Marcas del Liderazgo

Marcas del Liderazgo

Hoy, como en el pasado, Dios llama a jóvenes para que sean grandes líderes.

Mucho se ha escrito sobre el liderazgo en los últimos años, tanto desde la perspectiva secular como desde la religiosa. La Biblia narra historias de hombres y mujeres que fueron grandes líderes. Nehemías fue uno de ellos. De su reseña de liderazgo podemos extraer principios que dirigen actividades y proyectos, así como sugerencias prácticas para tratar situaciones propias del liderazgo.

EL LLAMADO Y LA EXPERIENCIA DE NEHEMÍAS

En su libro, Nehemías nos relató cómo encabezó la reconstrucción de los muros de la ciudad de Jerusalén. Dios lo orientó, y permitió que fuese comisionado por el rey Artajerjes, de Persia, cuyo apoyo fue necesario para la ejecución de sus planes. Nehemías estaba en la ciudadela de Susa (antigua capital de Persia), cuidando de los negocios del Rey, cuando Dios lo impresionó para que realizara una gran obra.

El llamado de Nehemías no fue diferente del nuestro. También tenemos frente a nosotros la realidad desafiante de formar una nueva generación de líderes cristianos: jóvenes guiados por Dios, que respiren su Palabra, que busquen comunión con él, que comprendan su voluntad en los acontecimientos cotidianos y comunes de sus vidas.

De hecho, la experiencia de Nehemías describe bien las responsabilidades del líder espiritual.

FACTORES ESENCIALES DEL LIDERAZGO ESPIRITUAL

1. Pasión por el pueblo: Es una de las principales características del líder. Es necesario que ame a las personas y se mezcle con ellas, ministrando a las necesidades de sus liderados. Nehemías amó a su pueblo, y tuvo compasión por la situación en la que se encontraba (ver Neh. 1:8-10).

2. Sacrificio: Un liderazgo espiritual eficiente exige, muchas veces, un costo elevado. Si alguien no está dispuesto a pagar ese precio, no estará preparado para ejercer el liderazgo en la obra de Dios. Nehemías decidió voluntariamente dejar su función en Persia para cuidar de su pueblo (ver Neh. 2:5). También, en los días actuales, el liderazgo cristiano está marcado por el sacrificio. Como dirigente en la obra de Dios, tú también eres llamado a sacrificar algunas cosas, a fin de conducir a tus liderados a la comunión con Dios.

3. Visión abarcadora: Un autor anónimo afirmó: “La diferencia entre un líder  con visión y un líder sin visión es que, a pesar de que los dos estén en el mismo lugar, teniendo la misma perspectiva óptica de alguna cosa, uno ve solamente lo obvio y el otro ve un horizonte que va más allá de lo físico”. Nehemías realizó una investigación, y eso lo llevó a conocer profundamente la realidad de su pueblo. “Vosotros veis el mal en que estamos” (2:17). Reunió a las autoridades, a los sacerdotes, a los nobles y a los magistrados (ver 2:16-18), y llamó la atención del pueblo hacia lo que estaba sucediendo. Recuerda que liderar personas implica tener una visión amplia, y Dios te la puede proporcionar.

4. Disposición: El pueblo escucha y sigue la voz del líder, y responde afirmativamente a los desafíos que él plantea. Cuando Nehemías presentó su proyecto con objetivos, el pueblo le respondió positivamente. Él dijo: “Venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén” (2:17), y el pueblo entendió que la obra era de ellos; por eso respondieron: “Levantémonos y edifiquemos” (2:18). Él se transformó en un sujeto de acción, al reconstruir la ciudad.

5. Confianza en Dios: “El Dios de los cielos, él nos prosperará” (2:20). El líder cristiano debe dirigir la mirada de sus liderados hacia Dios, como fuente de éxito y de eficiencia. Les recuerda la manera en que Dios dirigió sus vidas en el pasado, y exhorta a las personas que lo rodean a que tengan la seguridad de que Dios nunca va a desamparar a sus hijos. El líder reconoce que la obra es de Dios, y sin duda alguna la victoria ocurrirá. Nehemías hizo que el pueblo viera que el éxito no residía en las habilidades humanas, sino en el poder de Dios. Esa característica del liderazgo de Nehemías debe ser imitada por los dirigentes de los tiempos modernos.

