Jesús y el Divorcio y el Nuevo Casamiento en Mateo 19 – Parte II

Jesús y el Divorcio y el Nuevo Casamiento en Mateo 19 – Parte II

Jesús y el Divorcio y el Nuevo Casamiento

Pr. Ekkehard Mueller 

 

  1. Exégesis de Mateo 19  
  1. La estructura del pasaje 

El pasaje de Mateo 19:1-12 puede ser bosquejado de la siguiente manera: 

  1. Marco local y marco narrativo (1, 2) 
  1. El diálogo de Jesús con los fariseos (3-9) 
  1. Primera pregunta de los fariseos (3) 
  1. Primera respuesta de Jesús (4-6) A 
  1. Segunda pregunta de los fariseos (7) 
  1. Segunda respuesta de Jesús (8, 9) A 
  1. El diálogo de Jesús con los discípulos (10-12) 
  1. Primera pregunta de los discípulos (10) 
  1. Tercera respuesta de Jesús (11, 12) A 

Los versículos del 3-9 son de especial interés. Sin embargo, la segunda escena también tiene fuertes conexiones verbales a la tercera escena.1 

  1. Interpretación 
  1. Versículo 3 

La conversación entre Jesús y los fariseos comienza con los fariseos haciéndole a Jesús una pregunta sobre el divorcio. Probablemente, querían llevar a Jesús a involucrarse en la controversia entre la escuela más liberal de Hilel y la escuela más conservadora de Shammai. Tal vez, hasta esperaban que Jesús tocara el caso de Herodes, que estaba casado con Herodías, haciendo así a Herodes su enemigo (14:3, 4). Este era un tema muy político y le había costado la vida a Juan el Bautista. 

¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?”. En Mateo 19:1-12 el tema del divorcio y nuevo matrimonio es tratado desde la perspectiva masculina. El esposo puede obtener el divorcio. La perspectiva femenina, como añadida al lado masculino, se presenta en el texto paralelo en Marcos 10. 

Un término importante en 19:3 es apoluo, que en este contexto significa “despedir” o “divorciar”. También se encuentra en los versículos 7-9. Los fariseos usan el término dos veces, y Jesús lo usa dos veces, sin embargo, solo en la segunda respuesta. En su primera respuesta, Jesús usa el término chorizo (v. 6) para expresar el concepto de divorcio.2 Claramente, Jesús dice NO al divorcio. En el versículo 6 no se mencionan excepciones; en el versículo 12 se menciona solo una posible excepción. 

La frase “por cualquier causa” también puede ser traducida como “cualquiera sea la razón”. La primera opción refleja la posición de Hilel, y parece preferible en este contexto. Obviamente, los fariseos apoyaban esta posición.3 Su pregunta ya estaba apuntando hacia Deuteronomio 24:1, aunque es solo después que abiertamente mencionan ese texto al tratar de contraatacar los argumentos de Jesús. 

  1. Versículos 4-6 

Comenzando con el versículo 4, Jesús les responde la pregunta de los fariseos. Es importante notar que Jesús responde con la Escritura, como lo hizo cuando Satanás lo tentó en Mateo 4. Jesús evita ponerse del lado de alguna de las escuelas rabínicas. Él utiliza una autoridad mayor que la interpretación de los famosos rabinos.4 

¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo…?”. Esta respuesta puede contener algún tipo de reprensión. Los fariseos no deberían haber hecho esa pregunta. La Escritura ya la había respondido. Sin embargo, al concentrarse en lo que está permitido y lo que está prohibido, y en cómo deshacerse de la propia esposa, trágicamente, los adversarios de Jesús no reconocían el maravilloso regalo de Dios y el ideal para el matrimonio.5 

