y C. Mervyn Maxwell lo llama “el padre de la verdad del sábado entre los adventistas del séptimo día”.31 No hay duda de su rol formador y promotor de la doctrina del sábado entre los adventistas del séptimo día. Pero más allá de su defensa de la observancia del sábado, Bates desarrolla una auténtica teología adventista del sábado integrando las doctrinas adventistas del santuario, la segunda venida y el sábado.32

Convencido de la importancia del sábado, Bates publicaría una serie de seis tratados desde 1846 hasta 1849. El sábado sería el tema dominante en estas publicaciones. Presentaremos brevemente cada una de ellas  señalando de qué manera contribuyen en la explicación de la doctrina del sábado desde la perspectiva adventista, durante esta etapa formativa.

28 Thomas M. Preble, The First-Day Sabbath: Clearly Proved by Showing that the Old Covenant, or Ten Commandments, Have Been Changed or Made Complete, in the Christian Dispensation, (Buchanan: W.A.C.P. Association, 1867), 9.

29 Arthur L. White, Ellen G. White, vol. 1, The Early Years, 1827-1862, (Washington,

  1. C.: Review and Herald, 1985), 284.

30 LeRoy E. Froom, Movement of Destiny, (Washington, D. C.: Review and Herald, 1971), 81.

31 C. Mervyn Maxwell, Tell it to the World: the Story of Seventh-day Adventism,

(Mountain View, Calif.: Pacific Press, 1982), 76.

32 Knight, Nuestra identidad, 80.

The Opening Heavens

El primer tratado de Bates, titulado The Opening Heavens, or a Connected View of the Testimony of the Prophets and Apostles, Concerning the Opening Heavens, Compared with Astronomical Observations, and of the Present and Future Location of the New Jerusalem, the Paradise of God (Los cielos abriéndose, o una perspectiva conectada del testimonio de los profetas y los apóstoles, respecto a los cielos abriéndose, comparado con observaciones astronómicas, y del lugar presente y futuro de la Nueva Jerusalén, el Paraíso de Dios) fue publicado en agosto de 1846.33 Este largo título da una descripción bastante precisa del contenido. Bates afirma allí la realidad del “santuario celestial”, y aprovecha para demostrar sus conocimientos de astronomía. Trata brevemente el tema del sábado diciendo:

Aquí quisiera plantear algunas preguntas sobre uno de los más grandes errores que el mundo ha adoptado jamás, [error] certificado primeramente por el papa Gregorio en 603 D. C. Hago referencia al cambio del sábado de Dios (porque es un engaño llamarlo el sábado judío, dado que Jesús, nuestro Maestro divino dice que “fue hecho para el hombre”), y no el primer día de la semana.”34

Haciendo alusión al santuario, agrega:

¿Por qué todo este costoso atavío en la “construcción del tabernáculo y más tarde en el del templo”? Respuesta: Era para instalar allí al arca […] ¿Y qué es el arca? Una pequeña caja donde se encontraba una reliquia preciosa; los mandamientos de Dios; su testimonio para el hombre […] ¿Qué representan los mandamientos para nosotros? Que aquellos que los observen entrarán “por las puertas de la ciudad. Ap. 22:14.35

Y continúa diciendo:

¿Quiere decir usted que el cuarto mandamiento ha sido abolido? Si es así, por favor cite el capítulo y versículo [bíblico para demostrarlo]. Yo sostengo [que un tal texto] no puede encontrarse entre las tapas de la Biblia […] Si no se encuentra, ¿por qué violar entonces este mandamiento sagrado de Dios y rechazar toda la luz que alumbra vuestra senda?36

33 (New Bedford: Press of Benjamin Lindsey, 1846).

34 Bates, 35.

35 Bates, 36. Cursiva en el original.

36 Ibíd., 36.

Este es el primer llamado en favor del sábado de Bates. Podemos destacar dos elementos distintivos a partir de estas declaraciones. Primero, parece ser que Bates sigue la argumentación de Preble, incluido su tono escatológico y sus implicaciones. Segundo, aunque Bates no establece explícitamente un nexo entre el sábado y la nueva doctrina adventista del santuario, si lo hace indirectamente. Este tema del santuario celestial, del arca del pacto y del sábado en el cielo será un tema recurrente en Bates y otros autores adventistas observadores del sábado.

The Seventh D ay Sabbath, a Perpetual Sign

En agosto de 1846 Bates publica su primer tratado consagrado integralmente a la doctrina del sábado que lleva por título: The Seventh Day Sabbath, a Perpetual Sign, From the Beginnings to the Entering Into the Gates of the Holy City, According to the Commandment 37(El sábado del séptimo día, una señal perpetua, desde los comienzos hasta entrar por las puertas de la Santa Ciudad, de acuerdo al mandamiento). En este tratado distinguimos tres tipos de argumentaciones a favor del sábado. Una es bíblica e histórica, otra gira en torno al tema del “restablecimiento de la verdad” y la tercera utiliza el mensaje de los tres ángeles de Ap 14:6-12 para justificar la importancia del sábado en el tiempo del fin.

