¿POR QUÉ CLAMAS?
Vivimos en un mundo extremamente diferente del que vivieron los pioneros adventistas: en la época de ellos la gran mayoría de la población estadounidense vivía en el campo, cerca del 80% de la población era rural y 20% urbana. Guillermo Miller, Elena de White, Hiram Edson y otros vivían en sitios o haciendas que hoy están abiertas a la visitación. La migración de la población a centros urbanos empeoró el estilo de vida de las personas, les dio comodidades y facilidades, pero también muchas enfermedades vinieron como consecuencia del sedentarismo.
El sedentarismo es uno de los factores de riesgo para las principales enfermedades crónicas de la vida posmoderna. Las enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes, depresión, disturbio del sueño y otras, son contraídas primariamente por sedentarios, y la lucha contra el sedentarismo es parte del tratamiento de esas enfermedades.
El cambio de estilo de vida debe comenzar por la lucha contra el sedentarismo. Estudios muestran que si sacamos al fumador del sedentarismo es más fácil hacer que abandone el tabaco que si trabajamos solo con el objetivo de hacerlo dejar de fumar. De la misma forma como se trabaja con adictos de otras drogas, el éxito del tratamiento se potencia si conseguimos sacarlo del sedentarismo.
El sedentarismo es una enfermedad y una enfermedad grave, pues lleva al desarrollo de muchas otras. Es incompatible con una vida plenamente feliz, pues priva a las personas de buenos niveles de endorfina y serotonina que actúan en el cerebro produciendo un estado de satisfacción y felicidad. El sedentarismo disminuye la capacidad cerebral de crear, concentrarse y memorizar; por lo tanto, nunca piense que es pérdida de tiempo los minutos dedicados a la actividad física, pues su capacidad de crear, juzgar y almacenar se potenciarán y harán que su día sea mucho más productivo que si usted se dedicara exclusivamente al trabajo intelectual en su escritorio.
Se considera sedentarias a las personas que no realizan actividad física aeróbica o aumentan su frecuencia cardíaca y respiratoria por lo menos 150 minutos por semana. Existen varios programas para realizar actividad física que pueden implementarse. Usted puede experimentar la actividad y el programa que más se adecúa a usted, pero sugiero uno de acuerdo con Éxodo 20:9 “Seis días trabajarás” – 25 minutos por día para una caminata vigorosa seis veces por semana es un buen comienzo.
Amigo pastor, la Biblia nos enseña que no todos los problemas de la vida se resuelven solo con oración, aunque ella debe ser constante en nuestra vida: Éxodo 14:15 “Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen”. Muchas veces clamamos al Señor por salud, por iluminación, por mejor desempeño en los estudios y en el trabajo, por sabiduría… y tal vez él le está respondiendo “¿Por qué clamas a mí? Marcha.” Y mientras usted marcha puede continuar orando. ¡Crea! Su vida será mejor.
Salud y Paz, Rogério Gusmão
Departamento de Salud de la DSA