¿Cómo vivir tranquilo hasta 31
“El Señor es mi pastor: me faltará”.
Revelo que acepto el pastorado del Señor en mi vida siguiendo actitudes simples que son aplicaciones de principios espirituales:
1. Planee los gastos
En cada familia debe haber una lista de necesidades y prioridades hecha por la pareja. Esta lista debe ser seguida. Esto hace que evitemos las compramos por impulso.
2. Anote todos sus gastos
Anote todos los gastos, analizándolos cuidadosamente. Uno de los cónyuges –aquel que tiende a gastar menos– debe controlar el dinero de la familia.
“Debiera notar cuánto gasta para satisfacer el gusto y cultivar un apetito epicúreo pervertido. El dinero derrochado en golosinas inútiles podría dedicarse a aumentar las comodidades y conveniencias del hogar”.
Ellen G. White, El hogar cristiano, p. 344.
3. Ahorre
Este dinero debe ser calculado y depositado religiosamente en el banco, al principio del mes, en el mismo momento que el diezmo y el pacto. Será usado para enfrentar imprevistos o comprar las cosas planeadas (de la lista).
Procure guardar un poco más de lo que cree que sería posible y mantener guardado el equivalente a tres salarios, en promedio. ¡¡Sacar el dinero de los ahorros para los gastos regulares es pecado mortal!!
4. Compre al contado
La financiación lo deja con una deuda y, debido a los intereses, aumenta el valor a ser pagado. Como regla general, la financiación es una forma precipitada de querer disfrutar de una bendición antes del momento planeado por Dios.
Hoy el consumismo lleva a las personas a primero comprar, para después trabajar, y sólo entonces ganar. Nunca guardan o economizan. Esta codicia genera una especie de mentira – fingen poseer condiciones de tener aquello que todavía no pueden adquirir.
“Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores”. 1 Tim. 6:10 (NVI).
“Mejor es lo poco con el temor de Jehová, que el gran tesoro donde hay turbación”.
Prov. 15:16.
5. No use regularmente la tarjeta de crédito
La tarjeta puede ser útil en viajes internacionales, o en casos especiales (compras por Internet), pero nunca use su tarjeta de crédito para gastos regulares, y jamás haga fraccionamiento o fraccionamiento del saldo deudor.
6. No pida dinero prestado ni anticipos
“Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento […] teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto”. 1 Tim. 6:6-8.
7. Confíe en el Señor, y no en el salario
Nuestro sustento viene del Señor (Sal. 23:1), y no de entradas como el salario. La comprensión de este hecho nos lleva a no ansiar más aumentos de salario, o a intentar recibir más de lo que es justo en ayudas. Si el dinero no viene, Dios suple la necesidad de todos modos.
8. Dé el DIEZMO
También de entradas extras que quizás usted tenga. Pídale a Dios que lo ayude a creer que él puede dar mucho más de lo que usted logra devolverle a él. Es vaciarse del sustento propio para llenarse del sustento de lo alto.
9. Haga el PACTO
Esta es una forma bíblica de profundizar nuestra dependencia de Dios y de aumentar la confianza en él. De este modo, dependemos cada vez más del sustento sobrenatural de Dios y cada vez menos del salario. Esto no disminuye en nada nuestra calidad de vida, sino que solo cambia la fuente de los recursos.
“Temed a Jehová, vosotros sus santos, pues nada falta a los que le temen”.
Sal. 34:9.
10. Haga el PACTO
Sabemos que la situación político-religiosa está cambiando y, como pastores, probablemente estaremos entre los primeros en perder el salario cuando la opresión oficial comience. Cuanto antes aprendamos a no depender del salario, mejor.
11. Separe la parte de Dios al inicio del mes
Haga esto antes de saber si este dinero faltará o no al final del mes. Sin duda, esto es arriesgado. Es el riesgo que corrieron la viuda de Sarepta y la viuda pobre. Pero Jesús dijo que si buscásemos en primero lugar el reino de Dios, todas las demás cosas nos serían añadidas. ¡Él lo prometió! Deje que su iglesia sepa que tiene
un pacto financiero con Dios.
Hay muchas maneras de hablar sobre este asunto evitando la actitud de “soy más santo que usted”, esto es, sin parecer pedante. Especialmente eficaz es el testimonio dado en las conversaciones informales. Recuerde que difícilmente alguien arriesgará más que su pastor.
12. Involucre a los hijos y a la esposa en el programa individual de pacto
Busque incentivarlos, “no por fuerza ni por violencia”, sino a través de testimonios, mostrando los resultados de aquello que Dios ha hecho por usted.
13. Procure aumentar periódicamente el porcentaje del pacto
Esta es una forma de aumentar también la dependencia de Dios. Experimente la delicia de ‘vivir peligrosamente’, lanzándose a las manos de Dios. ¿El riesgo? ¡Es cero!
“Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien”. Sal. 34:10 (énfasis agregado).
14. Participe activamente en la adoración con su ofrenda
Trate de no olvidar de llevar la ofrenda a los cultos. Además de la adoración en sí, esta actitud tiene valor educativo. Siempre hay alguien que nos está mirando.
15. Adore durante la recolección de las ofrendas
Inetnte tomar el momento de la ofrenda como una oportunidad para la adoración, y en esa hora, haga una oración de gratitud a Dios por el sustento recibido. La adoración fortalece nuestra confianza en su poder.
16. Involucre también a la familia en la adoración con las ofrendas
Además de la ofrenda del culto, intente planear las cosas, de modo que los hijos también lleven la ofrenda de la Escuela Sabática.
“¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra”. Job 1:10.