La argumentación bíblica e histórica tradicional

Gran parte del tratado de Bates es consagrado a reiterar los argumentos bíblicos en favor del sábado, en la línea de los puritanos y los bautistas observadores del sábado. Por ejemplo, para él, el valor permanente del sábado radica en que fue instituido por Dios en Edén. Dice: “Dios estableció el séptimo día en el Paraíso; allí fue instituido para conmemorar la extraordinaria obra de la creación”.38 También pretende demostrar que el sábado es una institución universal que fue observada por los patriarcas antes de su proclamación en el Sinaí.39 A la vez intenta demostrar que el sábado nunca fue abolido.40 Para reforzar su argumentación anterior, dedica once páginas a la explicación del contraste entre la ley moral y la ley ceremonial de las Escrituras. La primera sería permanente y la segunda

37 (New Bedford: Press of Benjamin Lindsey, 1846).

38 Bates, Perpetual Sign, 3.

39 Ibíd., 4-6.

40 Ibíd., 9-16.

habría sido abolida en la cruz.41 Afirma que Cristo y los apóstoles confirmaron la perennidad del sábado por medio de su ejemplo y enseñanza.42 Las últimas veintiún páginas del tratado buscan señalar claramente quién es responsable del cambio del sábado al domingo.43 Para Bates es evidente que se trata del “cuerno pequeño” de Dn 7:25 (el papado). Concluye este razonamiento diciendo: “Si el argumento bíblico y el testimonio de la historia son una evidencia fiable, entonces queda claro como un rayo del sol, que el sábado del séptimo día es una señal perpetua, todavía obligatorio para el hombre, igual que en el pasado.”44

El acento escatológico

Bates asocia su perspectiva escatológica del sábado a la idea sabatista tradicional según la cual los mandamientos de Dios son perennes. Como lo mencionamos antes, uno de sus textos favoritos es Ap 22:14. Las versiones conocidas del texto inglés de la época apoyan su interpretación. Bates la usa por primera vez en la portada de su tratado en los siguientes términos: “Bienaventurados son los que observan los mandamientos, para que tengan acceso al árbol de la vida, y entren por las puertas en la ciudad”. La crítica textual establece más tarde que el pasaje bíblico hace referencia no a los mandamientos, sino al lavamiento de las ropas de los santos, como condición de acceso a la Santa Ciudad y al árbol de la vida. Bates continua diciendo: “Recordad que la observancia de los mandamientos es la única guía fiel que nos conducirá a las puertas de la ciudad”.45 Más adelante agrega: “El pacto y señal [el séptimo día] es obligatorio para ellos [el pueblo de Dios] hasta que entren por las puertas de la Santa Ciudad. Ap. xx: 14.”46 Así, Bates asocia su comprensión de la doctrina de la salvación al sábado y la escatología.

El restablecimiento de la verdad

Otra idea que Bates incorpora a su escatología, y que merece una mención aparte, es el tema del “restablecimiento de la verdad”. La necesidad de restablecer la verdad bíblica en la vida y la creencia de la Iglesia fue también un motor poderoso en el proceso de formación del

41 Ibíd., 16-27.

42 Ibíd., 32ss.

43 Ibíd., 27-47.

44 Ibíd., 42.

45 Bates, Perpetual Sign, 40.

46 Ibíd., 47.

adventismo del séptimo día. En el prefacio de su obra, Bates asocia el “restablecimiento de la verdad” al sábado en los siguientes términos:

Entre TODAS las cosas que deben ser restablecidas antes de la segunda venida de Jesucristo, comprendo que el sábado del séptimo día no es el menor [de ellos], sabiendo que el poder romano imperial y papal, desde los días de los apóstoles, remplazó el sábado del séptimo día por el del primer día de la semana.47

El restablecimiento de “toda” la verdad bíblica antes del fin será un tema que volverá a surgir a menudo en la literatura adventista observadora del sábado.

