28 de octubre de 2020

La Liberación

La Liberación

LA MISIÓN DEL PUEBLO DE LA ESPERANZA

La segunda venida de Cristo

Pr. Adolfo Suárez

INTRODUCCIÓN

Queridos hermanos y hermanas, estamos llegando al final de esta serie de sermones titulada “Esperanza para el tiempo del fin”. Son ocho sermones para tratar temas directamente relacionados con el pueblo de la esperanza, la Iglesia Adventista del Séptimo Día: su origen, identidad, desafíos y misión. Espero que su fe sea fortalecida, que avive su llama de esperanza, y que en su corazón se manifieste un fuerte deseo de participar activamente en la predicación del evangelio. Después de todo, Cristo está volviendo, y necesitamos prepararnos, preparar a nuestra familia y preparar a todas las personas para encontrarnos con el Señor.

Los invito a leer Apocalipsis 1:7.

“He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén”.

El tema central de la escatología del Antiguo Testamento es la venida de Cristo. Los profetas usan con frecuencia las expresiones “en aquel día” (2 Cro. 14:9), “en aquellos días” (Joel 2:29), o según Daniel, “en aquel tiempo”, cuando vendría la salvación (12:1). En fin, el “día de Yahveh” es esperado como un acontecimiento decisivo en la historia, con cambios tanto a nivel sociopolítico como cósmico. La venida de Yahveh iniciará una nueva creación, una nueva historia.[i]

PERO, ¿QUÉ TIPO DE DÍA SERÁ ESE?

  • Será un día histórico

La venida de Cristo es considerada un acontecimiento histórico. O sea, no es una venida más allá del tiempo, sino la incursión de Dios en la historia. Será la entronización del Soberano que triunfa sobre sus enemigos.

Ahora, notemos que esa venida ya puede percibirse en la medida que Dios se acerca a sus hijos cuando estos lo adoran. Leamos sobre eso en Éxodo 20:24.

“Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré”.

Esta venida histórica será feliz para algunos, pero terrible para otros.

Vamos a leer Isaías 35:4.

“Decid a los de corazón apocado: ‘Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará’”.

Observe el contraste presentado en Amós 5:18-20.

“¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué queréis este día de Jehová? Será de tinieblas, y no de luz; como el que huye de delante del león, y se encuentra con el oso; o como si entrare en casa y apoyare su mano en la pared, y le muerde una culebra. ¿No será el día de Jehová tinieblas, y no luz; oscuridad, que no tiene resplandor?”.

  • Será un evento culminante

La venida de Cristo será un evento máximo. O sea, la venida de Cristo será un evento del cual no se podrá escapar, en el cual todo termina, y a partir del cual todo vuelve a comenzar. Todo el planeta será afectado por la venida de Cristo. Leamos las palabras de Sofonías 3:8.

“Por tanto, esperadme, dice Jehová, hasta el día que me levante para juzgaros; porque mi determinación es reunir las naciones, juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi enojo, todo el ardor de mi ira; por el fuego de mi celo será consumida toda la tierra”.

  • Será un día de juicio

El Señor viene para juzgar a su pueblo y para juzgar a las naciones. Por un lado, viene para condenar la infidelidad para con su ley, que ha sido tratada con desprecio; viene para restablecer la justicia. El adulterio, las violaciones, la opresión, la mentira y la violencia merecen su respectivo castigo. Escuchemos las palabras del profeta Malaquías:

“Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos” (Malaquías 3:5).

Por otro lado, el Dios que viene para castigar, también es el Dios que viene para salvar; es lo que dice Isaías 59:20 “Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jehová”.

¿Y CÓMO VENDRÁ? ¿CÓMO SERÁ LA VENIDA DE JESUCRISTO?[ii]

  • Él vendrá de forma personal y literal

El Hijo del Hombre se fue como una persona, y volverá personalmente, con poder y gran gloria. Un texto que aclara este tema es Hechos 1:11. Dos ángeles afirman lo siguiente: “Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”.

