Qué Necesita la Iglesia para Evangelizar Efectivamente el Mundo

Qué Necesita la Iglesia para Evangelizar Efectivamente el Mundo

QUÉ NECESITA LA IGLESIA PARA EVANGELIZAR EFECTIVAMENTE EL MUNDO

Ron E. M. Clouzet

 

Con la segunda década del siglo XXI siendo envuelta por crisis, una pregunta clave es: ¿Qué quieren o necesitan las personas de la iglesia? Recientemente escribí sobre “El diamante del evangelismo”1. En ese modelo, la iglesia debe orar primero para que el Espíritu Santo conduzca la vida de los que no conocen a Dios. En segundo lugar, las personas desean ayuda práctica en su favor. Tercero, las personas quieren amigos de la iglesia. Y, por último, las personas necesitan del Señor, conocerlo y seguirlo, algo que generalmente se realiza por medio del estudio personal de la Biblia y de la participación en una serie completa de reuniones de evangelismo.

KPI 1.1

Aumento del número de miembros de la iglesia que participan de iniciativas de evangelismo personal y público con el objetivo de la Todo Miembro Involucrado (TMI).

Eso es lo que deben tener las personas en el mundo para ser personas en la iglesia. La gran pregunta ahora es: ¿Qué necesitan tener las personas de la iglesia para ofrecer efectivamente esas cuatro cosas al mundo? La respuesta a esta pregunta es tan crucial como la de la primera pregunta.

La iglesia necesita tener un reavivamiento espiritual

Pasé dos años enseñando a pastores con título de grado y de posgrado en diferentes continentes, y lo primero que les digo sobre evangelismo es que el mayor desafío que enfrentamos no es la condición del mundo, la disponibilidad de recursos o las prioridades de la iglesia en general; la mayor necesidad tiene que ver con la espiritualidad de los miembros2.

Encontramos el mayor secreto del evangelismo en la máxima de Jesús: “Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres” (Mar 1:17). Cuando alguien analiza sinceramente hoy el estado de algunas congregaciones locales adventistas del séptimo día y la razón por la cual ellas ganan tan pocos conversos cada año, generalmente la causa es la falta de compromiso espiritual de los miembros. Ellos están muy ocupados, muy preocupados por la vida y no se interesan lo suficiente en llevar extraños a Jesús. Si testificar es compartir lo que vimos y oímos de primera mano, la falta de testimonio cristiano resulta del hecho de que muchos pueden no haber experimentado recientemente mucho de Jesús de primera mano. Una relación casual con Dios producirá solo oportunidades ocasionales de evangelismo de éxito. En ese caso, Dios hará la mayor parte, a pesar de nosotros. Pero una relación verdadera y duradera con Jesús llevará a otros a Jesús.

Elena de White pregunta: “¿Comprende usted tan cabalmente el sacrificio hecho en el Calvario, como para estar dispuesto a subordinar todo otro interés a la obra de salvar almas? La misma intensidad que caracterizaba el deseo de salvar a los pecadores en la vida del Salvador, se revelará también en la de sus verdaderos seguidores”3. Cuando los miembros experimentan genuinamente el amor de Dios, no pueden contenerlo y con seguridad se esparcirá a otros. El Señor mismo dijo: “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva” (Juan 7:38).

El apóstol Pablo hizo cierta vez una declaración amplia de los increíbles sacrificios que él y sus compañeros estaban dispuestos a hacer para que los corintios pudieran conocer a Jesús (ver 2 Cor. 6:1-11). También reveló la clave para realizar tales sacrificios: “Porque el amor de Cristo nos constriñe” (2 Cor. 5:14). Esa palabra traducida como “constriñe” significa conducir, compelir a un curso de acción. El amor de Cristo es el motor que mueve al cristiano. Es lo que lo hace estar dispuesto a sacrificar todo lo que sea necesario para la salvación de los perdidos. Nuestra necesidad número uno para alcanzar a los demás es conocer a Cristo, pues es nuestro privilegio contemplarlo, experimentar su gran amor por nosotros en la vida diaria. Entonces será más natural para nosotros ser ganadores de almas para Jesús.

Es una perspectiva práctica, ¿cómo sucede esto? Dando prioridad a un tiempo devocional diario con el Señor, tiempo que lleva a la seguridad de su amor y poder. Participando de la comunión y de los grupos pequeños que ayudan a los miembros a acercarse a Jesús; al pertenecer a un grupo de oración de intercesión activo y otros ministerios en nombre de otros. Y disfrutando de un liderazgo espiritual pastoral claro. Aunque el espacio nos impida expandir cada uno de esos puntos, diré algo sobre el liderazgo pastoral. La Iglesia Adventista participó de un proyecto de investigación, el mayor estudio y estadística hecho sobre la salud espiritual de las iglesias cristianas4. Curiosamente, por medio de esa experiencia se descubrió que el factor más importante que influencia el bienestar de una congregación adventista era la espiritualidad del pastor5. Si el pastor está verdaderamente apasionado por Jesús, ese hecho ayudará a la Iglesia significativamente en su capacidad de amar a los de afuera de la iglesia6.