El sábado y el mensaje de los tres ángeles de Ap 14:6-12

Paralelamente al tema del restablecimiento de la verdad, Bates es probablemente el primer adventista que asocia el “mensaje de los tres ángeles” de Ap 14:6-12 al sábado. Lo dice así:

En el capítulo xiv de Ap. [versículos] 6-11, él [Juan] vio tres ángeles  seguirse uno al otro: el primero predicando el Evangelio eterno (la doctrina del segundo advenimiento); el segundo, anunciando la caída de Babilonia; el tercero, llamando al pueblo de Dios a salir de ella ilustrando la terrible destrucción que les espera a  todos los que no obedecen. [Juan] ve la separación y clama, “he aquí la paciencia de los santos, he aquí los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.” Y esta imagen fue grabada tan profundamente en su espíritu, que al escuchar las palabras del Salvador diciéndole “he aquí vengo pronto y mi recompensa conmigo”, parece comprender, y responde a la vez: “Bienaventurados los que obedecen los mandamientos, porque tendrán acceso al árbol de la vida, y entrarán por las puertas de la ciudad.” xxii: 14.48

Innovación

El tratado aporta una innovación digna de destacar. Desde el punto de vista de la observancia del sábado, Bates propone una hora definida para su comienzo y su fin, la hora 18:00. Esto para ser uniformes en la observancia, en todos los hemisferios, sin importar la estación del año y las circunstancias particulares.49 Esta posición se impone en el movimiento debido al prestigio e influencia de Bates, pero provocará oposición y debate en el futuro, porque es pragmática y su base bíblica no es evidente, aunque Bates trata de ofrecerla.

47 Ibíd., 1. Mayúsculas y cursiva en el original.

48 Ibíd., 24. Cursiva en el original.

49 Ibíd., 43.

The Seventh D ay Sabbath, a Perpetual Sign, edición aum entada de 1847

En enero de 1847, Bates publica una segunda edición, revisada y aumentada de su tratado sobre el sábado.50 La importancia de esta obra es considerable. Las principales características de la doctrina adventista del sábado surgen en esta pequeña obra de sesenta y cuatro páginas. Daremos una presentación sucinta de las ideas nuevas que presenta Bates.

Relación entre el santuario celestial y el sábado

Bates refuerza su argumentación a favor de una relación entre el santuario celestial de la profecía y el sábado en las siguientes palabras: Dios, buscando instruir a sus hijos honestos y confiados de una manera  singular, les muestra espiritualmente por la voz del séptimo ángel el arca de su testamento, en el templo de Dios abierto del cielo [Ap.] xi: 10. Estos son los diez mandamientos.51

Lo que impresiona la imaginación de Bates de esta visión es que ésta sugiere que el arca del testamento se encuentra en un lugar preeminente en el templo de Dios. Esto significaría para él que los mandamientos de Dios, el objeto más importante que se encuentra en el arca, guardaría su valor hasta el tiempo del fin. Esta última idea es reforzada al describirse que el arca se encuentra abierta.52

La “marca de la bestia”

Bates desarrolla su exposición del mensaje del tercer ángel de Ap 14:9 y

  1. Se interesa en particular en la expresión “la marca de la bestia”, que se encuentra también en Ap 13:16-17. Par él esta marca es la observancia del domingo:

Él [Juan] describe solamente dos grupos. Vean [Ap.] xiv: 9-11, 12. Uno observa los mandamientos y la fe de Jesús. El otro la marca de la bestia. ¿Cómo? […] ¿No

50 Joseph Bates, A Perpetual Sign, (New Bedford: Press of Benjamin Lindsey, 1847).

51 Bates, Perpetual Sign, (1847), iii, iv.

52 Esta interpretación de Ap 11:10 ya es usada de este modo por William Stillman, un comentador bautista del séptimo día. Ver su obra The Sabbath Day, Remember to Keep it Holy, (Pawcatuck: s. n., 1843). queda claro que [al observar] el primer día de la semana como un sábado o día santo, uno tiene la marca de “la bestia [?]”.53

Es posible que Bates haya sido el primer adventista en designar a la observancia del domingo como “la marca de la bestia”.54

El sábado al centro del conflicto entre Dios y Satanás

Bates sitúa al sábado al centro del conflicto entre Dios y Satanás al establecer una conexión entre Ap. 14:6-13 y Ap. 12:17:

Juan muestra más adelante que éste [el pueblo de Dios] es un remanente […] al cual le hacen la guerra […] debido a su observancia de “los mandamientos de Dios  y la fe de Jesús.” [Ap.] xii: 17 […] ¿Por qué se persigue a este pueblo al guardar los mandamientos? […] Imagino que todo esto debe airar al diablo y su ejército […]  que el remanente practique lo que él cree que es el testimonio de Dios y el testimonio de Jesús.55

Es reconocido que el diablo fue y es todavía el padre de todos los actos malvados cometidos por la Roma imperial y papal. La historia demuestra sin lugar a duda que el domingo, o primer día, es su sábado, observado por la cristiandad […] El cuidará entonces, de no hacer la guerra a nadie salvo a los que observan el santo sábado de Dios.56

Queda claro que él tendrá todavía un gran conflicto en torno a la restauración y la observancia del séptimo día, que será vivida por toda alma viviente que entrará por las puertas de la ciudad. Es evidente que el diablo hace la guerra a  todos aquellos [que observan el sábado]. Ved Ap. xii: 17.57

El tema del conflicto entre Dios y Satanás estará situado en la misma base de la escatología adventista. Bates emplaza al sábado al centro de esta confrontación cósmica, dándole una importancia crucial. Otros autores adventistas desarrollarán más que Bates la interpretación de los libros apocalípticos de la Escritura, pero el lugar que Bates destina al sábado en este contexto escatológico no será cuestionado por nadie.

