13 de abril de 2017

Los primeros Mandamientos

Los primeros Mandamientos

Los primeros Mandamientos

 

  1. Introducción

Los Diez Mandamientos comienzan con el llamado a la autoridad de Dios. Se nos dice que fue Dios quien pronunció todas esas palabras, en el original hebreo, las diez palabras.

El versículo 2 muestra quién es ese Dios, el Dios que libertó.

La característica que se revela aquí es la libertad, queda claro que las diez palabras que siguen son de libertad y no de prisión, son para traer alivio y no miedo, son para dar felicidad y no tristeza.

 

  1. Texto

El hombre es libre; pero encuentra en la ley su propia libertad.

Simone de Beauvoir

La verdadera libertad e independencia se encuentran en el servicio a Dios.

EGW FEC 88.3

 

  1. Cuerpo
  1. No tendrás dioses ajenos delante de mí

Éxodo 20:3

La traducción puede ser además de mí o al lado de mí; y la palabra dioses puede ser cualquier cosa a quien se le atribuye poder, si existe algo que es igual a Dios en su vida pero no es Dios, usted está fuera de la libertad. Eso le traerá sufrimiento y dolor, porque solo Dios puede suplir sus necesidades, solo él sabe el mejor camino, solo él sabe el camino de su vida. Cuando usted elige su propio camino separado de Dios está yendo por un camino equivocado.

 

 

  1. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.

Éxodo 20:4

Una vez más Dios nos alerta de poner algo delante de nosotros que no sea él. Hoy la mayoría de nosotros no corre el riesgo de adorar a algo hecho de metal o barro, pero adoramos a personas colocando nuestra felicidad y amor en ellas como si fueran el motivo de nuestra alegría; nos hacemos imágenes cuando la avaricia nos llena.

“Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría”.
Colosenses 3:5

¿Qué es avaricia? El amor al dinero, cuántas veces gastamos nuestro dinero en lo que no es necesario desperdiciando así nuestra vida, que la gastamos detrás del dinero; para Dios eso es idolatría tanto como adorar a un ídolo de metal.

 

 

  1. No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.

Éxodo 20:7

Muchas personas piensan que ese mandamiento prohíbe mencionar el nombre “Dios” con expresiones populares “Por Dios”, “Ay, Jesús” y tantos otros, pero nada tiene que ver ese mandamiento con esas frases, el mandamiento se refiere a:

 “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”.

2 Crónicas 7:14

Tomar el nombre de Dios en vano es decir que pertenece a él y no seguir sus mandamientos, es decir que lo ama y andar en otro camino que no es de él, es orar pidiendo misericordia y no tener misericordia de los demás. Es decir ser de Dios y vivir una vida totalmente fuera de él.

 

  1. Acuérdate del día de reposo para santificarlo.

Éxodo 20:8

Este es el mandamiento más olvidado, pero uno de los más sublimes; el mandamiento no nos dice que debemos vivir sin Dios los seis días de la semana y que vivamos con él un día; el mandamiento nos da el poder de vivir según su voluntad los seis días de la semana y nos recuerda que el sudor de nuestro trabajo no nos da todo, solo por la gracia de Dios podemos conseguir las cosas, el trabajo también es espiritual y santo. En verdad, en la vida del cristiano no deben existir cosas neutras, o se es del mal o del bien, no existe término medio. Entonces, el sábado es ese mandamiento que nos recuerda que Dios es quien da la comida, como sucedía en el desierto cuando el viernes enviaba una porción doble de maná; es para recordarnos que Dios creó el mundo, es el mandamiento del pacto, de la gracia del amor de un Dios que quiere que descansemos.

 

  1. Conclusión

Los cuatro primeros mandamientos tienen un significado más amplio de lo que suponemos que tienen. Les enseñamos mal a nuestros hijos desde pequeños haciéndoles entender que Dios es un Dios de prisión y no de libertad, cuando se equivocan en algo les decimos que no deben hacerlo porque a Dios no le gusta, pero no les explicamos los motivos, siendo que en verdad si hacen algo equivocado o correcto Dios continúa siendo Dios de la misma manera, quien sufrirá con el error es quien lo comete, no el Altísimo; a quienes no les debería gustar hacer algo equivocado somos nosotros mismos porque sus consecuencias son solo el mal.

¿Aceptará la libertad de Cristo o continuará viviendo en la miseria del pecado? ¿Continuará poniendo cosas o personas en el lugar de Dios? ¿Continuará haciendo imágenes mentirosas de quien puede traer la felicidad en retribución? ¿Hasta cuándo va a decir que es Dios y continuará viviendo como si no lo fuera? ¿Hasta cuándo va a vivir todos los días para usted? ¿Continuará profanando el sábado de Dios dejando de renovarse en sus manos inclusive viviendo para él todos los días de la semana? Ya es hora de dejar de vivir una mentira y de entregarse completamente a Dios; salga de la prisión y venga a la libertad de Cristo. Si usted quiere vivir esa libertad, mientras escuchamos/cantamos esta música me gustaría que viniera al frente a entregarse al Dios de la libertad.

Leave a Reply

Your email address will not be published.