Aun así, Jesús aborda este tema. En Mateo 19:4-6, él desarrolla la perspectiva divina sobre el matrimonio, una institución que junto con el resto de la creación era buena en gran manera. Jesús prueba su punto con la Escritura, volviendo al relato de la creación. Indirectamente, declara que este relato es auténtico y normativo. Su respuesta comienza con quien ha creado, a saber, Dios, y también termina con el Dios creador que ha unido al hombre y la mujer en matrimonio. La primera respuesta de Jesús a los fariseos (19:4-6) comienza con una pregunta. En esta pregunta hay dos citas del AT. Luego, hay una declaración y, finalmente se emplea un imperativo: 

  1. Pregunta: ¿No habéis leído? ………………………………………………………… (v. 4a) 
  1. Cita de Génesis 1:27 ………………………………………………………………. (v. 4b) 
  1. Cita de Génesis 2:24 ………………………………………………………………. (v. 5) 
  1. Declaración: no son ya más dos, sino una sola carne ……..…………….. (v. 6a) 
  1. Imperativo: no lo separe el hombre .…………………………………………….. (v. 6b) 

La primera cita es corta, y solo consta de cinco palabras (en griego); la segunda tiene veintiún palabras; en total, veintiséis palabras. Según el relato de Mateo, Jesús mismo usa solamente veinticuatro palabras en sus respuestas a los fariseos, mientras que en el versículo 6a incluso repite las últimas palabras de la segunda cita. Por lo tanto, escuchamos dos veces acerca de “dos” humanos que son “una sola carne” (v. 5b y 6a). Jesús permite que la Escritura aborde preguntas delicadas y dé una decisión al ser preguntado por los fariseos acerca del divorcio. ¿Cuál es la razón para el divorcio? Respuesta: la orden de la creación no lo permite por ninguna razón. 

La expresión “al principio”, en Mateo 19:4, puede referirse a Dios quien creó o a la creación de “varón y hembra”. En el primer caso, uno traduciría “Aquel que creó desde el principio…”, mientras que en el segundo caso la idea sería “él los creó desde el principio varón y hembra”. Muchas traducciones prefieren la segunda opción. Debido a la repetición de la misma frase en el versículo 8, Grundmann acepta la segunda opción y dice: “desde el principio Dios quería que los seres humanos fueran seres sexuales”.6 Esta referencia prepara el camino para la segunda afirmación importante: los dos géneros son dependientes el uno del otro. Un hombre y una mujer se unirían en matrimonio y serían uno, inseparablemente conectados. 

Mateo 19:5 comienza con la frase “y dijo”. Según el versículo anterior, esta frase se refiere a Dios. Fue Dios quien habló. Jesús dice que Dios dijo: “Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne”. Sin embargo, al leer Génesis 2:24, de donde se toma esta cita, y al leer su contexto uno tiene la impresión que esta declaración es un comentario hecho por el autor de Génesis,7 Moisés, no Dios mismo. Pero Jesús nos informa que Génesis 2:24 es la palabra directa de Dios Padre. Reposa sobre la mayor Autoridad posible. Dios mismo ha ordenado que un hombre deja a sus padres y junto a su esposa forme una nueva unión. 

La frase “una sola carne” señala de forma especial a la unión física de los cónyuges. Sin embargo, el término “carne” representa a toda la personalidad y no puede ser limitado a la esfera física.8 Por lo tanto, el adulterio es muy traumático. Quiebra la unión maravillosa entre esposo y esposa, y en la Escritura se compara a la idolatría por la que el pueblo de Dios toma una decisión en contra de su Dios Creador y Salvador. 

El término “una” enfatiza unión y unidad. Dos seres, un hombre y una mujer, se hacen uno. Al hacer esta afirmación, Jesús rechaza la homosexualidad, así como la poligamia. El texto hebreo de Génesis 2:24 no contiene el numeral “dos”. Sin embargo, al agregar este término, que también se encuentra en la Septuaginta (LXX), la monogamia se enfatiza aún más. De acuerdo con la voluntad de Dios, dos personas diferentes, un hombre y una mujer, se hacen uno. Para lograr esto, es necesario dejar a los padres para ser libres para una nueva unión. Solo entonces un hombre puede “aferrarse” o “adherirse” a su esposa. Jesús enfatiza la idea de unidad al repetirla al inicio del versículo 6. Luego llega a la conclusión: “por lo tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”. No hay duda: la intención de Dios es juntar, no separar. 