En otras palabras, los ángeles dijeron que el mismo Señor que en ese momento los había dejado, un ser personal, de carne y hueso, y no una entidad meramente espiritual, habría de volver a la Tierra. Su segunda venida será tan literal como lo fue su partida. No será una segunda venida espiritual.

  • Él vendrá de forma visible y audible

Si Cristo viene de forma personal, entonces vendrá de forma visible; como dice Apocalipsis 1:7: “Todo ojo le verá”.

Jesús les advirtió a sus discípulos que falsos profetas intentarían hacer que creyeran en una segunda venida oculta, velada, misteriosa, un rapto secreto. ¡Eso no es así! La venida de Cristo será como un relámpago que corta las nubes (Mateo 24:26, 27).

Cualquier intento de reducir la segunda venida de Jesús a un evento invisible y misterioso es contrario al testimonio de todo el NT. La venida de Jesús será pública, anunciada por el sonido de trompeta, así como se anunciaba la llegada de los reyes en el pasado (1 Tes. 4:16; Mat. 24:31). No habrá un secreto, ni un rapto secreto o una venida espiritual.

Sobre el aspecto audible de la venida de Cristo, 1 Tesalonicenses 4:16 dice lo siguiente:

“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero”.

El sonido de la “trompeta de Dios” acompaña la reunión de su pueblo. No hay nada secreto aquí. Es audible.

  • Él vendrá de forma gloriosa y triunfante

Su primera venida fue una venida de humillación, pero la segunda venida será gloriosa. Él volverá con poder y gloria, dice Mateo 24:30. Leamos:

“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”.

“Como en el gran día de la expiación, el sumo sacerdote se sacaba sus ropas habituales “para la gloria y para la belleza” y aparecía vestido de blanco inmaculado, cuando ofrecía los sacrificios por el pecado y entraba en el lugar santo, para interceder por el pueblo que aguardaba. Del mismo modo, nuestro Gran Sumo Sacerdote puso de lado las ropas de su Majestad Imperial, cuando se inclinó del cielo y asumió su vestimenta de carne sin pecado. […] Pero así como el sumo sacerdote nuevamente asumía sus vestiduras escarlata, azul, púrpura y dorada, cuando iba a completar su obra en la presencia del pueblo, así Cristo, cuando vuelva para [buscarnos], será manifestado en su gloria divina”.[iii]

Además de eso, los ángeles acompañarán a Jesús, dice 2 Tesalonicenses 1:7; ¡será un espectáculo! Hay otro precioso detalle: Jesucristo volverá como Rey de reyes y Señor de señores (Apocalipsis 19:16). Y para completar, él vendrá como victorioso sobre sus enemigos (1 Corintios 15:25).

  • La venida de Jesús será cataclísmica

Hay un texto espectacular con respecto a eso: 2 Pedro 3:10.

“Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas”.

Observe: De la misma forma que el diluvio aniquiló al mundo antediluviano, así la segunda venida de Cristo hará que el cielo pase “con grande estruendo” y quemará la Tierra. Por el hecho de que Dios quiera establecer “un cielo nuevo y una tierra nueva”, el fin de este mundo, tal como lo conocemos ahora, será no solo un fenómeno mundial, sino también un fenómeno cósmico.

  • La venida de Jesús será súbita, inesperada

Hombres y mujeres serán tomados por sorpresa. El Señor Jesús empleó varias metáforas para advertir a los discípulos sobre eso; por ejemplo: el ladrón en la noche (Mat. 24:42-44; Lucas 12:39, 40), y el novio y las diez vírgenes (Mateo 25:1-13). El apóstol Pablo añade a eso la figura de los dolores de parto de una mujer embarazada (1 Tes. 5:3).