53 Bates, Perpetual Sign, (1847), 59.

54 Los bautistas del séptimo día ya habían afirmado lo mismo. “El hombre de pecado cambió los tiempos y la ley, y los pretendidos amigos de Cristo llevan la marca de la bestia sin ningún escrúpulo.” Cursiva en el original. “The Midnight Cry,” The Sabbath Recorder, 1, 16 (10 de octubre de 1844), 62.

55 Bates, Perpetual Sign, (1847), 59. Cursiva en el original.

56 Ibíd., 59. Cursiva en el original.

Bates no es el primero en explicar los términos “remanente”, “persecución”, “prueba” y sus equivalentes propios a los libros de Daniel y el Apocalipsis de Juan. La mayoría de estos usos ya habían ocurrido en autores adventistas milleritas o bautistas del séptimo día, y a veces en ambos. Por ejemplo, Miller había dicho: “Queda claro que la expresión ‘el resto de su descendencia’ quiere decir la última Iglesia ‘que observa los mandamientos de Dios, y guarda el testimonio de Jesús’.”58 El Sabbath Tract nº 1 de los bautistas del séptimo día dice también: “Admitiendo que el sábado del cuarto mandamiento sea todavía obligatorio, no hay duda que habrá un remanente, por lo menos, que lo observará de manera meticulosa”.59 De este modo, estos términos ya eran familiares para los adventistas milleritas o los bautistas del séptimo día. No obstante, es Joseph Bates quien los incorpora en el contexto del Apocalipsis de Juan y del sábado.

La “restauración” del sábado

Bates regresa al tema de la restauración del sábado. Esta vez, cita Hch 3:20-21 y particularmente Is 58:12 como base de su argumentación.

Ahora que la observancia del sábado del séptimo día ha sido anulada por la intervención de Satanás, debe ser restaurada como parte de todas las cosas [que deben ser restauradas], según las palabras de los santos profetas desde la fundación del mundo, antes que Jesús pueda regresar […] Vea Hechos iii: 20, 21.

Se reconstruirá gracias a TI las devastaciones del pasado, los fundamentos abandonados de generación en generación, tú los levantarás; y te llamarán: REPARADOR de brechas, el RESTAURADOR de calles para que habiten allí.” Is. 58:12 […] observar y restaurar el sábado es esta obra especial.60

No podemos enfatizar demasiado cuán importante es el tema de la restauración para los adventistas observadores del sábado. Les era indispensable para explicar el no retorno de Cristo el 22 de octubre de 1844. Aparte de la explicación soteriológica y escatológica que se llevaba a cabo a través de la doctrina del santuario, el tema de la restauración de la

58 William Miller, Evidence from the Scriptures & History of the Second Coming of Christ, about the Year 1843, and of His Personal Reign of 1000 Years, (Brandon: Vermont Telegraph Office, 1833), 213.

59 [Jabez] Chadwick, Reasons for introducing the Sabbath of the Fourth Commandment to the consideration of the Christian public, Sabbath Tract; 1 (New York: [American Sabbath Tract Society], 1842), 4, 7.

60 Bates, Perpetual Sign, (1847), 60. Mayúsculas y cursiva en el original.

57 Ibíd., 60

verdad les parecía crucial. Era necesario que el proceso de restauración fuese alcanzado en el “remanente”, antes que pudiera ocurrir la parusía.

El sábado como “verdad presente”

La expresión “la verdad presente” llega a ser para los adventistas observadores del sábado un sinónimo de la proclamación de sus doctrinas. En un sentido reducido, también llega a ser un equivalente del sábado. Esta expresión fue adoptada como lema del movimiento con mucho éxito.61 Así es como James White la utiliza como título de su primera publicación periódica, The Present Truth.