En Mateo 19:5, 6 el término anthropos se encuentra dos veces, a saber, al inicio y al final. El término, normalmente designa al ser humano y no es utilizado solo para un género. Sin embargo, en el versículo 5a se refiere al varón, mientras que en el versículo 6b puede incluir a todos. La afirmación es general, aplica a todas las parejas. 

A la acción del hombre (anthropos):                         Separación de los padres y 

                 adherirse a su esposa. 

B Hacerse una sola carne (dos veces) 

A’  La acción de Dios y la prohibición 

              para el hombre/ser humano (anthropos): Dios unió; no se separa. 

Dejar a los padres, vivir juntos y ser una sola carne son acciones humanas que de forma oculta forman la unión de Dios. La segunda cita del AT (Génesis 2:24) dice lo que el ser humano está haciendo. La explicación de Jesús, sin embargo, enfatiza que esta es la voluntad de Dios. Aunque los seres humanos actúen, es Dios quien junta al esposo y la esposa. Por lo tanto, no tienen la autoridad de obtener un divorcio. La creación de la humanidad consiste en la creación del varón y la mujer. Dios los ha unido. Por lo tanto, no se nos permite separar lo que Dios, de hecho, ha juntado. La primera respuesta de Jesús consiste de un imperativo que forma una prohibición. El mensaje es: el matrimonio es indisoluble. El divorcio no es una opción. 

Resumimos la respuesta de Jesús: 

  1. Jesús señala a la Escritura. Su pregunta “¿No habéis leído…?” puede tener un reproche por no haber considerado las implicaciones de la Escritura con el suficiente cuidado. 
  1. Según Jesús, la Escritura es normativa. Por lo tanto, él la usa. Su respuesta está basada en el relato de la creación. Es interesante que cita textos de Génesis 1 y 2 sin ver una contradicción entre ellos. Es cierto que las condiciones sociales del primer siglo d.C. eran diferentes a las del Edén. Sin duda, Jesús está al tanto del hecho. Aunque el tiempo en el que vivió en la Tierra no puede ser comparado a la situación descrita en Génesis 1-2, Jesús siguió aplicando los principios originales establecidos en el Edén a un mundo preso del pecado. Por lo tanto, las diferentes culturas no necesariamente cambian el mensaje y los principios bíblicos. 
  1. Jesús claramente se posiciona contra el divorcio. Dios ha instituido el matrimonio. Los seres humanos no tienen permitido divorciarse. Con su imperativo, Jesús hace una declaración categórica. 
  1. Obviamente, Jesús aborda el matrimonio en general. El contexto directo no debe ser ignorado cuando se investiga el versículo 6b. Dios ha creado varón y mujer y los ha unido en matrimonio. Cada matrimonio legítimo, por lo tanto, es unido por Dios,9 y su plan es que las relaciones viejas sean dejadas atrás y que una nueva unión, una carne, sea establecida. Por lo tanto, uno no debería usar la excusa de que Dios no ha unido el matrimonio y que, por lo tanto, es legítimo divorciarse de su cónyuge. 
  1. Versículo 7 

El clímax de la conversación se alcanza en los versículos 7-9. Esto es evidente cuando miramos a las formulas del discurso que son utilizadas. Versículo 3: “Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole…”. Versículo 4: “Él, respondiendo, les dijo…”. El versículo 7 cambia al tiempo presente: “Le dijeron…”. Versículo 8: “Él [Jesús] les dijo…”. Este cambio al presente indica un aumento de tensión. 