6. Espíritu de equipo: “Nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos” (Neh. 2:20). En esta línea de acción, encontramos una lista con muchas personas que cooperaron con él: el sumo sacerdote, un perfumista, un gobernador de la región de Jerusalén, otro gobernador y sus hijas, los levitas, los sacerdotes (ver 3:1-28). En Nehemías 2:20, el pronombre “nosotros” es muy significativo. El líder siempre va con el grupo. Además de esto, está atento y es participativo; por eso Nehemías trabajó con todo el equipo, orientando y coordinando cada tarea.

7. Madurez: Uno de los desafíos del ejercicio del liderazgo es enfrentar las críticas. Eso es inevitable. Con Nehemías no fue diferente. En el capítulo 4 de su libro, vemos las amenazas que sufrió por su conducción. La crítica es un elemento que nos impacta emocionalmente; pero, por otro lado, mide el nivel de madurez del líder delante del grupo. Sin embargo, cuando el grupo está unido, el dirigente queda más fuerte en medio delas críticas.

8. Entusiasmo: La predisposición para realizar las tareas y el deseo de alcanzar los objetivos son frutos del entusiasmo. “Porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar” (4:6). El contexto presupone que había motivación por parte del líder. Además de esto, el pueblo contaba con la dirección de Dios.

9. Comunión con Dios: El hábito de la oración aparece con frecuencia en el contexto del liderazgo de Nehemías (ver 4:9). Repetidas veces en su libro, Nehemías oró en favor del trabajo que estaba siendo desempeñado. El líder cristiano debe motivar a sus liderados a cultivar diariamente hábitos de oración. Sobre los guías espirituales de la Biblia, Sanders afirma: “No fueron líderes debido al brillo de sus pensamientos ni debido a contar con recursos inagotables, ni debido a una cultura magnífica o a sus dones naturales; sino por causa del poder de la oración”.

10. Vigilancia: “Ni yo, ni mis hermanos […] nos quitamos nuestro vestido” (4:23). Es curioso que, acostados o trabajando, ellos mantenían las armas al lado de ellos. Nosotros, conductores Rev. Anciano / Ministerio Joven‹ espirituales, también necesitamos estar alertas. Hoy, la iglesia necesita líderes que estén listos para defender los principios y las metas cristianos con la Palabra de Dios. Somos guardianes de la verdad para el tiempo del fin.

11. Foco: “Yo hago una gran obra” (Neh. 6:3). Nehemías priorizó la obra en la que estaba empeñado. Una concentración en las prioridades, es decir, mantener el foco, es una de las características fundamentales de un liderazgo eficaz. El líder necesita mantener bien clara la dirección que debe seguir. De esa manera, su grupo también se mantendrá concentrado en las actividades y los proyectos que deben ser realizados.

12. Reconocimiento: “Y (re)conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra” (6:16). Nehemías parece recordar las palabras relatadas en Deuteronomio 8:17 y 18; de hecho, atribuir a Dios las victorias y los éxitos es una cualidad que debe caracterizar al líder cristiano. “El éxito que acompañó los esfuerzos de Nehemías muestra lo que pueden lograr la oración, la fe, y la acción sabia y enérgica. La fe viva promoverá la acción enérgica. El espíritu que manifieste el director será en gran parte reflejado por el pueblo” (Servicio cristiano, p. 221).

Podemos, entonces, concluir que los líderes espirituales y orientados en el propósito de Dios alcanzan grandes victorias junto con sus liderados.

Querido anciano joven, debes ser tú también un líder con esas características. La iglesia de estos últimos días necesita tus talentos para la terminación de la obra.

El Dios de los cielos te dará un gran éxito.