Lejos de sugerir una segunda venida secreta o invisible, estas imágenes la anuncian como el inicio de una escena de acción súbita e inesperada. Fue por eso que los discípulos recibieron la advertencia de velar. Vamos a leer Mateo 25:13.

“Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir”.

El mismo consejo se da en Mateo 24:42. En Mateo 24:44 Jesucristo es más explícito: “Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”.

Las figuras del lenguaje usadas por Jesús y Pablo jamás mencionan el tiempo en el que el advenimiento tendrá lugar: el padre de familia no sabe cuándo vendrá el ladrón; las novias no saben cuándo llegará el novio; y la parturienta le gustaría saber cuándo comenzarán los dolores. Nadie sabe la hora: ni los ángeles, ni el mismo Hijo, dice Mateo 13:32. Los discípulos no fueron informados de la hora exacta. En Hechos 1:6 notamos que los discípulos de Cristo tampoco sabían detalles del día y la hora.

A pesar de eso, Jesús ofreció señales que antecederían su venida, no para dar margen a hacer cálculos para establecer una fecha, sino para mantener a los discípulos atentos y despiertos. Por eso, es más importante estar atento a las señales.

¿Y CUÁLES SON LAS SEÑALES DE LA VENIDA DE CRISTO?[iv]

  • Señales en el mundo natural
  • El terremoto de Lisboa, ocurrido el 1 de noviembre de 1755, fue conocido en la época como presagio del fin.
  • El oscurecimiento del sol el 19 de mayo de 1780 también fue reconocido como escatológico.
  • La caída de las estrellas ocurrida el 13 de noviembre de 1833 también fue considerado un fenómeno divino.
  • Actualmente: hambrunas, terremotos, enfermedades, etc.

Cristo concedió estas señales con el propósito de alertar a los cristianos con respecto a la cercanía de su venida, de modo que pudieran regocijarse y emprender la preparación cabal para la misma. Él dice: “Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”. Y agregó: “Mirad la higuera y todos los árboles. Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios” (Lucas 21:28-31).

  • Señales en el mundo moral

Jesús utilizó dos palabras clave para describir la condición moral a las vísperas de su segunda venida. Dijo que, “y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mateo 24:12).

La palabra “maldad” viene del griego anomia, que se refiere más específicamente a la ausencia de ley, el rehusar reconocer la autoridad de cualquier ley y, por lo tanto, de vivir una vida orientada solamente por los deseos y pasiones propias. Es de esa ilegalidad que emanan todos los desvíos en materia de sexualidad, alimentación, entretenimiento y ocio, que las personas de hoy practican en nombre de la libertad. En contrapartida, el Apocalipsis elogia a quienes en el tiempo del fin “guardan los mandamientos de Dios” (Apocalipsis 12:17; 14:12).

El segundo término usado por Jesús en 24:12 es agape, amor, y significa afecto, buena voluntad, amor, benevolencia. Agape preside las relaciones interpersonales. Su ausencia resulta en conflictos familiares, como el divorcio, conflicto entre las naciones, rupturas sociales por medio de la explotación, así como la pérdida del respeto entre las personas. La falta de amor puede asumir formas criminales, tales como las violaciones, homicidios, robos, etc.

  • Señales en el mundo religioso

El libro de Apocalipsis revela el surgimiento de un gran movimiento religioso de extensión mundial, algo que ocurre antes del segundo advenimiento. En la visión dada a Juan, un ángel que anuncia el regreso de Cristo simboliza este movimiento: “Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” (Apocalipsis 14:6, 7).