Pero la iglesia debe experimentar otros tres factores para tener éxito en ofrecer al mundo lo que le falta. Ellos son subconjuntos de aquel que terminamos de comentar. Si el primero se transforma en una verdadera prioridad y realidad en la iglesia, los próximos tres factores se encajarán naturalmente.

La iglesia necesita una mentalidad de evangelismo

Al hablar de una mentalidad de divulgación estamos hablando sobre tener un plan estratégico, un proyecto de acción. Por ejemplo, una vez fui pastor de una congregación en California que ofrecía cerca de una docena de eventos comunitarios todos los años, como cursos para dejar de fumar o seminarios para controlar el estrés. En el mes de diciembre del año anterior ellos publicaban las fechas, el costo (si lo hubiera) y cómo preparar cada programa. Eso exigía la organización de equipos ministeriales para conducir cada servicio: presentadores, materiales, medios de comunicación, publicidad, desarrollo de recursos, ayudantes y otros. La iglesia entendía que estaba en la comunidad especialmente por los de afuera de la iglesia, no por causa de los fieles. Llevó tiempo, oración y reflexión cuidadosa para llegar a ese punto, pero cuando la congregación entendió y aceptó su propósito misionero, esa planificación para alcanzar a otras personas efectivamente se transformó en un proceso mucho más natural.

La iglesia entendía que estaba en la comunidad principalmente por causa de los de afuera de la iglesia, no por causa de los fieles.

La persona clave en el proceso es el pastor titular, o en una iglesia pequeña, un director laico. Esos líderes deben ser inequívocamente evangelistas, de lo contrario, la naturaleza misional de la congregación colapsará en vez de funcionar con eficiencia. Retratada claramente en su declaración de visión y de misión, la misión debe ser fundamental en las metas y objetivos que la congregación se propone cumplir todos los años. Debe ser el tema de las reuniones de la junta de la iglesia y el tópico principal de conversación de los ancianos. Como el foco de los guerreros de oración de la iglesia, debe estar presente en todas las clases de la Escuela Sabática y debe estar en el frente y en el centro todos los sábados en el púlpito.

La iglesia necesita de capacitación en evangelismo

¿Qué es lo que más necesita la iglesia para evangelizar a los perdidos con éxito? En muchas iglesias adventistas, el evangelismo simplemente no se realiza y si se realiza se hace principalmente por un evangelista visitante, que después se va. Sin embargo, cada iglesia debe ofrecer una serie de eventos de capacitación con una base continua y consistente. Por ejemplo, capacitación sobre cómo liderar grupos pequeños misioneros. Muchas congregaciones tienen grupos que consisten en personas con intereses semejantes: pintar, estudiar el libro de Romanos o madres de niños. Lo que falta en muchos de ellos es el componente misionero. ¿Cómo hace ese grupo para interesar a los que no forman parte a querer ingresar en él? La capacitación para alcanzar ese objetivo es necesaria y vale la pena.

Otro ejemplo es la capacitación de miembros en cómo hacer amistad con personas que no son miembros en seminarios comunitarios. Si una iglesia ofrece a la comunidad un curso sobre cómo dejar de fumar, con frecuencia usted verá a un profesional médico u otra persona conduciendo el seminario con recursos provistos por la asociación o un hospital adventista. Los miembros organizan las sesiones, promueven y presentan asistencia. Pero muchas veces no son capacitados para hacer amistad con las personas que asisten, ¡y eso es la clave para ganar almas! ¿Cómo organiza usted los asientos para que los miembros puedan mezclarse con las personas que no son miembros? ¿Cómo inicia usted una conversación con alguien que no es miembro? ¿Qué debe evitar decir que pueda crear inseguridad o preguntas problemáticas en la mente de quien no es miembro? ¿Cómo inicia usted una amistad genuina en solo cinco sesiones cortas?

Usted puede decir: “¡Esa es una capacitación en evangelismo bastante sofisticada! ¿Quién hace eso?” Una buena pregunta. Pero ese tipo de capacitación es necesaria. Una opción es entrar en contacto con el departamento de Ministerio Personal de la asociación o misión o verificar los recursos adventistas sobre el asunto7. Si falla todo lo demás, ¿por qué no lo hace usted mismo? Leer, orar, verificar lo que puede decir Elena de White sobre esos tópicos, intercambiar ideas con otras personas y usar una buena dosis de sentido común puede ser el fundamento para una clase sobre cómo capacitar a otros. Alguien necesita comenzar de algún lugar. Dios estará con la persona con la motivación correcta para alcanzar a otros.

Claro, otros tópicos de capacitación en evangelismo probados y aprobados incluyen cómo dar estudios bíblicos, cómo alcanzar a miembros ausentes, cómo orar por los no creyentes, cómo hacer visitas evangelizadoras o cómo ser un mentor de los recién convertidos. La clave aquí siempre es la palabra ‘como’. Esa capacitación debe involucrar la teoría y los principios y también debe llevar a etapas prácticas y viables.

