El origen del pueblo de la esperanza
Adolfo Suárez
Daniel 8:14
INTRODUCCIÓN
- La Iglesia Adventista del Séptimo Día tiene un origen, identidad, desafíos y misión. Poco después del chasco del 22 de octubre de 1844, un grupo de personas intentó estudiar mejor la Biblia y encontrar una explicación para lo que había ocurrido.
- Hiram Edson fue quien terminó de descubrir que todo lo que Guillermo Miller había predicado era correcto, excepto su interpretación de que el santuario que debía ser purificado era la Tierra. Un estudio más amplio de la Biblia los llevó a concluir que la Biblia de Daniel 8:14 señalaba la purificación del Santuario Celestial y no al retorno de Cristo a la Tierra.
- Luego comprendieron la verdad acerca del sábado, entre otras. En 1860, en una Asamblea General, en Battle Creek, Michigan, adoptaron el nombre «Adventistas del Séptimo Día». Este nombre comunica la esperanza del regreso Jesucristo y muestra que observamos el sábado como día de reposo semanal, conforme enseñan las Escrituras.
- EL REMANENTE EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
- Así fue como todo comenzó. Pero, en realidad, la historia del pueblo remanente de Dios se remonta al período del Antiguo Testamento. En la Biblia hebrea el tema del remanente se incorporó desde el principio a la historia de la salvación, y comenzó a emplearse gradualmente para expresar las expectativas de la fe en Dios.
- El tema recibió énfasis escatológico por primera vez en el libro del profeta Amós: «Aborreced el mal, y amad el bien, y estableced la justicia en juicio; quizá Jehová Dios de los ejércitos tendrá piedad del remanente de José» (Amós 5:15).
- Isaías consolidó esta forma de uso: «Y lo que hubiere quedado de la casa de Judá y lo que hubiere escapado, volverá a echar raíz abajo, y dará fruto arriba» (Isa. 37:31).
- El Antiguo Testamento describe tres tipos de remanente: (a) histórico, sobreviviente de una catástrofe (Eze. 11:13); (b) fiel, que es depositario de las promesas de la elección divina (1 Rey. 19:18); y (c) escatológico, compuesto por los futuros creyentes que perseveran hasta el fin y serán victoriosos (Isa. 6:13).
- EL REMANENTE EN EL NUEVO TESTAMENTO
- Para Jesucristo, los verdaderos descendientes de Abraham no se definían por la sangre de Abraham, sino por la fe de Abraham. En sus enseñanzas notamos claramente la idea de un remanente de todo el mundo: “También tengo otras ovejas que no son de este redil […]” (Juan 10:16).
- Su iglesia, o como él dijo, “mi iglesia”, en Mateo 16:18, sustituiría la nación que lo rechazó.
- La interpretación de Pedro, poco después del Pentecostés, en la formación de la iglesia apostólica, cumple las promesas veterotestamentarias del remanente.
- El pueblo de la nueva alianza no se caracteriza más por las obligaciones raciales y nacionales, sino exclusivamente por la fe en Cristo. A ese pueblo Pedro lo llamó Israel espiritual, “nación santa” (1 Ped. 2:9).
- Pablo llamó a las iglesias de Galacia el “Israel de Dios” (Gál. 6:16). Para él los creyentes gentiles pertenecen al Israel espiritual.
- Por la fe en Cristo, los gentiles se incorporan legítimamente al olivo, el pueblo del pacto de Dios, y pasan a formar parte de la raíz de Abraham.
- EL REMANENTE EN EL TIEMPO DEL FIN
- El profeta Joel predijo que la era por venir se caracterizará por el derramamiento del Espíritu de Dios sobre todas las personas (leer Joel 2:28-32).
- Se describe al verdadero pueblo remanente como los que invocan el nombre del Señor. Tanto Pedro como Pablo citan Joel 2:32 y aplican su cumplimiento al inicio de la iglesia cristiana. Sin embargo, Joel 2 no excluye el cumplimiento escatológico específico al final de la era de la iglesia.
- Las visiones simbólicas del profeta Daniel no fueron plenamente comprendidas por el profeta. En realidad, no era posible comprenderlas hasta que llegara el “tiempo del fin”.
- Recién a mediados del siglo XIX fue plenamente evidente la importancia de Daniel y Apocalipsis para la conciencia cristiana y los investigadores se dedicaron al significado de Daniel 8 y del mensaje de Apocalipsis 14. ¡Justamente en esa época surgió el movimiento adventista!
- En el Apocalipsis, el verdadero pueblo remanente está compuesto por “los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (Apoc. 12:17).
- Se presenta al remanente con una doble característica: obedecen a los mandamientos de Dios y se mantienen fieles al testimonio de Jesús. ¿Por qué?
- El teólogo Kenneth A. Strand afirma: “La fidelidad a la Palabra de Dios y al testimonio de Jesucristo separa a los fieles de los infieles y provoca la persecución. Pero, en contraste con los que aceptaron la marca de la bestia, el verdadero Israel recibirá en la frente el sello de la aprobación divina (Apoc. 14:1). Como vencedores del anticristo serán recompensados con honras eternas alrededor del trono de Dios”.
CONCLUSIÓN
- Dios tiene un pueblo en la Tierra. Se originó en los tiempos del Antiguo Testamento, fue ratificado por los pioneros de la Iglesia, y permanece hoy, no como una nación étnica, sino con la forma de una nación espiritual. Tú, adventista del séptimo día, perteneces a este pueblo, al remanente de Dios. Y por eso debes vivir como un remanente.
- Adolfo Suárez
- Rector del Seminario Adventista Latinoamericano de Teología
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