17 de marzo de 2021

Un Encuentro con la Mensajera del Señor

Un Encuentro con la Mensajera del Señor

UN ENCUENTRO CON LA “MENSAJERA DEL SEÑOR

Alberto R. Timm

 

INTRODUCCIÓN

Si tuviéramos condiciones de viajar en un avión de Buenos Aires rumbo al norte de Argentina, en un día claro y sin nubes, podríamos observar desde lo alto el gran delta del río Paraná. Con sus varios canales e innumerables islas, ese delta se extiende por cerca de 300 km. Al subir aquel río, un barco extranjero normalmente lo conduce un capitán argentino que conoce bien cuál de los muchos canales del río es propio para la navegación.

La historia del pueblo de Dios puede compararse con un río caudaloso, cuyo lecho a veces pasa entre rocas y cascadas peligrosas, formando un gran delta antes de desembocar en el océano de la eternidad. Para los puntos más críticos de ese río, Dios envió pilotos especiales (varios profetas y profetisas) para guiar a su pueblo con seguridad rumbo a su destino eterno.

Fue así, por ejemplo, que Dios envió a Noé antes de la destrucción del mundo por el diluvio; a Moisés, para liberar a los israelitas de la esclavitud egipcia; a Elías y Eliseo, para apartar a los israelitas de la idolatría contemporánea. Con relación a Moisés encontramos una declaración muy significativa en Oseas 12:13: “Para sacar a Israel de Egipto, y después cuidarlo, el Señor usó a un profeta”. Ese texto deja claro que la función de un profeta es conducir y guardar al pueblo de Dios.

Cuando el pueblo de Dios está por llegar al gran delta que desembocará dentro de poco en el gran océano de la eternidad, Dios nuevamente envía un piloto especial (esta vez una profetisa) para guiar a su pueblo con seguridad al puerto final. Como Iglesia creemos que una alusión a ese piloto especial puede encontrarse en Apocalipsis 12:17, donde se describe al pueblo remanente del tiempo del fin como los que guardan “los mandamientos de Dios” y tienen el “testimonio de Jesús”, definido en Apocalipsis 19:10 como “el espíritu de profecía”.

El mundo se encuentra hoy, más que nunca, impregnado de ideologías humanas y de teorías conflictivas. En medio del gran delta ideológico en el que vivimos, muchos profesos cristianos están encallando su barco espiritual en canales que no conducen a la salvación eterna. Muchos no logran distinguir el verdadero canal navegable de los demás canales menos profundos. Y en ese contexto es donde necesitamos indagar con el rey Josafat en 1 Reyes 22:7: “¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, por el cual consultemos?

La Iglesia Adventista del Séptimo Día cree que existe una manifestación moderna del don profético en nuestro medio, y que se presentó en la vida y obra de Elena de White. Pero esa creencia ha generado una interrogación importante: ¿Cómo pueden alegar los adventistas que la Biblia es la “única regla de fe y práctica” y es “intérprete de sí misma”, y al mismo tiempo aceptar una manifestación moderna de ese don? Si todo lo que necesitamos para ser salvos se encuentra en la Biblia, ¿qué necesidad habría de una manifestación más reciente de ese don?

  1. LA NECESIDAD DE UNA MANIFESTACIÓN MODERNA DEL DON PROFÉTICO

            La manifestación moderna del don profético no vino para sustituir la Biblia, sino para llevarnos de vuelta a la Biblia. T. Housel Jemison, en su obra A Prophet Among You [Un Profeta entre ustedes], p. 371, aclara que los escritos de Elena de White ejercen tres funciones básicas con relación a la Biblia:

  1. El don profético se manifestó en el tiempo del fin con el propósito de atraer nuestra atención a la Biblia.
  2. a) Millones de personas están hoy completamente absortas en los fascinantes recursos de la sociedad tecnológica, competitiva y de consumo en la que vivimos. Muchos cristianos gastan hoy mucho más tiempo con programas de TV, películas, computadores e Internet que con la Palabra de Dios. Para algunas personas, 90 minutos delante de la TV mirando el desarrollo de su equipo favorito parece mucho más fascinante que cinco minutos con la Biblia.
  3. b) Aun entre los que todavía dedican tiempo a la Biblia, existen los que no se inhiben en sustituir la autoridad de la Biblia (1) por las tradiciones humanas (2) por la razón humana (3) por la experiencia personal o (4) por la cultura moderna. La realidad es que la autoridad de la Biblia está en crisis aun en el seno del cristianismo.
  4. c) Nunca hubo tantas Biblias en circulación como en nuestros días, pero nunca estuvo tan cerrada como hoy. La Palabra de Dios necesita ser redescubierta en nuestro medio. Y Dios nos concedió una manifestación moderna del don profético a través de los escritos de Elena de White para recordarnos nuestras importantes prioridades existenciales.
  5. El don profético se manifestó en el tiempo del fin con el propósito de ayudarnos en la comprensión de la Biblia.
  6. a) El cristianismo contemporáneo se encuentra dividido en miles de diferentes denominaciones, sectas y movimientos religiosos, cada uno con una interpretación peculiar de las Escrituras y con sus doctrinas conflictivas. Pero, a pesar de eso, todos alegan que sus enseñanzas están basadas en las Escrituras.
  7. b) En la décima edición de la obra titulada Handbook of Denominations in the United States [Manual de las Denominaciones en los Estados Unidos] están listadas más de 200 de las principales denominaciones americanas. Entre ellas existen por lo menos 27 diferentes ramificaciones bautistas, y más de diez denominaciones cuyo nombre incluye la expresión “Iglesia de Dios”. ¿Será que Dios está hoy tan dividido?
  8. c) La situación es tan compleja que un autor británico lanzó un libro titulado The Divine Supermarket: Shopping for God in America [El supermercado divino: Haciendo las compras de Dios en América], que trata de ese mosaico de opciones religiosas que disponemos hoy. Surgen nuevos segmentos cristianos y se multiplican constantemente en las grandes metrópolis como Sao Paulo, Rio de Janeiro, etc.
  9. d) ¿No será este el tiempo de dejar a un lado las tradiciones humanas y los credos modernos para retornar al verdadero cristianismo bíblico, fundamentado en el principio de la sola Scriptura, o sea, de la Biblia como única regla de fe y práctica?
  10. e) Dios concedió una manifestación moderna del don de profecía a través de los escritos de Elena de White para ayudarnos a romper con las tradiciones humanas y a permitir que la Palabra de Dios hable clara y distintamente a nuestro corazón.
  11. El don profético se manifestó en el tiempo del fin con el propósito de ayudarnos a aplicar los principios bíblicos en nuestra vida.
  12. a) Muchas personas hoy, que todavía estudian la Palabra de Dios y comprenden su mensaje, no la practican. Algunos, a semejanza de Félix, no quieren comprometerse con la verdad: “Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré” (Hech. 24:25). Otros, como buenos adeptos a la filosofía dicotómica griega, alegan que lo que realmente importa es su interior y no su exterior.
  13. b) Muchos neutralizan la influencia disciplinaria de las Escrituras sobre su vida, asumiendo la actitud egocéntrica de aceptar como normativo solo lo que les gusta, y como cultural todo lo que no concuerdan. Con esa relectura de la Biblia, logran remover del camino cualquier obstáculo que les impida satisfacer los instintos pecaminosos del corazón. Esos, a semejanza de Eva en el jardín, usan el gusto personal como criterio para elegir entre lo correcto y lo equivocado (Génesis 3:6).
  14. c) Una manifestación moderna del Espíritu de Profecía nos fue concedida para ayudarnos a aplicar de manera adecuada los principios bíblicos en nuestra vida. Los escritos de Elena de White nos ayudan a restaurar la visión hebrea del hombre como un todo indivisible, en que la religión debe influenciar todos los aspectos de la existencia humana, y no solo su ser interior, pues como dijo Cristo somos “la sal de la tierra” y “la luz del mundo” (Mateo 5:13, 14).
  15. ESTRATEGIAS SATÁNICAS PARA MINIMIZAR EN NUESTRO MEDIO LA INFLUENCIA DE ESA MANIFESTACIÓN MODERNA DEL DON PROFÉTICO.