La salvación por medio de la observancia de los mandamientos

Hay un ligero tono que sugiere la observancia de los mandamientos como condición para la salvación en las exposiciones de Bates. Este acento es un desarrollo del excesivo énfasis que le adjudica al sábado en su primera edición del tratado sobre el sábado. En esta nueva edición dice: “Observar los mandamientos salva el alma”.62

Si estudiamos la Biblia en relación con el sábado, aprendemos que las advertencias, los juicios y las promesas de Dios se multiplican por diez, en comparación a los otros nueve mandamientos. ¿Cuál es el motivo? ¡La observancia del SANTO SÁBADO DE DIOS SANTIFICA Y SALVA EL ALMA!63

Debemos observar todos [los mandamientos] si queremos ser salvos; y no podemos tampoco ser salvos solamente observando el sábado.64

Aparentemente, el deseo de destacar la doctrina del sábado y enfatizar su rol de “verdad presente” conduce a algunos autores adventistas, entre los cuales el primero fue Joseph Bates, hacia una apologética que parece defender la salvación por la observancia de los mandamientos. Este modo de presentar la importancia del sábado y de los mandamientos conducirá al adventismo del séptimo día hacia una crisis muy importante en torno a la comprensión del rol de la fe en oposición al de la obediencia, en el proceso

61 Bates usa la expresión siete veces en la segunda edición de su tratado sobre el sábado, siempre en relación con el sábado. Ver, Bates, Perpetual Sign, (1847), ii, iii, 49, 56, 57.

62 Bates, Perpetual Sign, (1847), iii.

63 Ibíd., 55.

de la salvación décadas más tarde. Esta crisis estalló en 1888 y no será resuelta hasta fines del siglo XIX.65

Como lo veremos más tarde, Bates publica todavía cinco tratados más entre los cuales el sábado ocupa un rol de cierta importancia. No obstante, podemos afirmar que las dos ediciones de The Sabbath, a Perpetual Sign, presentan de manera completa la posición de Bates sobre el sábado, y que sus ideas llegarán a ser el corazón de la doctrina del sábado de los adventistas del séptimo día. ¿Cuál fue el más importante aporte de Bates en esta temática? Ubica al sábado en el contexto de la historia de la salvación. En otras palabras, como adventista millerita, Bates veía al sábado situado al centro mismo de la trama histórica y profética (en particular Ap 14:9-12, el “mensaje del tercer ángel”). Esta interpretación les da a los adventistas un rol preponderante en los eventos finales de la historia del mundo. Contribuirá a otorgarles su auto-comprensión como “remanente” del tiempo del fin.

Second Advent Waym arks

Durante la primavera de 1847, Bates publica un tratado de 80 páginas bajo el título de Second Advent Waymarks and High Heaps, or a Connected View of the Fulfillment of Prophecy by God’s Peculiar People, From the Year 1840 to 184766 (Hitos y puntos salientes del Segundo Advenimiento, o una visualización interconectada del cumplimiento de las profecías por medio del pueblo escogido de Dios, desde el año 1840-1847). En esta nueva obra, Bates hace un reconocimiento histórico de la experiencia del movimiento adventista, es decir del millerismo. Su tono revela intenciones apologéticas. Defiende la experiencia adventista millerita y luego la de los adventistas observadores del sábado como los verdaderos herederos del adventismo millerita. Las últimas diez páginas del tratado son dedicadas a una exposición de la doctrina del sábado. Como ya es habitual en él, Bates explica Ap 14:12 (“es la hora de la perseverencia de los santos que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”).67 Ap 22:14 (“Bienaventurados los que OBSERVAN los mandamientos de Dios”,68 traducción de la King

65 Ver George R. Knight, Angry Saints: Tensions and Possibilities in the Adventist Struggle over Righteousness by Faith, (Washington, D. C.: Review and Herald, 1989).

66 (New Bedford: Press of Benjamin Lindsey, 1847).

67 Bates, Waymarks, 68-69.

68 Ibíd., 69.

James Version), y de Ap 11:19 (“El templo de Dios en el cielo fue abierto  y el arca de la alianza apareció en su templo”).69 Bates hace implícitamente del sábado el elemento que separaría a los verdaderos creyentes de los falsos, al afirmar que los mandamientos son una condición indispensable para la salvación.

[El grupo descripto en Ap. 14:12] es el remanente que será salvo de la gran asamblea que proclama la buena nueva […] del regreso del Salvador. “Bienaventurados los que OBSERVAN los mandamientos, porque  tendrán derecho al árbol de la vida y entrarán por las puertas de la ciudad”; Ap. xxii: 14. Estas personas serán salvas porque observan los mandamientos de Dios y la fe o testimonio de Jesús.70

Cuando Bates hace alusión a los mandamientos, quiere decir el sábado, porque sólo la observancia del mismo los separa del resto de los adventistas milleritas. Cuando se trata de comprender el rol de los mandamientos en la vida del cristiano, y de los adventistas en particular, dice: [Existen] tres grupos […]. El primero, los adventistas nominales; el segundo,  los espiritualizantes; el tercero, los que observan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Uno de los tres será salvo; Dios los escucha cuando claman, y dice, yo declararé que son mi pueblo y ellos dirán que el Señor es su Dios. Los dos otros grupos morirán.71