El propio mensaje indica cuando debía ser predicado. El evangelio eterno ha sido predicado a lo largo de los siglos. Pero este mensaje, enfatizando el aspecto del juicio dentro del evangelio, solamente podría ser predicado en el tiempo del fin.[v]

El hecho es que el pueblo de Dios ha sido activo y está creciendo alrededor del mundo, y eso muestra la actuación directa de Dios en nuestro favor. Considere algunos números que muestran el fortalecimiento de la predicación del evangelio. Nosotros, adventistas, estamos proclamando el evangelio en 216 países. Al creer que la obra médica y la obra educativa desempeñan un papel esencial en la predicación del evangelio, estamos operando poco más de 600 hospitales, centros de salud, clínicas y dispensarios, hogares para niños y hogares para ancianos, 7 aviones y lanchas médicas, 21 fábricas de productos alimentarios saludables, 114 escuelas superiores y universidades, 2.050 escuelas secundarias, 5.371 escuelas primarias y 15 centros de medios de comunicación. Nuestras 63 editoras producen literatura en 366 idiomas y nuestras emisoras de radio de onda corta alcanzan a cerca del 75 por ciento de la población mundial. El Espíritu Santo ha bendecido grandemente nuestro impulso misionero.

Hasta aquí está claro que Jesucristo volverá, y que habrá señales. La siguiente pregunta importante es:

¿CUÁLES SON LAS RAZONES PARA LA SEGUNDA VENIDA DE JESÚS?[vi]

Nuestro Señor vendrá para finalizar el plan de redención, el cual comenzó antes de la fundación del mundo. Estos son algunos de los grandes propósitos del regreso de Jesús:

  • Jesús vendrá para reunir a los escogidos

Ángeles poderosos reunirán a los elegidos de todos los rincones de la Tierra. Leamos Mateo 24:31.

“Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.

  • Jesús vendrá para resucitar a los muertos

La trompeta que reúne a los elegidos también despierta a los muertos. 1 Tesalonicenses 4:16 dice: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero”.

Será una visión espectacular: estos muertos en Cristo saldrán de la sepultura en una condición gloriosa, vigorosa e incorruptible. Leamos 1 Corintios 15:52, 53: “En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad”.

Después, las personas exclamarán: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (v. 55).

  • Jesús vendrá para transformar y recibir a todos los santos

Los justos vivos conservarán su cuerpo humano físico, aunque no en su estado presente; serán transformados. Es lo que garantiza Filipenses 3:20, 21.

“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas”.

Junto a los que están vivos, los santos resucitados serán levantados en el aire a fin de formar un alegre séquito para aclamar al Señor.

  • Jesús vendrá para destruir los poderes del mal y a los impíos

Jesús también vendrá para poner fin al sufrimiento de este mundo, destruyendo a aquellos que causan el sufrimiento. Después de todo, hay una pregunta en el aire. ¿Y qué pregunta es? Apocalipsis 6: 10: “Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?”.

Jesucristo responderá esa pregunta. ¿Cuál será la respuesta? El propio Satanás será destruido. Apocalipsis 20:10: “Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”.

Es claro que no habrá un tormento eterno; los resultados de la destrucción son los que serán para siempre.

  • Jesús vendrá para vindicar a Dios

El problema del mal no será enteramente resuelto solo destruyendo a su autor. A lo largo de la historia, el amor de Dios ha sido cuestionado, de allí la necesidad de su vindicación.

En la segunda venida de Cristo, los impíos serán destruidos por el brillo de su presencia. Eso sugiere que el juicio posmilenio no tiene como objetivo establecer la inocencia de unos y la culpa de los otros; eso ya ha sido decidido. El juicio posmilenio tiene como objetivo vindicar el carácter de Dios, estableciendo para siempre una relación perfecta entre Dios y el universo. Es necesario demostrar de una vez por todas que Dios es amor, misericordia, justicia y bondad.

  • Jesús vendrá para restaurar la Tierra

La naturaleza fue sometida a la maldición del pecado, y ansía la renovación. Es lo que está escrito en Romanos 8:19-21. Por eso, Dios necesita renovarla. La buena nueva es que los salvos no necesitarán hacer nada para renovar la Tierra. El propio Dios creará nuevos cielos y nueva tierra, según lo que está escrito en Apocalipsis 21:1.