Los fariseos responden a la afirmación de Jesús preguntando por qué Moisés había permitido el certificado de divorcio, si el divorcio no era posible. Como Jesús, ellos también usan la Escritura. Al referirse a Deuteronomio 24:1, pueden haber deseado deshacer Génesis 1 y 2 y apoyar una práctica permisiva del divorcio.10 Pero Jesús explica cómo se relacionan los pasajes bíblicos. En el versículo 9 encontramos su conclusión: en el divorcio, el ser humano destruye la obra de Dios.11 Grundmann llama a la afirmación de Jesús en el versículo 9 “la Halajá autoritativa de Jesús”.12 

En su segunda pregunta, los fariseos señalan la autoridad de Moisés. Comprenden muy bien que ha argumentado contra el divorcio y que, al referirse a la orden de la creación, ha sobrepasado Deuteronomio 24:1, la única referencia en el AT en la que Moisés menciona la carta de divorcio. Ahora tratan de crear un conflicto entre Jesús y Moisés.13 Una diferencia importante entre ellos y Jesús es la respectiva interpretación de Deuteronomio 24:1, 2. Jesús debe haber anticipado ese argumento y, por lo tanto, puede haber mostrado que Génesis 2:24 es palabra original de Dios mismo. En cualquier caso, los fariseos afirman que Moisés ha mandado (enteilato) (1) dar carta de divorcio a la esposa de uno, y (2) divorciarse de ella. 

  1. Versículos 8, 9 

Jesús es mucho más preciso en su interpretación que los fariseos. En su segunda respuesta, reemplaza la palabra “mandó” por el término “permitió” (epetrepsen). Moisés ha permitido el divorcio, pero no lo ha mandado. De hecho, Moisés parece mencionar la carta de divorcio de pasada. El pasaje de Deuteronomio 24:1-4 aclara si una mujer que se ha divorciado de su primer marido puede o no volver con él. No hay un imperativo que demande el divorcio y escribir una carta de divorcio. La carta de divorcio y el divorcio mismo se limitan a solo una razón, a saber, “alguna cosa indecente”.14 Esta frase ha sido interpretada de formas diferentes, como puede verse en las escuelas de Hilel y de Shammai, pero parece implicar algunos tipos de ofensas sexuales. El nuevo matrimonio está regulado. 

La segunda respuesta de Jesús consiste en una defensa a Moisés. Al mismo tiempo, Jesús sobrepasa a Moisés en el versículo 9 con su afirmación autoritativa, “yo os digo”. Jesús defiende a Moisés cuando aclara que Moisés no dio un mandato. Además, él menciona la dureza del corazón del ser humano como la razón para la concesión que hizo Moisés. El divorcio se practicaba. Moisés no podía prevenir que tal comportamiento inhumano tuviera lugar en su generación y en las siguientes generaciones. Solo podía intentar reducir el daño al mínimo. Entonces, permitió el divorcio bajo ciertas circunstancias, pero no lo mandó.15 Sus intenciones eran similares a las mostradas en el relato de la creación, aunque se dio una cierta apertura al divorcio. 

Jesús continúa: “[…] mas al principio no fue así”. El divorcio no es parte del plan divino. Jesús ya había usado la frase “al principio” (ap’ archês) un momento atrás en su primera respuesta a los fariseos (v. 4). Allí fue conectado a la creación, como lo está aquí. El tema de la creación conecta las dos respuestas de Jesús a los fariseos. Todos los argumentos de Jesús reposan en el relato de la creación. Lo que el matrimonio significaba bien desde el comienzo, todavía es válido y coercitivo, especialmente ante la venida del reino de Dios en la persona de Jesucristo, y no permite el divorcio.16 Ya en el Sermón del Monte, Jesús fue más allá de la carta de divorcio, y reemplazó el permiso de divorcio por su propia palabra autoritativa, cerrando la puerta a la opción del divorcio, excepto en caso de adulterio. 