Aquí Bates separa a los antiguos adventistas milleritas en tres grupos. Los nominales serían aquellos que habían perdido la fe o que habrían abandonado la creencia en la experiencia que guió a esperar a Jesucristo para el 22 de octubre de 1844, probablemente adventistas conservadores. Los espiritualizantes serían los que abandonaron la interpretación literal de las profecías por una comprensión alegórica o simbólica. Es el grupo entre los cuales había más reacciones extremas después del 22 de octubre. Finalmente, Bates incluye a los adventistas observadores del sábado. Para él, son los únicos que observan todos los mandamientos. En la mente de Bates no hay dudas; los observadores del sábado son los únicos que serán salvos, porque son fieles a Dios en todo.

69 Ibíd., 72.

70 Ibíd., Mayúsculas en el original.

71 Ibíd., 79.

A Vindication of the Seventh- day Sabbath

En enero de 1848, Bates publica una obra de ciento trece páginas titulada A Vindication of the Seventh-day Sabbath, and the Commandments of God: with a Further History of God’s Peculiar People, from 1847 to 184872 (Una vindicación del sábado del séptimo día, y los mandamientos de Dios: con una continuación de la historia del pueblo escogido de Dios, de 1847 a 1848). Bates establece claramente el objetivo de este nuevo tratado en las primeras páginas.73 Sus escritos habrían provocado una cierta conmoción, en sus propias palabras.74 Un grupo de adventistas adhiere al séptimo día y otros se oponen a su observancia.75 Este tratado pretende responder a las preguntas surgidas y justificar sus posiciones.

Como en sus otras publicaciones, Bates establece los argumentos bíblicos en favor del sábado: su origen en la creación; la reforma del sábado en los tiempos de Nehemías como ejemplo de observancia; el sábado, señal y pacto perpetuo, etc. Desde el punto de vista práctico, defiende siempre la hora 18:00 como hora correcta para comenzar y concluir el sábado.76

El tratado contiene otros puntos de interés: recomienda la lectura de un tratado bautista del séptimo día.77 Es evidente que Bates se sirve de la literatura bautista del séptimo día para fortalecer sus argumentos a favor del séptimo día. Anima a que otros adventistas observadores del sábado hagan lo mismo. En segundo lugar, incita a que sus hermanos y hermanas en la fe presten atención a “las visiones simples y bíblicas de Ellen G. Harmon, ahora White”.78 James y Ellen White habían aceptado el sábado bajo la influencia de Joseph Bates, y Bates a la vez había terminado por aceptar las visiones de Ellen White, como revelaciones de origen divino. El historiador Godfrey T. Anderson escribe al respecto: “Hacia 1847, los tres pioneros dirigentes del adventismo del séptimo día, Joseph Bates, James y Ellen White habían concordado en cuanto a fe y creencia. Trabajaron de

72 (New Bedford: Press of Benjamin Lindsey, 1848).

73 Bates, Vindication, 3-7.

74 Ibíd., 3.

75 Ibíd., 3, 4.

76 Ibíd., 80-82.

77 Ibíd., 61.

78 Ibíd., 97 nota 3.

manera estrecha y de modo eficaz durante muchos años”.79 En tercer lugar, Bates explica el simbolismo del “sello de Dios” de Ap 7 colocado sobre la frente de los servidores de Dios,80 interpretándolo como el desarrollo del carácter cristiano. También asocia este proceso a la purificación del santuario celestial.

[…] este sellamiento simultaneo de los 144.000 mostrará tal desarrollo del carácter cristiano en sus vidas y frentes (o rostros) que se percibirá claramente que Jesús los ha redimido de toda iniquidad, purificando “para sí, un pueblo distinto CELOSO POR LAS BUENAS OBRAS […] Entonces, comprendo que este proceso de sellamiento se lleva a cabo en la manada pequeña, progresando de acuerdo con el desarrollo particular de los últimos ocho años de su experiencia, y será completado y aprobado por Dios en el tiempo de angustia de Daniel y de  Jacob, […] entonces su expiación será concluida [y] el santuario será purificado.81

La manada pequeña de la profecía es otra metáfora para señalar al movimiento adventista observador del sábado.