Como mencionamos antes, la manifestación moderna del Espíritu de Profecía en la vida y obra de Elena de White tiene el propósito de (1) atraer nuestra atención a la Biblia, (2) ayudarnos en la comprensión de la Biblia, (3) ayudarnos a aplicar los principios bíblicos en nuestra vida. Siendo ese el caso, es obvio que Satanás procurará neutralizar la influencia de ese don en el mundo y en nuestra vida. Creo que existen por lo menos tres grandes estrategias satánicas para minimizar la influencia de ese don en nuestro medio.

  1. Satanás intenta llevar algunas personas de influencia a rechazar y a luchar de todas formas posibles esa manifestación moderna del don profético.
  2. a) La actitud del pueblo escogido hacia los profetas de Dios, en el período que antecedió al cautiverio de Judá está bien descrita en 2 Crónicas 36:15, 16: “Y Jehová el Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo y de su habitación. Mas ellos hacían escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio”.
  3. b) Jesús afirmó en Mateo 23:29, 30 y 34, que los profetas que él enviaría también serían rechazados: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Porque edificáis los sepulcros de los profetas, y adornáis los monumentos de los justos, y decís: Si hubiésemos vivido en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en la sangre de los profetas. Por tanto, he aquí yo os envío profetas y sabios y escribas; y de ellos, a unos mataréis y crucificaréis, y a otros azotaréis en nuestras sinagogas, y perseguiréis de ciudad en ciudad”.
  4. c) Si los profetas del período bíblico enfrentaron una fuerte oposición, no es de sorprender que una manifestación moderna del don profético también sería combatida. En realidad, existen esfuerzos sistemáticos, valiéndose de todos los medios de comunicación posibles para desacreditar ese don en la mente del mayor número posible de personas. Si Satanás pudiera llevarnos a usted y a mí a luchar contra ese don, seguramente quedaría muy satisfecho.
  5. Satanás trata de llevar a cuantos fuera posible a ser indiferentes a los escritos proféticos modernos.
  6. a) La actitud de la iglesia de Laodicea está bien descrita en Apocalipsis 3:17 “Porque tú dices: Yo so y rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad […]”. Con una posición de indiferencia y autosuficiencia, muchos profesos cristianos logran neutralizar las advertencias inspiradas en su vida.
  7. b) Horacio Bonar, en su libro Um Recado para Ganhadores de Almas [Un mensaje para ganadores de almas], p. 9, sugiere que los ortodoxos en la doctrina, que son espiritualmente tibios e indiferentes, hacen más daño a la comunidad de los creyentes que los “herejes descarados”, pues terminan “causando un enfriamiento y debilitan toda espiritualidad a su alrededor”.
  8. c) Aunque no logran transformarnos a usted y a mí en oponentes del Espíritu de Profecía, Satanás hará todo lo posible para que seamos indiferentes al mensaje profético que el Señor nos legó para el tiempo del fin.
  9. Satanás trata de llevar personas influyentes a distorsionar el mensaje profético moderno.
  10. a) Alberto R. Timm, en su artículo “Jesus, os Profetas e Nós” [Jesús, los profetas y nosotros], publicado en la Revista Adventista (Brasil), diciembre de 1999, p. 40-41, afirma que los contemporáneos de Jesús corrían el riesgo de (1) elogiar a los profetas antiguos y rechazar a los profetas contemporáneos (2) sustituir el mensaje divino por el mensajero humano, (3) enfatizar lo que la persona aprecia del mensaje profético al mismo tiempo que ignora o rechaza lo que no aprecia, (4) contentarse con una lectura superficial de los escritos inspirados, (5) aceptar la teoría de la verdad revelada en los escritos inspirados sin vivir en armonía con ella.
  11. b) Si Satanás no logra transformarnos a usted y a mí en refutadores del Espíritu de Profecía, y si él no logra que seamos indiferentes al mensaje profético que el Señor nos legó para estos últimos días, tenga la seguridad de que hará de todo para que terminemos distorsionando de alguna forma el contenido de esos escritos.
  12. c) Los ministerios independientes y personas destituidas de compromiso denominacional están divulgando teorías especulativas que terminan minimizando la influencia positiva del don profético en nuestro medio. Necesitamos hoy una comprensión más considerada, profunda y equilibrada del mensaje profético para nuestros días. Necesitamos conocer lo que dice el Espíritu de Profecía a fin de que no seamos arrastrados por los grandes vendavales de las falsas doctrinas que están soplando hoy.