La legislación mosaica en Deuteronomio 24:1-4 no era normativa sino solo secundaria y temporal, una concesión que depende de la pecaminosidad del pueblo. En ese contexto servía como un control contra el abuso y exceso… la implicación es que la nueva era del reino presente de Dios incluye un regreso al idealismo de la narrativa de Génesis anterior a la caída.17 

El Comentario Bíblico Adventista sostiene: 

Sin embargo, la enseñanza de Cristo aquí deja en claro que las provisiones de la ley de Moisés con respecto al divorcio son inválidas para los cristianos… la ley de Génesis 1:27; 2:24 precede la ley de Deuteronomio 24:1-4 y es superior a ella… Dios nunca ha derogado la ley del matrimonio que ha enunciado en el principio.18 

La segunda escena termina con la afirmación “yo os digo”. Jesús le asegura a su audiencia que cualquiera que se divorcie de su esposa, ahora emplea la palabra para divorcio (apoluo) usada por los fariseos, comete adulterio si la siguiente excepción no se aplica. Esto significa que, en su carácter, el matrimonio es, de hecho, permanente. En el versículo 6, Jesús categóricamente rechaza el divorcio. En el versículo 9 añade que incluso si alguien obtiene el divorcio, pero está en contra el claro testimonio de la Escritura, esa persona no está libre. Tal divorcio y el nuevo matrimonio es adulterio, porque el primer matrimonio todavía es válido a pesar del divorcio.19 Mateo 19 aquí añade una nueva dimensión que no estaba en Mateo 5. Mientras que en Mateo 5:32 la esposa comete adulterio si vuelve a casarse, en Mateo 19:9, es el esposo.20 

Mientras que en Mateo 5:32 una mujer divorciada que se casa otra vez comete adulterio, obviamente ella todavía es considerada como casada, en Mateo 19:9 un esposo que se casa con otra mujer comete adulterio, él todavía está casado, si la excepción no se aplica. El esposo y la esposa son tratados de la misma forma. Al mismo tiempo, notamos que surge una imagen completa si permitimos que todos los textos bíblicos sobre un tema determinado nos hablen. 

Mateo 19:9 contiene casi la misma cláusula de excepción que ya fue mencionada en Mateo 5:32. Jesús solo permite una razón por la cual el divorcio es posible. Esa razón es porneia. Pero incluso en tal caso el contexto nos urge a perdonar a nuestro cónyuge y dejar ir nuestra dureza de corazón y dura cerviz. 

Así, la pregunta introductoria de los fariseos es respondida. ¿Divorcio por cualquier razón? No. El divorcio contradice el plan de la creación y la voluntad de Dios, quien ha unido al esposo y la esposa. La única excepción es porneia. Los diferentes aspectos de porneia se encuentran en ambos Testamentos. Incluyen prostitución, relaciones sexuales antes del matrimonio, adulterio, incesto y homosexualidad; en resumen, relaciones sexuales fuera del matrimonio.21 

En Mateo 19:9 el significado principal de porneia puede ser el adulterio.22 Y de hecho, la mayoría de los aspectos importantes de porneia pueden ser incluidos bajo el término ‘adulterio’. 

Marcos y Lucas no utilizan la cláusula de excepción en sus pasajes que tratan del divorcio y nuevo casamiento (Marcos 10:1-12; Lucas 16:18). El relato de Lucas es muy corto y consiste de solo un versículo. Marcos es diferente. Allí encontramos un pasaje comparable con el de Mateo 19. Sin embargo, el argumento va al revés. En Mateo 19 Jesús primero se refiere al relato de la creación, y así establece el principio básico que nos guiará en cuestiones de matrimonio y divorcio antes que se introduzcan los detalles de la carta de divorcio. En Marcos 10, Jesús comienza con los detales, a saber, la carta de divorcio, de forma inductiva va hacia el principio general encontrado en la historia de la creación. Una vez que se alcanzó el principio básico, los detalles como la cláusula de excepción apenas tienen cabida. Por lo tanto, Marcos puede haberlo omitido, aunque puede haberlo sabido. Hill dice: 

La mayoría de los comentaristas con respecto a que estas palabras hayan sido agregadas por Mateo… No es necesario; si porneia significa “adulterio”, entonces, la ley judía requería que un hombre se divorciara de su esposa si ella cometía ese acto. De hecho, este hecho puede haber sido asumido en los otros evangelios, pero solo se dice explícitamente en Mateo. Una relación adúltera violaba el orden de la creación, con su ideal monógamo. Por lo tanto, si Jesús sostenía la indisolubilidad del matrimonio con base en Génesis, él debe haber permitido el divorcio por eso, y solo por eso, lo que necesariamente va en contra del orden creado.23 