A Seal of the L iv ing God

El último tratado de importancia escrito por Bates fue publicado en enero de 1849. Su título es A Seal of the Living God, a Hundred Forty-four Thousand of the Servants of God Being Sealed, in 184982 (Un sello del Dios Vivo, ciento cuarenta y cuatro mil de los siervos de Dios están siendo sellados en 1849). Esta obra de setenta y dos páginas es un reflejo del consenso doctrinal al cual estaban llegando los adventistas observadores del sábado. El año 1848 había sido el año de las Bible Conferences, también llamadas las Sabbath Bible Conferences, que fueron una serie de siete reuniones bíblicas en las cuales Joseph Bates, James y Ellen White y otros enseñaron las nuevas interpretaciones bíblicas de los observadores del sábado a otros adventistas interesados en sus explicaciones. El último encuentro fue reservado al estudio y profundización de doctrinas entre los dirigentes. Según el historiador C. Mervyn Maxwell, fue “una ocasión de investigar y descubrir

79 Eric Anderson, “The Millerite Use of Prophecy: a Case Study of Striking Fulfillment,” The Disappointed : Millerism and Millenarianism in the nineteenth century, ed. by Ronald L. Numbres and Jonathan M. Butler ; ill. James R. Nix, (Knoxville, Tenn.: The University of Tennessee, 1993), 63.

80 Ap 7:3.

81 Bates, Vindication, 96. Mayúsculas y cursiva en el original.

82 (New Bedford: Press of Benjamin Lindsey, 1849).

(gracias a una visión de Ellen White) la nueva luz según la cual el sello de Dios (Ap 7:1-3) es el sábado”.83

Como puede deducirse a partir de su título, el tema central de la obra es “el sello del Dios viviente” de Ap 7 y el séptimo día.84 El sábado, “esa señal perpetua entre Dios y su pueblo”,85 sería el sello. Todos los rescatados deberán poseer el sello del Dios Vivo. ¡Adventistas, observen el sábado del séptimo día! Este es el llamado del tratado.86 Paralelamente, el séptimo día es asociado a la doctrina de la “puerta cerrada”, ambas son consideradas “verdad presente”.87 Bates dice por ejemplo: “La puerta cerrada y el sábado son las dos principales marcas por las cuales ellos [los observadores del sábado] son conocidos”.88 ¿Qué es la doctrina de la “puerta cerrada,” y cuál fue su importancia para el adventismo observador del sábado? La respuesta a esta pregunta todavía es el objeto de un debate animado entre los historiadores adventistas motivada principalmente por la duda si Ellen White la apoyó o no.89 Para las necesidades de esta investigación simplemente diremos que esta doctrina fue una interpretación de la mayoría de los adventistas milleritas, que es abandonada rápidamente por los grupos más conservadores. Usando las imágenes de la parábola de las bodas y la espera 83  [C. Mervyn Maxwell], “1848 Sabbath and Sanctuary Conferences,” Source Book for the Development of Seventh-day Adventist Theology, C. Mervyn Maxwell y P. Gerard Damsteegt, eds., rev. ed., (Berrien Springs, Mich.: s. n., 1989), 326.

84 Bates, Seal, 17, 18, 24.

85 Ex 31:13, 17.

86 Bates, Seal, 96-97.

87  Ibíd., 57.

88  Ibíd., 56.

89  Aunque esta doctrina fue abandonada algunos años después de haber sido formulada   y apoyada, el debate contemporáneo está animado principalmente por el interés en saber    si Ellen G. White dio o no su apoyo a esta doctrina. Ver por ejemplo a Francis D.     Nichol, Ellen G. White and Her Critics, (Washington, D. C.: Review and Herald, 1951), 161-252;  George  I.  Butler,  “Advent  Experience,”  Review  and  Herald,  serie  de  diez artículos publicados en 1885, compilados y publicados por el Ellen G. White Estate en   The “Shut Door” Documents, Robert W. Olsen, comp., (Washington, D. C.: Ellen G. White Estate, 1982); Arthur L. White, Ellen G. White and the Shut Door Question, (Washington, D. C.: Ellen G. White Estate, 1982); Ingemar Lindén, 1844 and the Shut Door Problem, (Uppsala: s. n., 1982); Rolf J. Poehler, “Adventism and 1844: Shut Door or Open Mind?,” Spectrum 19, 1 (Agosto de 1988), 58-60; (este artículo es una crítica de la obra de Lindén). Para una explicación detallada del problema ver a  Arthur  W.  Spalding, Origin and History of Seventh-day Adventists, 3 vols., (Washington, D. C.: Review and Herald, [1961-1962]), 1: 153-170. del esposo de Mt 25, consiste en afirmar que Dios había cerrado la puerta de la gracia a todos los que habían rechazado la predicación de William Miller. El resultado fue que durante una docena de años los observadores del sábado no hicieron proselitismo fuera de los círculos adventistas. Creían que debían ser pacientes y esperar, animándose mutuamente, porque Cristo estaba a las puertas. Esta interpretación fue abandonada gradualmente y reemplazada por una actitud positiva hacia las misiones en general. La apologética adventista de la época justifica la nueva postura llamándola la doctrina de la “puerta abierta”. Esta explicación, relacionada con la doctrina del santuario celestial, afirmaba que en vista que Cristo había abierto el acceso al lugar santísimo del santuario celestial para todos (después del 22 de octubre de 1844) por medio de su intercesión delante del Padre, la iglesia también debía ampliar su proclamación del evangelio a todo el mundo. El sábado adquiere un lugar destacado en este nuevo período de intercesión antes de la parusía, porque es considerado más que nunca una prueba de lealtad a Dios.90 En línea con sus obras precedentes, Bates repite las ideas del “restablecimiento del sábado,” según Is 58:12-14,91 la teología del santuario,92 y la santificación “por la observancia de su [de Dios]  sábado”.93

