Misión

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Pr. Edmundo Cevallos Campoverde

 

1 Crónicas 16:11 “Buscad a Jehová y su poder; buscad su rostro continuamente” 

Introducción 

La mejor manera de empezar bien el día es dándole a Dios el primer lugar. Deje que la primera media hora o la primera hora del día sea para escuchar la voz de Dios a través de su Palabra. Tan pronto como despierte, vaya al lugar donde entra en comunión con Dios. Varios siervos de Dios lo buscaban en la mañana y aún el mismo Jesús buscaba a su Padre en la madrugada.  Allí está el secreto para alcanzar grandes victorias en nuestro caminar como siervos del Señor. Nuestro ministerio será poderoso si le damos a Dios el primer lugar. Antes que los rayos del sol caigan sobre nuestro rostro, que podamos recibir los rayos del Sol de Justicia a través del estudio de su Palabra y la oración ferviente.  

  1. Tenemos que alimentarnos cada día a través de su Palabra. 

“Los predicadores que quieran trabajar eficazmente para la salvación de las almas deben ser a la vez estudiantes de la Biblia y hombres de oración. Es un pecado para los que intentan enseñar la Palabra a otros, descuidar su estudio” (Obreros evangélicos, p. 262). 

“No es por la fuerza o el poder del agente humano como ha de lograrse que la verdad impresione las mentes, ‘sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos’ Zacarías 4: 6… Es la familiaridad del obrero con la Palabra de Dios y su sumisión a la voluntad divina, lo que da éxito a sus esfuerzos”. (Obreros evangélicos, p. 265).  

  1. Debemos estar atentos para escuchar la voz de Dios a través de la oración. 

“Descuídese el ejercicio de la oración, u órese irregularmente, de vez en cuando, según parezca propio, y se perderá la fortaleza en Dios. Las facultades espirituales perderán su vitalidad, la experiencia religiosa carecerá de salud y vigor. Es únicamente en el altar de Dios donde podemos encender nuestras antorchas con fuego divino…Los mensajeros de Dios deben pasar mucho tiempo con él, si quieren tener éxito en su obra. Se cuenta lo siguiente acerca de una anciana del Lancashire que estaba escuchando las razones que sus vecinas daban para explicar el éxito de su pastor. Hablaban de sus dones, de su modo de hablar, de sus modales. Pero ella dijo: No; yo les voy a decir en que consiste todo. (https://experience.afrotech.com/) Vuestro pastor pasa mucho tiempo con el Todopoderoso” (Obreros evangélicos, p. 26). 

 

  1. Hombres de Dios que buscaban su presencia en la mañana. 

Isaías buscaba al Señor muy temprano. Isaías 26:9: “Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte”. 

David acostumbraba a buscar a Dios en la mañana. Salmos 5:3: “Oh Jehová de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti y esperaré”. 

“Y aconteció que descendiendo Moisés del monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, no sabía Moisés que la piel de su rostro resplandecía, después que hubo hablado con Dios” (Éxodo 34:29). 

“Durante el largo tiempo que Moisés pasó en comunión con Dios, su rostro había reflejado la gloria de la presencia divina. Sin que él lo supiera, cuando descendió del monte, su rostro resplandecía con una luz deslumbrante” (Patriarcas y profetas, p. 299). 

  1. Jesús es nuestro mayor ejemplo.  

“Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba” (Marcos 1:35). 

Para Jesús orar era más importante que dormir, él rompía con el sueño, se movía a otro lugar, buscaba un lugar solitario. 

“De las horas pasadas en comunión con Dios él volvía mañana tras mañana, para traer la luz del cielo a los hombres…En las primeras horas del nuevo día, Dios lo despertaba de su sueño, y su alma y sus labios eran ungidos con gracia para que pudiese impartir a los demás” (Palabras de vida del gran Maestro, pág. 105). 

  1. Conclusión 

“El tiempo dedicado a la Palabra de Dios y a la oración, traerá lucro centuplicado” (En los lugares celestiales, p. 135). 

El principal consejo que Dios le dio a Josué́ para ser victorioso fue: “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá́ bien” (Josué́ 1:8). 

Estar en comunión significa mantener relación profunda y diaria con el Señor. Permitamos que nuestro rostro se ilumine cada día como resultado del encuentro con Dios y podamos ser canal de bendición para los demás. 

Quiero invitarlo a que encienda cada mañana la Palabra de Dios.  

 

 

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