 Sin embargo, el tema más crucial no es la cláusula de excepción en sí misma sino la pregunta si la cláusula de excepción solo se refiere al divorcio o también permite un nuevo matrimonio.24 Hay pequeñas diferencias entre las cláusulas de excepción en Mateo 5:32 y Mateo 19:9, aunque el mensaje básico es el mismo. En algún sentido, las dos cláusulas de excepción son incluso complementarias. En cualquier caso, las cláusulas de excepción no requieren el divorcio, pero lo permiten. 

  1. “[…] el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación 

hace que ella adultere;  

  1. y el que se casa con la repudiada, 

comete adulterio” (Mateo 5:32). 

Según Mateo 5:32, un hombre comete adulterio al casarse con una mujer divorciada. En el caso que ella no haya cometido adulterio, su matrimonio parece que todavía es válido. Por lo tanto, una nueva unión con ella es adulterio. Según Mateo 19:9, sin embargo, un hombre divorciado comete adulterio al casarse con cualquier mujer, si la excepción no se aplica. Su matrimonio todavía es válido y será dañado por una nueva unión. Por lo tanto, los hombres deben tener en cuenta que no solo pueden dañar el matrimonio todavía existente de una mujer cuando vuelven a casarse; también pueden dañar su propio matrimonio y deberían estar preocupados acerca de lo que están haciendo. No tienen la libertad de hacer lo que quieren. 

  1. “[…] cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, 
  1.  y se casa con otra, 

adultera […]” (Mateo 19:9). 

La cláusula principal de la oración es “adultera”. Dependiente de esta cláusula principal se encuentra una cláusula subordinada con dos verbos y dos objetos, “cualquiera que repudia a su mujer” y “y se casa con otra”. El divorcio (1) y nuevo matrimonio (2) son adulterio (cuarta línea).25 Por lo que se puede asumir que la cláusula de excepción que se encuentra entre (1) y (2) se refiere tanto al divorcio como al nuevo matrimonio. Como la discusión con los fariseos trata principalmente con el divorcio, es comprensible que la cláusula de excepción siga directamente a la frase “repudia a su mujer” en lugar de estar al final de la cláusula subordinada. Es más, se debe hacer la pregunta: ¿de qué otra forma Mateo podría haber expresado este concepto? ¿Hubiera sido más claro si la cláusula de excepción hubiera estado después de la frase “y se casa con otra”? ¿Debería haber repetido la cláusula de excepción? ¿Hubiera eso confundido a su audiencia? 

La cláusula de excepción tiene poco sentido si el cónyuge que no estuvo involucrado en porneia no tuviera el derecho a volver a casarse. Un divorcio legítimo permite un nuevo matrimonio legítimo. Porque en el tiempo de Jesús, así como en los tiempos del AT, el casamiento después de un divorcio era posible, uno esperaría una situación similar para el NT.26 De otro modo, el NT necesitaría afirmar claramente que una nueva orden había sido establecida. 

A veces, los que se oponen al nuevo matrimonio del cónyuge no involucrado en porneia señalan la comprensión y práctica de los padres de la iglesia, quienes mantienen la misma posición. Sin embargo, uno tiene que tener en mente que en las preguntas bíblicas los padres de la iglesia no siempre eran más fieles a las Escrituras que los cristianos hoy. Los problemas con guardar el domingo surgieron ya en el segundo siglo d.C. Muchos aceptaron la doctrina de la inmortalidad natural del alma. El concepto de cargos eclesiásticos, especialmente la importancia y poder de los obispos, fue llevado adelante, y la iglesia fue elevada a un nivel superior que las Escrituras. Algunos recomendaron el ascetismo.27 

Aunque con su cláusula de excepción, Jesús permite el divorcio y el nuevo casamiento en un caso específico, siendo el punto de su mensaje la indisolubilidad del matrimonio. Por lo tanto, encontramos afirmaciones sin excepciones al lado de aquellos que permiten una excepción en el caso de porneia. Aun así, el sentido de las afirmaciones de Jesús es lo suficientemente claro. Por esa misma razón, los discípulos reaccionaron de forma muy extraña y parecían ofendidos (versículo 10). Esto nos lleva a la última escena. 

