Nuevo pacto
Hebreos 8:10 habla del nuevo pacto y de su ley. ¿A qué se refiere esa ley del nuevo pacto?

El texto que usted citó no especifica el contenido de la «ley», pero la terminología usada en el contexto inmediato y la visión de la ley en el resto de la carta a los Hebreos ofrecen una clara respuesta a su pregunta. Examinemos ambas.

1. La ley de Hebreos 8:10: El versículo cita a Jeremías 31:33, el único lugar del Antiguo Testamento donde se menciona 
el «nuevo pacto». Según el nuevo pacto, el Señor promete 
poner sus leyes en la mente de su pueblo y escribirlas sobre su corazón (Heb. 8.10). Hay varias cosas para destacar.

En primer lugar, no se hace referencia a una nueva ley. Simplemente dice «mis leyes», lo que indica que los lectores entendían de qué se trataba. Lo que se agrega es que bajo el nuevo pacto, la ley será colocada en la mente de los seres humanos.

En segundo lugar, se declara explícitamente que Dios escribirá sus leyes en el corazón humano. Es imposible pasar por alto la relación con la entrega de los Diez Mandamientos en el Sinaí: «Y escribió en tablas las palabras del pacto, los Diez Mandamientos» (Éxo. 34:28). Fueron «escritas por el dedo de Dios» (31:18). Estas tablas son llamadas «las tablas del pacto» (Deut. 9:9, 15), es decir, la ley del pacto, y fueron colocadas dentro del «arca del pacto» (Deut. 10:8). En el nuevo pacto, el Señor inscribirá esta misma ley del pacto en el corazón humano, de manera que esta llegue a ser parte de la vida del creyente.

En tercer lugar, el plural «leyes», usado solo en Hebreos 8:10 y 10:16, no se refiere a una diversidad de leyes diferentes de las del Antiguo Testamento, sino al contenido del Decálogo. En el texto hebreo de Jeremías 31:33, el término «ley» es singular, pero la traducción griega del Nuevo Testamento, usada por el apóstol, la traduce en plural. Esto es porque la ley inscripta en las tablas consistía en una lista de leyes específicas, que eran los Diez Mandamientos (Éxo. 34:28).

Sobre la base de esta evidencia, podemos concluir que 
el escritor bíblico tenía en mente el Decálogo como la ley 
del nuevo pacto.

2. Hebreos abroga la ley: Se podría sostener que no deberíamos tomar tan estrechamente el verbo «escribir» limitándolo al Decálogo; que tal vez se utiliza de manera más general. Pero lo único que tenemos para interpretar el pasaje es lo que este dice, y las conexiones que hace con otras partes de la Biblia. Pero examinemos ahora la utilización del término «ley» en el resto de Hebreos.

Hay una ley que el apóstol cree que ha sido «abrogada» (Heb. 7:18), no porque fuera mala sino porque era tan solo «sombra de los bienes venideros» (Heb. 10:1). Esta era la ley sacerdotal que restringía el sacerdocio a los descendientes de Leví (cap. 7:5, 16, 18), la que se refería al sistema de sacrificios (caps. 8:4; 10:8), las purificaciones rituales (cap. 9:10) y la sangre de animales (cap. 9:22). Como estas leyes fueron «abrogadas» por medio del sacrificio y la obra sacerdotal de Cristo, no pueden ser parte de las leyes inscriptas en el corazón de los que aceptan el nuevo pacto.

3. Hebreos confirma la ley: De manera especial confirma los Diez Mandamientos, e indica que aún son válidos en la vida de la comunidad del nuevo pacto. El autor declara que Dios juzgará a los adúlteros (cap. 13:4), que necesitamos adorar a Dios (cap. 12:28), y hace un llamado a los lectores a ser obedientes a la voluntad de Dios para ellos (cap. 10:36). Se menciona inclusive el sábado (cap. 4:4) y el hecho de que Dios descansó y que «queda un reposo para el pueblo de Dios»(cap. 4:9). Esto nos muestra que Hebreos establece una diferencia entre los Diez Mandamientos como la ley del nuevo pacto y los mandamientos del viejo pacto relacionados con las leyes sacerdotales.

Acaso lo más importante de este análisis es que la ley debería llegar a ser parte de nosotros, dando forma a 
nuestro carácter y acciones. No resulta una carga sino una expresión gozosa de nuestra relación de pacto con Dios; un pacto establecido por medio de la sangre preciosa de Cristo.