Conclusión

Cuentan que un evangelista adventista del séptimo día dictaba una serie de conferencias en Inglaterra a fines del siglo XIX, a las cuales asistía un bautista del séptimo día. Luego de escuchar la explicación de la doctrina del sábado en el contexto del tiempo del fin, este opinó en voz baja: “Yo creo en el sábado pero sin cuernos ni pezuñas” haciendo alusión a la manera de enseñar el sábado de los adventistas, integrándolo a su explicación de las profecías apocalípticas de Daniel y el Apocalipsis de Juan. Esto es exactamente lo que hacen los fundadores del adventismo observador del sábado, situar al sábado en un contexto presente y futuro, integrándolo a su escatología. Le da una relevancia y fuerza que nunca tuvo 90 Ver la descripción de la visión de Ellen G. White del 24 de marzo de 1849 en The Present Truth, (agosto de 1849), 21, 22; también en The Advent Review, Extra (septiembre de 1850), 3. Ver también la explicación que da Knight en Nuestra identidad, 65-68.

91 Bates, Seal, 23.

92  Ibíd., 38.

93  Ibíd., 64.

en la proclamación de los bautistas del séptimo día. Es el gran aporte adventista, tarea iniciada por Thomas M. Preble y Joseph Bates.

Podemos sintetizar el aporte de Preble y Bates a la formación de la doctrina del sábado adventista en dos puntos generales. Ayudan a responder a la pregunta ¿por qué es adoptado el sábado en los círculos adventistas del siglo XIX? También contribuye a comprender por qué toma las características doctrinales que le son propias.

Significado escatológico del sábado

Preble y Bates le otorgan una perspectiva escatológica a la necesidad de regresar a la observancia del sábado. Es indispensable porque forma parte del regreso a la observancia de toda la verdad, una condición requerida para que Cristo regrese. También es parte del proceso restaurador del sábado que se dará en el tiempo del fin. Forma parte de la preparación para el cielo, por lo tanto es “verdad presente”.

El sábado como señal de separación

En los escritos de Preble y Bates, el sábado adquiere características divisorias excluyentes, separando a los cristianos en observadores del séptimo día de los del primer día. La observancia del sábado será una característica del remanente fiel del tiempo del fin. Es el elemento separador al ser el sello de Dios, en oposición a la marca de la bestia, la identificación de los rebeldes a Dios. Está al centro de la trama histórico- profética jugando un rol determinante en los eventos finales de la historia del mundo.

Finalmente podríamos preguntarnos si hay excesos en la manera como Preble y Bates abordan la doctrina del sábado. Sin duda que los hay. El tono apologético y dicotómico favorece el exclusivismo religioso. No es lo que buscan, pero es uno de los resultados posibles si éste llega a ser el principal énfasis. También notamos en Bates una tendencia a la salvación por la obediencia de los mandamientos. Este es un elemento que será parte de la soteriología adventista del siglo XIX. Durante un período de cuarenta años se comprende y enseña que el sacrificio de Cristo es necesario para lavar los pecados anteriores a la conversión, pero que luego del bautismo cada cristiano es responsable de asegurar su salvación por medio de la obediencia perfecta a la ley. Esta comprensión conducirá a una crisis extraordinaria en la década de 1880.

En cuanto a las virtudes de la doctrina adventista del sábado podemos destacar dos elementos salientes: en primer lugar, hace de la observancia del séptimo día una práctica actual y muy significativa. En segundo lugar, transforma al sábado en un elemento imprescindible de la identidad adventista, en pie de igualdad a la esperanza en el advenimiento. Queda por desarrollar una auténtica teología del sábado que sea más equilibrada en cuanto a sus beneficios en la vida del cristiano, de la iglesia y de la misión. Es algo que ocurrirá en el transcurso del siglo XX.

Este artículo fue extraído de la Revista Davar Logos

 

 

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