Por qué es importante tener una Filosofia de Ministerio?

Por qué es importante tener una Filosofia de Ministerio?

¿Por qué es importante tener una filosofía de ministerio?

Pr. Walter Alaña 

 

Introducción

A lo largo de mi vida ministerial he tenido la oportunidad de relacionarme con pastores que están atravesando momentos de desánimo, confusión y frustración. Entre las múltiples causas que puedan explicar el por qué un pastor llega a esta situación hay una que no se menciona con frecuencia: la carencia de una filosofía de ministerio.

En este sentido Elena G. de White señala: “Dios no podrá usar a hombres pecadores que no tienen una clara visión de la responsabilidad sagrada involucrada al aceptar un puesto como pastor de iglesia”.[1]

En este artículo se procura responder a tres preguntas en relación a este tema: ¿Qué es una filosofía de ministerio? ¿Por qué es importante desarrollar una filosofía personal de ministerio? ¿Qué elementos deben considerarse a la hora de elaborar una?

 

¿Qué es una filosofía del ministerio pastoral?

Según la Real Academia de la Lengua, una de las definiciones de la palabra filosofía es: “Manera de pensar o de ver las cosas”. Por lo tanto, se podría decir que una filosofía de ministerio pastoral es un conjunto de declaraciones esenciales o postulados básicos que direccionan y sirven de fundamento a la manera como desempeño mi ministerio pastoral. En este sentido, es fundamental que nos aseguremos que estas declaraciones estén ancladas firmemente en la Palabra de Dios y no en patrones culturares o en expectativas ajenas.

Por ejemplo, una declaración de este tipo podría ser: “El ser es el fundamento del hacer”. Usualmente, los pastores son personas orientadas a la acción. Eso los lleva a vivir en una permanente búsqueda de mejores maneras de hacer las cosas. Es innegable que el hacer es un asunto importante. Sin embargo, cuando se considera pasajes como 1 Timoteo 3:1-7 o Tito 1:5-9, donde el apóstol Pablo describe las características del obispo o anciano (Gr. Epískopos o Prosbúteros, dos de los vocablos bíblicos que se usan en el NT para referirse a la labor pastoral), es interesante notar que el énfasis está en el ser antes que en el hacer.

Las implicaciones prácticas de una comprensión adecuada de este asunto son muy importantes, pero usualmente son pasadas por alto. Siguiendo la línea de pensamiento bíblico, la declaración “El ser es el fundamento del hacer” subraya el hecho que la clave para hacer mejor las cosas es esforzarme por ser una mejor persona. Esto me lleva a priorizar el desarrollo de las virtudes de carácter que deben distinguir al líder pastoral del pueblo de Dios. Como resultado directo de ser un mejor hombre, Dios podrá utilizarme para hacer mejores cosas.

 

Importancia de desarrollar una filosofía personal de ministerio

El ejercicio adecuado del ministerio pastoral está directamente vinculado al bienestar de la iglesia. El éxito o fracaso de la iglesia dependerán primordialmente de la influencia del pastor. Solamente pastores entregados y fieles podrán guiar a la iglesia a experimentar la misma clase de compromiso. El principio enunciado en Oseas 4:9 está plenamente vigente: “Y será el pueblo como el sacerdote”.

En medio de las múltiples voces que hoy intentan menoscabar la importancia de la función pastoral, los llamados a desempeñar esta labor deben recordar:

“El ministerio, con sus diferentes derivaciones, constituye la obra más ele-vada de todas; y siempre debería recordarse a los jóvenes que no existe una obra más bendecida por Dios que la que realiza el ministro del Evangelio”.[2]

Es decir, el llamado a ser parte del ministerio pastoral es una invitación a disfrutar una vida de bendiciones especiales con el propósito de inspirar a otros a vivir una vida semejante. Eso no significa que no habrá momentos de prueba o dificultad. Pero incluso en esos periodos, se probará la validez de la siguiente declaración: “El sufrimiento es infligido por Satanás, pero Dios predomina sobre él con fines de misericordia”.[3]

 

Elementos de una filosofía de ministerio

A la hora de escribir una filosofía de ministerio, estas tres preguntas pueden servir como guía:[4]

  1. ¿Por qué estoy realizando esta obra?
  2. ¿Qué espera Dios que yo haga?
  3. ¿Cómo voy a completar la tarea encargada por Dios?

La primera pregunta recuerda que los pastores humanos son representantes del Pastor divino (Sal. 80:1). Es el Pastor divino quien los llamó a colaborar con él en cuidado y liderazgo pastoral de su pueblo, y un día todos darán cuenta delante de Aquél que los llamó (1 Ped. 5:1-4).

Por su parte, la segunda interrogante debe traer a nuestra mente la idea que el ministerio pastoral no existe independientemente de la iglesia sino como un medio para ayudarla a cumplir su misión o propósito. En este sentido, el pastor es directamente responsable por la condición de la feligresía puesta bajo su cuidado (Ose. 4:9; Hech. 6:1-7).

Finalmente, la última pregunta nos obliga a identificar en la Biblia las funciones que Dios espera que cumplan los pastores humanos. Al mirar con atención el registro sagrado, se observa que existen tres funciones pastorales básicas que se plantean en la Biblia como esenciales: cuidar, alimentar y conducir al rebaño de Dios.[5] Todas sus labores deberían ser una derivación de estas tareas esenciales.

 

Conclusión

Podría afirmarse que redactar una filosofía de ministerio debería ser una tarea prioritaria para todo pastor, pues su ministerio pastoral tendrá un foco mucho más claro y un fundamento mucho más seguro. De esta manera, estará mejor preparado para conducir al rebaño puesto bajo su cuidado por el sendero de la bendición de Dios; lo que, ayudará a su iglesia a compartir un testimonio cada vez más efectivo, y así cumplir su misión.

[1] Elena G. de White, El ministerio pastoral (Florida: ACES, 2015), 123.

[2] Elena G. de White, El evangelismo (Florida: ACES, 1978), 21.

[3] Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes (Mountain View, CA: Publicaciones Interamericanas, 1977), 436.

[4] Adaptado de Carlos H. Hinostroza, La importancia de una filosofía de ministerio. Ver en https://www.academia.edu/30541113/La_Importancia_de_una_Filosof%C3%ADa_de_Ministerio

(Revisado: 19 de enero de 2020).

[5] Walter Alaña H. y Benjamín Rojas Y., Ministerio pastoral y educación teológica: una perspectiva adventista (Buenos Aires: ACES, 2019), 49-70.

 

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