La iglesia necesita recursos y voluntarios

En una de nuestras iglesias se enviaron cientos de tarjetas por correo a los vecinos de la iglesia, ofreciéndoles la oportunidad de estudiar la Biblia. En una semana recibimos 54 solicitudes. Decenas más vinieron después. Infelizmente, no habíamos previsto nuestro próximo paso, pues todavía estábamos aprendiendo el arte y la ciencia de la divulgación.

Por lo tanto, sabiendo que es fundamental dar un seguimiento inmediato a los pedidos de estudio de la Biblia, el sábado de mañana presenté todos los pedidos. Después de hacer un llamado sencillo a los miembros para hacer el seguimiento con las tarjetas en la semana, hice una oración. Entonces, comencé a leer el nombre y la dirección de cada tarjeta y dije: “¿A quién le gustaría dar estudios bíblicos a esta alma por quien Jesús murió?” De a poco, uno de aquí, otro allí, un matrimonio en el fondo, las personas se levantaron de los bancos y se adelantaron para tomar las cartas. Los miembros tomaron cada una de las 54 cartas en solo algunos minutos. Cada ganador de almas se comprometió en atender el pedido de las personas esa misma semana. En seguida, oramos nuevamente, fue una oración de acción de gracias.

El cuarto y último requisito para que los miembros de la iglesia hagan evangelismo eficaz en su comunidad es contar con recursos adecuados y voluntarios. Aunque eso sea bastante obvio, observe que no es el primer elemento esencial, sino el último. Si los imperativos mencionados anteriormente son atendidos, este se hará automáticamente. Las personas donarán generosamente para financiar el ministerio de evangelismo de la iglesia, y tal vez, sorprendentemente, encontrarán tiempo para el esfuerzo personal fundamental para el evangelismo. En una iglesia evangelizadora de la que fui pastor, el presupuesto para evangelismo aumentó más de 5.000 por ciento en solo dos años porque los tres primeros factores ya existían en la congregación. Cuando partimos para servir en otro lugar, los miembros estaban donando anualmente cantidades sustanciales. La renovación espiritual, por lo tanto, afectó los bolsillos de los miembros. Además, casi el 80% de los miembros registrados, no el promedio de asistencia de los sábados, se involucraron en algún tipo de ministerio. El Espíritu de Dios realmente estaba actuando en ese lugar.

El mundo necesita de cuatro cosas de la iglesia. Pero la iglesia también requiere cuatro cosas, cuatro cosas diferentes, para alcanzar el mundo con eficacia. Nuestro recurso más valioso para cumplir la misión de Dios son las personas. Los miembros consagrados a Jesús y que experimentarán el amor de Dios serán herramientas poderosas en las manos del Espíritu Santo para llevar a otros a Cristo.

Este es el camino de Dios.

  1. Ron E. M. Clouzet, “The Evangelism Diamond: A Model for Successful Evangelism,” Ministry, agosto de 2020, p. 10-13.
  2. “El Señor no actúa hoy para atraer más gente a la verdad a causa de los miembros de iglesia que nunca se convirtieron, y de los que se apartaron de la verdad. ¿Qué influencia ejercerían esos miembros no consagrados sobre los nuevos conversos? ¿No anularían el mensaje dado por Dios, que su pueblo debe apoyar?” (Elena de White, Testimonios para la Iglesia, t. 6, p. 370).
  3. Elena de White, Testimonios para la Iglesia, t. 7, p. 13.
  4. Iniciado na década de 1990, o estudo inicial foi enorme, envolvendo mais de 1.000 igrejas em 32 países, levando à análise de mais de 4,2 bilhões de respostas de membros. Pesquisou muitas denominações cristãs, incluindo a Igreja Adventista do Sétimo Dia. Ver Christian A. Schwarz, Natural Church Development: A Guide to Eight Essential Qualities of Healthy Churches, 3ª ed. (Bloomington, MN: ChurchSmart Resources, 1996); e Christian A. Schwarz, Implementation Guide to Natural Church Development (Bloomington, MN: ChurchSmart Resources, 1998).
  5. Ver Russell Burrill e Tom L. Evans, Creating Healthy Adventist Churches Through Natural Church Development (Berrien Springs, MI: NADEI, 2003).
  6. Aquí escogí el término outsiders [persona de afuera] de acuerdo a lo usado en las obras de David Kinnaman, como en UnChristian: What a New Generation Thinks About Christianit… And Why It Matters (Grand Rapids, MI: Baker Books, 2007). La palabra es más significativa que el término más suave no miembros. Implica mucho más que simplemente no pertenecer a una denominación cristiana en particular, destaca la laguna considerable entre lo que los cristianos consideran “los perdidos” y los que aceptaron la obra redentora de Jesucristo.
  7. Una fuente consistentemente buena de materiales para capacitación es el AdventSource (consulte adventsource.org). Otro, claro, es el Adventist Book Center (vea adventistbookcenter.com). Un tercero es contratar un director del ministerio de su asociación o misión local. Esa persona debe ser capaz de ayudar con los materiales recomendados, referencias o hasta en la conducción de la capacitación pretendida.

 

 

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