  1. Versículo 10 

Los discípulos dicen: “Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse”. El término “relación”, “causa”, “razón” (aitia) ya ocurrió en el versículo 3. Los discípulos pueden haber estado refiriéndose a la pregunta de los fariseos que habían preguntado si era posible divorciarse de la esposa de uno por cualquier razón (aitia). A pesar de la cláusula de excepción, comprenden la naturaleza radical de la demanda de Jesús y se sienten restringidos y encerrados. Se ponen del lado de los fariseos, quienes, debido a la dureza de sus corazones, buscaban formas de salirse del matrimonio. Y hacen una sugerencia radical: si no hay forma de salir del matrimonio, entonces es mejor no casarse. No vale la pena. No pueden pensar en el matrimonio sin pensar también en el divorcio, y no ven ni comprenden el tremendo regalo del matrimonio que Dios les ofrece. 

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  1. Versículos 11, 12 

Una vez más Jesús responde. Es su tercera respuesta: “No todos son capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado”. La pregunta es, ¿cuál es el antecedente de “esto” (literalmente, ‘palabra’)? Nuevamente, la opinión de los estudiosos difiere. O se refiere a las respuestas que Jesús dio a los fariseos28 o se refiere a la afirmación que los discípulos habían hecho un momento atrás.29 

Si “esto” se refiere a las propias palabras de Jesús, destruiría lo que Jesús trató de establecer. Significaría que lo que Jesús dijo con respecto al matrimonio, y su prohibición del divorcio (con la excepción de porneia) podía ser observado solamente por aquellos a quienes había sido dado. Esto significaría que se eliminaría cualquier obligación de seguir los principios divinos, y todos los que violaran la voluntad de Dios tendrían la excusa que no les fue dado seguir el plan, voluntad e ideal de Dios. La ética caería. La sugerencia que France hace, que las demandas de Jesús serían coercitivas solo para los que Dios había llamado a un matrimonio cristiano, no es de ayuda, tampoco.30 ¿Desde cuándo los mandamientos de Dios son obligatorios solamente para los cristianos? Ciertamente los no cristianos pueden pisotear la ley de Dios. Pero, ¿tienen el derecho a hacerlo? ¿No los juzgará Dios?31 

Es mejor entender a Jesús refiriéndose a lo que habían dicho los discípulos. Sorpresivamente, él no lo rechaza, sino que declara que de hecho es dado a algunos, aunque no a todos, el no casarse. Para la mayoría de las personas, el plan de Dios es el matrimonio y no el celibato. En el versículo 12, Jesús enumera tres grupos de eunucos: (1) eunucos que nacieron de esa forma, (2) eunucos que fueron hechos eunucos por otros, y (3) los que se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. Parece que no todos son eunucos en el sentido literal. Obviamente, el primer grupo deben ser comprendidos de forma literal. El segundo grupo puede representar a eunucos reales, hombres que por la fuerza fueron hechos no aptos para el matrimonio. Cornes, sin embargo, sugiere comprender el término de forma figurada, refiriéndose a las personas divorciadas.32 El último grupo puede comprender personas como Juan el Bautista, quien permaneció sin casarse por causa del reino de Dios. Es importante reconocer el llamado de cada uno y aceptarlo, sin importar en qué grupo uno esté, y sin importar si uno tiene que sufrir injusticia o no. Lo que es crucial es estar de acuerdo con la voluntad, el plan o la voluntad permisiva de Dios para nuestra vida.33 