  • Por último, Jesús vendrá para reestablecer la comunión con Dios

La comunión entre Dios y los seres humanos está ahora interrumpida por el pecado. Pero en ese tiempo Dios podrá habitar con sus hijos e hijas, y los redimidos estarán para siempre con él. ¿Y sabe por qué hará eso? Porque nada es más importante para Dios que reconciliar todas las cosas consigo mismo por medio de Jesucristo. Vale la pena leer el texto de Colosenses 1:19, 20.

“Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz”.

CONCLUSIÓN

La gran pregunta es: ¿cómo podemos prepararnos para ese día?

  1. Necesitamos estudiar la Palabra de Dios

“Los que quieran permanecer firmes en estos tiempos de peligro deben comprender por sí mismos el testimonio de las Escrituras”.[vii] ¿Por qué? Porque “Solo los que hayan fortalecido su espíritu con las verdades de la Biblia podrán resistir en el último gran conflicto. […] La hora crítica se acerca”.[viii]

Hermanos y hermanas, “Nos esperan tiempos peligrosos. Todo aquel que tiene conocimiento de la verdad deberá despertarse y colocarse en cuerpo, alma y mente bajo la disciplina de Dios. El enemigo nos persigue; debemos estar bien despiertos y prevenidos contra él; debemos revestir la armadura completa de Dios; debemos seguir las directivas que nos han sido dadas por el espíritu de profecía. Debemos amar la verdad presente y obedecerla. Esto nos preservará de aceptar graves errores. Dios nos ha hablado por su Palabra, por los testimonios enviados a la iglesia y por los libros que han contribuido a explicar nuestro deber presente y la posición que debiéramos ocupar actualmente. Debemos prestar atención a las advertencias que nos han sido dadas línea tras línea, precepto tras precepto; si las descuidamos, ¿de qué excusa nos valdremos?”.[ix]

  1. Necesitamos mantener la comunión con Dios

Somos el pueblo a quien Dios constituyó depositario de su ley. Por eso, tenemos el deber de orar con intensidad. El Espíritu de Cristo debe tomar posesión de nosotros, preparándonos para estar en pie en el día del juicio.[x]

“Necesitamos aprender a orar con la misma intensidad y el mismo fervor con el que lo hizo Jacob en la noche de angustia. Solo cuando luchamos de esta manera con Dios nuestra vida es transformada, nuestro carácter es cambiado y, por lo tanto, también nuestro nombre, y obtenemos la preparación tan necesaria”.[xi]

  1. Necesitamos vivir en santidad, venciendo las debilidades

“Si Jacob no se hubiese arrepentido previamente del pecado que cometió al adueñarse fraudulentamente del derecho de primogenitura, Dios no habría escuchado su oración ni le hubiese salvado la vida misericordiosamente. Así, en el tiempo de angustia, si el pueblo de Dios conservase pecados aún inconfesos cuando lo atormenten el temor y la angustia, sería aniquilado; […] Satanás induce a muchos a creer que Dios no se fija en la infidelidad de ellos respecto a los asuntos pequeños de la vida; pero, en su actitud con Jacob, el Señor demuestra que en manera alguna sancionará ni tolerará el mal. Todos los que tratan de excusar u ocultar sus pecados, dejándolos sin confesar y sin haber sido perdonados en los registros del cielo, serán vencidos por Satanás”.[xii]

“Ante la perspectiva de aquel gran día, la Palabra de Dios exhorta a su pueblo del modo más solemne y expresivo a que despierte de su letargo espiritual, y a que busque su faz con arrepentimiento y humillación”.[xiii]

  1. Entreguemos completamente nuestra vida a Dios

En este sentido, las palabras de Elena de White son:

“Conságrate a Dios todas las mañanas; haz de esto tu primer trabajo. Sea tu oración: ‘Tómame ¡oh Señor! como enteramente tuyo. Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio. Mora conmigo, y sea toda mi obra hecha en ti’. Este es un asunto diario. Cada mañana, conságrate a Dios por ese día. Somete todos tus planes a él, para ponerlos en práctica o abandonarlos, según te lo indicare su providencia. Podrás así poner cada día tu vida en las manos de Dios, y ella será cada vez más semejante a la de Cristo”.[xiv]

  1. Necesitamos trabajar para Cristo, con total diligencia

Hermanos y hermanas, “Hemos de ser como hombres que aguardan a su Señor no en ociosa expectativa, sino trabajando fervientemente, con fe inquebrantable. No es ahora el momento de permitir que nuestras mentes se enfrasquen en cosas de menor importancia”.[xv]

“Que Dios nos ayude, como pueblo suyo, a comprender la gravedad del tiempo en el que vivimos, a sentir nuestra gran necesidad espiritual, y a buscar de todo corazón una verdadera experiencia con Dios, que nos habilite a pasar triunfantes por las últimas horas de tormenta y en

[i] Richard P. Lehmann. “A Segunda Vinda de Jesus [la segunda venida de Jesús]”. En Tratado de Teologia Adventista. George Reid, editor. Tatuí SP: Casa Publicadora Brasileña, 2011, páginas 989.

[ii] Richard P. Lehmann. “A Segunda Vinda de Jesus [la segunda venida de Jesús]”. En Tratado de Teologia Adventista. George Reid, editor. Tatuí SP: Casa Publicadora Brasileira, 2011, páginas 997-999; Asociación Ministerial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. Nisto Cremos: As 28 crenças fundamentais da Igreja Adventistas do Sétimo Dia [en esto creemos: las 28 creencias fundamentales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día ]. 10ª edição. Tatuí, SP: Casa Publicadora Brasileña2018, p. 419-422.

[iii] Charles R. Erdman. “A Vinda de Cristo [la venida de Cristo]”. Em R. A. Torrey, editor. Os Fundamentos. São Paulo, SP: Hagnos, 2005, p. 691, 292.

[iv] Richard P. Lehmann. “A Segunda Vinda de Jesus [la segunda venida de Jesús]”. En Tratado de Teologia Adventista. George Reid, editor. Tatuí SP: Casa Publicadora Brasileña, 2011, páginas 999-1004; Asociación Ministerial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. Nisto Cremos: As 28 crenças fundamentais da Igreja Adventistas do Sétimo Dia [en esto creemos: las 28 creencias fundamentales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día ]. 10ª edição.Tatuí, SP: Casa Publicadora Brasileña 2018, p. 425-432.

[v] Asociación Ministerial de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día. Nisto Cremos: As 28 crenças fundamentais da Igreja Adventistas do Sétimo Dia [en esto creemos: las 28 creencias fundamentales de la Iglesia Adventista del Séptimo Día ]. 10ª edição.Tatuí, SP: Casa Publicadora Brasileña 2018, p. 427.

[vi] Richard P. Lehmann. “A Segunda Vinda de Jesus [la segunda venida de Jesús]”. En Tratado de Teologia Adventista. George Reid, editor. Tatuí SP: Casa Publicadora Brasileña, 2011, p. 1004-1006.

[vii] Elena G. White. El conflicto de los siglos, p. 546.

[viii] Elena G. White. El conflicto de los siglos, p. 580.

[ix] Elena G. White. Testimonios para la iglesia, t. 8, p. 312.

[x] Elena G. White. Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 429.

[xi] Fernando Chaij. Preparação para a Crise Final [preparación para la crisis final]. Tatuí, SP: Casa Publicadora Brasileña, 2007, p. 166.

[xii] Elena G. White. El conflicto de los siglos, p. 605.

[xiii] Elena G. White. El conflicto de los siglos, p. 311.

[xiv] Elena G. White. El camino a Cristo, p. 70.

[xv] Elena G. White. Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 427.

 

 

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