El peligro del orgullo
Autor: Pr. Walter Alaña H.
Texto: Gén. 3:5
Introducción
- En la década de los 80, el autor cristiano Jerry Bridges publicó un libro con el sugestivo título “Pecados respetables: confrontemos esos pecados que toleramos”. Allí aparecían palabras como ansiedad, envidia y orgullo. La propuesta del autor era diferenciar los “pecados escandalosos” como adulterio, robo o asesinato y que generalmente suscitan la rápida condena de las personas de aquellos que no llaman tanto la atención y que generalmente son tolerados por la iglesia y la sociedad
- Treinta años después, lo interesante es que a excepción de ciertos círculos cristianos casi ya no se habla de pecado, y que algunos de los “pecados respetables” de Bridges hoy son promovidos por una sociedad que pareciera haber perdido su brújula moral.
Oración de transición:
En esta oportunidad centraremos uno de estos “pecados respetables” que hoy pareciera ser parte esencial de la cultura que nos rodea y que se presenta de variadas maneras: el orgullo. A la luz de la experiencia de Adán repasaremos el relato de la aparición del orgullo en este mundo y los penosos efectos que tuvo enfrentar Adán y que continuamos experimentando nosotros cuando cedemos a su influencia.
Efecto 1: Cuestionamiento de la bondad y sabiduría del gobierno divino.
- Agustín de Hipona, renombrado teólogo del siglo XV, señaló que el orgullo es un intento de reemplazar a Dios como el centro de la existencia humana. Y al reemplazar la confianza en Dios por una total dependencia en mis propias capacidades, cometemos una especie de idolatría. Y en vista que no fuimos diseñados para ser el centro de nuestra propia existencia, una vez que nos deidificamos a nosotros mismos, nuestras vidas se desordenan por completo.
- Cuando vamos al relato bíblico de la entrada del pecado a planeta Tierra, en Génesis 3:1-6, descubrimos que la invitación a ceder ante el orgullo fue parte esencial de la tentación que Satanás presentó a Eva. En los versos 4 y 5 leemos las siguientes palabras expresadas por Satanás mientras se camuflaba detrás la apariencia de una serpiente: “Entonces la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no moriréis. Es que Dios sabe que el día que comáis de él, vuestros ojos serán abiertos, y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal”.
- Claramente se observa que el corazón de la tentación que el diablo le presenta a Eva está el ofrecimiento a llegar a ser como Dios. Es decir, el dueño de su propio destino, un ser capaz de experimentar por sí mismo y luego decidir, sin sujeción a ninguna ley superior lo que es bueno y lo que es malo.
- Si observamos hoy con atención, es fácil darse cuenta que este es exactamente la clase de pensamiento que promueve la cultura contemporánea que nos invade por doquier. Esta cultura que algunos han denominado la cultura Pop. El mensaje que re repite de manera incesante es: Si te gusta hazlo.
- Varios estudiosos sociales señalan que el mudo occidental estamos frente a la generación más narcisista de la historia. Jean Twenge, ha dedicado varios años a analizar esta tendencia social. Como resultado, en estos últimos años publicó dos libros: “La epidemia narcisista” (2009) y Generación Yo (2014). Escribir algunos ejemplos.
Efecto 2: Búsqueda de soluciones humanas mientras se huye de Dios.
- Una vez que Eva y Adán cedieron a la tentación del orgullo, el gobierno de Dios es puesto de lado y los seres humanos empiezan a tomar decisiones de manera independientes.
- El relato bíblico señala que luego desobedecer la instrucción divina, la primera pareja percibieron su desnudez, es decir, que cambiaron la manera como se veían a sí mismos.En Gén. 3:7 dice: “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos y se dieron cuenta de que estaban desnudos.” E inmediatamente tuvieron que buscar una solución humana para esta situación: “Cosieron, pues, hojas de higuera y se hicieron delantales”.
- Una vez que el ser humanorechaza a Dios como el centro de su existencia, entonces egocéntricamente procura controlar la realidad y tomar las riendas de su propio destino. Entonces suceden cambios dramáticos. Un sentimiento de inseguridad invade su vida. En vez de depender de la provisión divina ahora tiene que buscar la manera de satisfacer sus propias necesidades. Y como el texto bíblico lo sugiere, al decir que tuvieron que vestirse con hojas, las soluciones humanas siempre son temporales y limitadas.