Es el regalo de Dios para el ser humano comprender el misterio del matrimonio, así como también el misterio del celibato… Mientras que el misterio del matrimonio está fundado en la voluntad de Dios con respecto a la creación, el misterio del celibato está fundado en la voluntad de Dios con respecto al reino de los cielos venidero.34 

En Mateo 19:1-12, Jesús permite dos alternativas. El ser humano puede casarse y recibir el buen regalo divino del matrimonio. Esto es parte de la orden de creación de Dios. El ser humano también puede elegir permanecer soltero por causa del reino de Dios, si ha recibido ese llamado. Sin embargo, no se da la posibilidad de divorciarse, excepto en el caso de adulterio.35 El énfasis está en la indisolubilidad del matrimonio y no en su excepción. Aquí es donde nuestro foco también debería estar. Quienes constantemente se concentran en la excepción y consideran eso normal, no han comprendido a Jesús y tienen un corazón duro. 

  1. Implicaciones para nosotros 

Cuando Dios constituyó el matrimonio, fue pensado para que fuera una unión para toda la vida entre un hombre y una mujer, en la cual los dos se complementarían y contribuirían al bienestar del otro. El matrimonio ideal permite la comparación del matrimonio con Jesús y su iglesia. 

Jesús ha reforzado la indisolubilidad del matrimonio. Marcos y Lucas enfatizan este hecho sin mencionar una excepción. Mateo enumera las cláusulas de excepción en los capítulos 5 y 19. El divorcio destruye lo que Dios ha unido y es contrario a la voluntad de Dios. En el caso que un divorcio ocurra de todos modos, excepto por porneia, solo existen las posibilidades de permanecer soltero o reconciliarse con el cónyuge. Un nuevo matrimonio, entonces, no es una alternativa. Obviamente, el primer matrimonio permanece intacto a pesar del divorcio. Una persona que obtiene el divorcio por cualquier razón que no sea fornicación y luego vuelve a casarse, comete adulterio y viola las leyes de Dios, las que son válidas para siempre. Esto también es así para alguien que se casa con una persona divorciada, si esta persona no está divorciada por el cónyuge debido a porneia. 

Si un cónyuge comete fornicación, es decir, es culpable de infidelidad sexual, el otro cónyuge que no estuvo involucrado en un acto tal, puede obtener el divorcio. Sin embargo, incluso en este caso, el ideal es la reconciliación. 

Las dos excepciones para el divorcio, porneia y divorcio por cónyuge no creyente, como está discutido en 1 Corintios 7, son diferentes. Solo en el primer caso puede el cónyuge que no estuvo involucrado en adulterio pedir el divorcio. En el otro caso, el cónyuge creyente es pasivo y no toma la iniciativa de divorciarse. Por lo tanto, la única razón por la cual un miembro de iglesia puede divorciarse de su cónyuge es por fornicación. 

En los dos casos excepcionales recién mencionados, no solo es posible el divorcio, trágico como es, sino que también el cónyuge fiel o el cónyuge creyente que es divorciado por parte del no creyente puede volver a casarse. 

Cuando un matrimonio se deshace, la iglesia siempre es afectada. Por lo tanto, la iglesia debe aplicar cuidado preventivo para evitar que los cónyuges se divorcien, y debe reaccionar de forma equilibrada y bíblica si un matrimonio está amenazado o si una pareja se divorcia. No reaccionar en absoluto puede ser irresponsable. El objetivo de la iglesia al involucrarse debe ser ayudar, llevar sanación, y ayudar a los que de otra manera pueden perderse. En algunos casos, esto puede incluir disciplina eclesiástica y sacar a la persona de la lista de los miembros de iglesia. 

Todos los creyentes son llamados a rechazar la dureza de corazón, a trabajar en sus matrimonios, a otorgar el perdón y nuevos comienzos, y a dar el ejemplo de lo que es un matrimonio cristiano. Donde las condiciones no sean sanas, la solución cristiana es cambiar las condiciones, pero no el cónyuge. Incluso en los casos en los que parece no haber esperanza, recordamos que el Señor que se ha levantado de los muertos también puede resucitar nuestros matrimonios a nueva vida. 

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