III. SEMINARIO DE ESTUDIO DEL LIBRO MENSAJERA DEL SEÑOR, DE HERBERT E. DOUGLASS

  1. Un seminario para la iglesia y grupos de la División Sudamericana.
  2. a) Con el propósito de consolidar esa comprensión en todos los segmentos de la iglesia, la División Sudamericana adoptó como uno de los Libros del Año 2003 la obra de Herbert E. Douglass, titulada Mensajera del Señor: El ministerio profético de Elena de White (589 pág.).
  3. b) Considerada “el tratamiento más amplio dado al ministerio profético de Elena de White”, la obra provee respuestas idóneas para innumerables interrogantes de interés actual.
  4. c) Cada familia adventista debería adquirir, en la medida de lo posible, su propio ejemplar de ese libro.
  5. La realización del seminario en nuestra iglesia (o grupo local)
  6. a) El libro Mensajera del Señor se estudiará en nuestra iglesia (o grupo), en ocho reuniones consecutivas… [Definir claramente si el libro será estudiado en los cultos de los miércoles o en las reuniones de los grupos pequeños].
  7. b) Durante la semana que antecede a cada reunión, las familias deberán leer en casa el contenido de la respectiva sección del libro que será considerada en la siguiente reunión de estudio. [Anunciar la sección del libro a ser leído ya para la primera reunión de estudio].
  8. c) En el culto en sí se hará solo una breve recapitulación del contenido de la sección leída, con la ayuda de una “guía de estudios” especialmente preparada para ese fin.
  9. Nuestro compromiso personal en participar de ese importante seminario
  10. a) Ningún adventista del séptimo día debería permitir que intereses seculares y falsas teorías doctrinarias absorban el tiempo que debería dedicarse a la participación de ese importante seminario.
  11. b) Si realmente queremos ser salvos necesitamos despojarnos de todo lo que nos impida investigar como Josafat: “¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, por el cual consultemos?” (1 Rey. 22:7).
  12. c) Necesitamos comprometernos sin reservas con el valioso legado profético que el Señor nos confió. Necesitamos enfrentar los días finales de la historia de este mundo afirmados, no en ideologías humanas, sino en la inamovible Palabra de Dios (ver Isaías 40:8; Mateo 7:24-27).

CONCLUSIÓN

  1. a) Imaginemos una pareja de novios que se aman mucho. Cierto día, el novio, que ama mucho a su novia, se va a trabajar por algunos meses en un lugar remoto. En ese lugar no existe Internet ni teléfono. Solo una vez por semana llega el correo con la correspondencia que envían para allá. Mientras está en ese lugar, el joven le dice a sus nuevos amigos y conocidos que tiene una novia maravillosa y que la ama mucho. Pero cuando llega la primera carta de ella, el joven ni abre el sobre. Solo guarda la carta en una gaveta. Las demás cartas de la novia también las archiva sin leerlas. ¿Será que podríamos creer en las palabras del joven que dice amar mucho a su novia, sin al menos leer las cartas que ella le escribe?
  2. b) Nosotros también profesamos amar mucho a Dios, pero descuidamos leer las cartas que él nos envía a través de la Biblia y de los escritos de Elena de White… ¿Será que no sería este el tiempo oportuno para hacer un compromiso nuevo con el mensaje profético que el Señor nos concedió?
  3. c) En 2 Crónicas 20:20 encontramos la promesa maravillosa: “Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed en sus profetas, y seréis prosperados”.
  4. d) Permitamos que el Espíritu de Profecía cumpla en nuestra vida su triple objetivo (1) atraer nuestra atención a la Biblia, (2) ayudarnos en la comprensión de la Biblia, (3) ayudarnos a aplicar los principios bíblicos en nuestra vida. Que el Señor nos bendiga para esto. Amén.

 

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