- Este un fenómeno interesante. Terry Cooper, en su obra Pecado, orgullo y Auto Aceptación menciona que existen estudios en el campo de la sicología que sugieren que el orgullo y el auto-desprecio son los dos lados del mismo proceso. Es decir, que por detrás de las actitudes de orgullo, autosuficiencia e incluso prepotencia se esconden sentimientos de autoestima baja.
- Génesis 3:8 señalaque el sendero del orgullo además de incluir sentimientos de vergüenza y desvalía va acompañado también del miedo que resulta de tratar de escapar de la amorosa presencia de Dios.
Efecto 3: Ruptura de relaciones humanas y aislamiento.
- Como se ha visto hasta aquí, una vez que el ser humano se rebela contra el gobierno divino su visión de sí mismo se distorsiona y tiende a cubrir su frágil situación a través de soluciones humanas que demuestran ser siempre insuficientes. Mientras lucha por su subsistencia debe lidiar también con sentimientos de temor que resultan de su separación de Dios.
- El texto bíblico sugiere que una vez que el hombre le da la espalda a Dios también pierde la capacidad de construir relaciones saludables con otras personas.
- Esto no es difícil de entender si recordamos que Dios es la única fuente de amor verdadera (1 Juan 4:8). Por lo eso los que aman a Dios son capaces de también de amar a otras personas. Por otro lado, el que se aparta de Dios está interesado exclusivamente en cuidar de sí mismo y sus intereses propios.
- Siguiendo con el relato del Génesis, una vez que Adán fue confrontado por Dios luego de su desobediencia, lo primero que hace Adán es culpar a Eva. Dice el texto de Génesis 3:11-12: “Le preguntó Dios- ¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol que te mandé que no comieses? Él hombre respondió:-La mujer que me diste por compañera, ella me dio del árbol, y yo comí”.
- La respuesta de Adán llama la atención pues el relato bíblico muestra que Eva fue engañada por la serpiente pero Adán no. Él simplemente accedió a la invitación que le hizo Eva para comer del fruto prohibido por Dios. Sin embargo, al ser confrontado por Dios, lejos de asumir su propia responsabilidad, prefirió echarle toda la culpa a Eva.
- Esta suele ser la manera convencional como actúan bajo la influencia del orgullo. No están dispuestas a reconocer sus propios fallos. Siempre buscan la manera de hacer responsables a otros. Así van alejando a las personas de su alrededor. No son capaces de construir relaciones saludables puedes se encierran en sí mismos y no están dispuestos a aceptar ideas o propuestas que difieran de las suyas.
La solución para el problema del orgullo: Jesús en el corazón.
- Durante su ministerio terrenal, el tema central de la predicación de Jesús fue “el reino de Dios” (Luc. 4:43).
- En palabras de sencillas podría definirse el reino de Dios como el territorio dónde Cristo Jesús reina y sus súbditos se gozan en cumplir su voluntad.
- En el Sermón del Monte, Jesús invitó a sus seguidores a buscar primeramente el reino de Dios y su justicia (la norma moral de Dios) y se comprometió a suplir las necesidades de todos aquellos que están dispuestos a confiar en él, obedeciendo fielmente la voluntad de Dios. (Mat. 6:33)
- En otra ocasión, estableció con toda claridad que una condición esencial para ser su discípulo consiste en “negarse a uno mismos”. En Luc. 6:23, 24 leemos: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la salvará”.
- Esta es la paradoja que todo descendiente de Adán debe enfrentar. Por un lado está la opción de vivir procurando salvarse a sí mismo. Este es el camino del orgullo donde “mi ego” es el que controla mi voluntad. Sin embargo, la Biblia deja en claro que es el pecado el que en última instancia controla nuestra vida. Y tal como vimos en la experiencia de Adán solamente conseguimos distanciarnos de Dios desarrollando una visión equivocada de nosotros mismos, construir soluciones humanas frágiles y distanciarnos de las demás personas.
- Por otro lado, está la opción de seguir el ejemplo de un hombre conocido como el publicano. Este hombre humildemente reconoció su pecado y su incapacidad para salvarse a sí mismo. En Lucas 18:13 dice que “no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador”! El relato bíblico concluye con la evaluación que Jesús realiza: “Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido”.
Conclusión:
Apelación: Debemos pedirle a Dios que nos libre del orgullo de nuestro propio corazón. De lo contrario, Él no podrá reinar en nuestras vidas.
Llamado: ¿Estás dispuesto a humillarte delante de Dios para que él pueda tomar el control de tu vida y realizar su obra salvadora en ti?
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